chica comiendo torta

Hace unos 15 años, un amigo me dijo: “Estás algo pasadito de peso, ten cuidado”, momento en el cual yo degustaba parte del apetitoso dulce brazo gitano y, a partir de ahí, frené el agradable saboreo, pero el daño ya estaba hecho.

El consejo del camarada llegó tarde, pues a los pocos días, la prueba dio positivo y yo era entonces uno de los casi 700 mil adultos cubanos enfermos de la Diabetes Mellitus (DM), aunque se calcula que la cifra es superior, pero muchos no han sido diagnosticados.

Aprendí que la cantidad de glucosa que contiene la sangre se mide en milimoles por litro (mmol/l) o en miligramos por decilitro (mg/dl) y, al menos dos veces por semana, utilizo los biosensores para comprobar que la glucemia no rebase los ocho milimoles y cumplir así las orientaciones médicas.

Normalmente su nivel se mantiene dentro de límites estrechos a lo largo del día, pero casi siempre sube después de las comidas y es más bajo por la mañana antes del desayuno. 

Las autoridades de Salud trabajan en el registro de los diabéticos para precisar la cantidad exacta de pacientes con esa patología en el archipiélago, que junto con otros malestares de tiroides, son las afecciones endocrinas más frecuentes, agregan los expertos. 

Teniendo en cuenta el riesgo que representa la DM (octava causa de muerte en el país),  el Ministerio de Salud Pública (Minsap) cuenta con un programa de atención especializada a estos sufridos, que incluye campañas informativas en los medios con vistas a alertar a quienes la padecen sin saberlo, y que acudan a recibir los cuidados médicos.

Ellos aconsejan estilos de vida saludables, alimentación sana y  combatir el sedentarismo, la hipertensión arterial y la obesidad, factores que contribuyen a padecer ese malestar, también conocido en Cuba como \"azúcar en la sangre\".

Versados en Endocrinología consideran que en la nación antillana muchas personas no tienen hábito de comer frutas, y sí consumen grasas saturadas y sal extra en las comidas ya elaboradas, por lo que hace unos  años la prevalencia de la obesidad (emparentada con la diabetes) era de alrededor del 40 por ciento, de acuerdo con estadísticas.

A los malestares de la DM se suman otros daños a la salud, asociados a la visión, desórdenes sexuales e impotencia masculina, además de afectar la reproducción, el climaterio y varios males endocrinológicos que asimismo representan un gran desafío para el Minsap.

Y qué decir de los platos típicos, sobre todo el fin de año, que incluyen puerco asado o frito con mucha grasa, viandas fritas (o al menos rociada de grasa y sal) y otros alimentos  y carnes en los que abunda ese peligroso binomio.

A ello se añade el excesivo consumo de helados, bebidas gaseadas y azucaradas, dulces, y las llamadas “comidas chatarra”, como salchichas, hamburguesas y frituras, entre otros alimentos que muchas personas los ingieren y cuando menos lo esperan ya son prediabéticos.

Ese tipo de alimentación es caldo de cultivo de la diabetes, que en todo el mundo daña a millones de personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud, la cual alerta que ese padecimiento cada vez se incrementa.

Por esa razón son esenciales las campañas educativas en la ínsula a favor del ejercicio físico, los deportes, una nutrición balanceada que abarque frutas y vegetales, poca sal y grasa, aparte de que cada cubano y cubana adultos acuda a las instalaciones hospitalarias a examinar su salud, a fin de detectar y combatir cuanto antes una dolencia como la DM, que camina sobre Cuba como un gigante.

El estrés puede incrementar su nivel de azúcar en la sangre, haga respiraciones profundas, jardinería, camine bastante, distráigase,  escuche su música preferida; si se siente deprimido, pida ayuda, consuma alimentos con más fibra, como cereales, hortalizas y tome agua en lugar de jugos y sodas.

Hay tres tipos de diabetes: la 1, el cuerpo necesita insulina para sacar el azúcar (glucosa) de la sangre; la 2: requiere tomar pastillas o insulina para controlar el mal; y la gestacional, que ocurre en algunas mujeres cuando están embarazadas, en la mayoría de las cuales desaparece la enfermedad después que nace el bebé.

Por lo pronto, ¡mucho cuidado con el dulce!, lo asegura quien todavía recuerda haber sufrido de una Neuropatía Craneal Diabética.

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