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trabajo en equipoDurante mi niñez, intenté practicar karate, después boxeo, pero iba dos o tres veces al área deportiva, y luego mi madre me lo impedía.

Ella le dejaba claro a los entrenadores que no podía ser ni aunque yo tuviera el mayor estilo del mundo y aprendiera con rapidez las técnicas, porque eso de patadas y piñazos no debía formar parte del mundo de su hijo.

Uno sentía pena con los demás, se molestaba. Tal vez hasta lloraba en algún rincón, y pensó que no podría caminar en el sueño de ser atleta. Cuando los pasos fueron en el béisbol, todo cambió. Nunca olvido sus palabras: “En eso sí, para que aprenda a trabajar en equipo”.

Ella pudo mencionar argumentos, como es el “deporte nacional”, “a eso juega desde pequeñito”, “yo soy fanática a Orestes Kindelán”, pero prefirió una expresión que va mucho más allá, la cual me acompaña siempre.

Desde entonces, comprendí la necesidad de estar como en familia, aunque todos seamos muy diferentes, porque así se alcanzan las metas con más facilidad, y en el camino hay sonrisas, bromas…, pequeños momentos que calan muy dentro.

Aquel conjunto, de infantes amantes de jonrones y victorias en el terreno, nunca fue campeón, y muchas veces nuestros únicos espectadores en las gradas eran amigos y vecinos. Luego, el camino hacia el estrellato deportivo se disolvió, pero las sensaciones y los recuerdos son agradables.

Nos creíamos una especie de mosqueteros del béisbol, andábamos juntos en la escuela, en las fiestas y hasta nos ayudábamos para conquistar alguna “chica”. Varios somos como hermanos todavía.

¿Cuánto se menciona en Cuba esa frase: “palabra en equipo”? ¿Cuánto se enarbola en reuniones y en momentos de aplausos o críticas? Sin embargo, ¿siempre la aplicamos?

Debe estar entre las más repetidas, pero muchos no son verdaderamente consecuentes con ella en su actuar cotidiano, en las decisiones ni la forma de hacer. Prefieren ordenar, sin escuchar sugerencias e ideas, que pueden ser diferentes. Otros se esfuerzan al máximo desde la individualidad, tal vez con la pretensión de recibir luego un mar de loas.

Según especialistas, para conseguirlo (el trabajo en equipo) son fundamentales la complementariedad, la comunicación, el compromiso y la confianza.

Todos los integrantes deben sentirse implicados en las decisiones, conocer las habilidades de los demás, entender sus roles y ayudarse mutuamente, con la generación colectiva de ideas, sinceridad en las opiniones y, especialmente, acciones, siempre con el propósito de contribuir a más triunfos.

Resulta esencial perseguir objetivos comunes y tener sentido de pertenencia, sentirse útiles e importantes. Es muy fácil subestimar, criticar y hasta frenar, pero lo más favorable es impulsar, escuchar y dar alas, aunque en ocasiones sea necesario aconsejar y poner “mano dura”.

Debe entenderse que los éxitos o fracasos son responsabilidad de todos, por eso es tan favorable extinguir la mentalidad de “éste no es mi problema” o “no me toca a mí”. Las responsabilidades, dificultades y aciertos han de ser compartidos.

Ojalá todos apliquen las palabras de Miguel Díaz-Canel, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, quien este cinco de diciembre publicó en su cuenta de Twitter: “…tenemos confianza en la dirección colectiva y en el vínculo permanente con el pueblo, garantizando su participación en las tareas revolucionarias y en la toma de decisiones”.

En ocasiones, algunos emplean técnicas como ignorar a un subordinado, confundirlo con otro, “olvidar” su nombre, escuchar sus criterios y seguir como si nada…, en el propósito de bajarle los sumos. Con algunos, puede funcionar, para ubicarlos; pero, si no lo merecen, el resultado puede ser nefasto.

Los verdaderos equipos se escuchan y retroalimentan, con la capacidad de cambiar de opinión y crear nuevas estrategias, aprovechando al máximo las diferencias de pensamiento de cada quien, indispensable para una mayor innovación.

La labor como familia jamás deberá ser espejismo, sino fuente permanente de triunfos, buenas vibras, motivación y conquista de sueños. Cuba y sus hijos lo necesitan.

Tomado de la ACN