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no a la violencia

Los actos violentos y de indisciplina escenificados en varios lugares de la ciudad de Guantánamo el pasado Primero de Mayo, tuvieron una amplia repercusión entre sus habitantes en los días sucesivos a esa jornada, dedicada cada año al festejo de los trabajadores.

De manera irresponsable, algunas personas se dedicaron a exagerar los hechos, y ya se hablaba de numerosos muertos, tiroteos y otras barbaridades, al estilo de las películas del sábado, repetían lo dicho por un vecino sin verificación alguna, lo que suele suceder en esos casos, pero que no deja de ser un acto negligente.

 

Lo verdaderamente ocurrido fueron bochornosos hechos que si bien no opacaron el entusiasta desfile protagonizado por el pueblo en contundente demostración de apoyo a la Revolución y su legendario líder, Fidel Castro, principal inculcador de valores y conductas intachables, empañaron la posterior celebración en las calles.

 

En el área recreativa del reparto Caribe, La Lupe y otros sitios dispuestos para el festejo, se produjeron reyertas que requirieron de la actuación enérgica de la Policía y fuerzas especializadas del Ministerio del Interior (Minint), las que a juzgar por opiniones de vecinos no en todos los casos recibieron el apoyo de los presentes, por el contrario, hubo quienes atizaron la indisciplina mientras las autoridades restablecían el orden público.

 

Los implicados en las trifulcas fueron detenidos y puestos a disposición de los tribunales que, con apego a la Ley, procesarán e impondrán severas y ejemplarizantes sanciones.

 

En el enfrentamiento dos policías resultaron lesionados, según informó el teniente coronel Luis Matos Téllez, jefe del Órgano de Información y Análisis del Minint en la provincia. Aclaró, además, que el único incidente ese día en el que dos personas perdieron la vida en una pelea (padre e hijo) fue debido a conflictos familiares, hecho acontecido en calle 5 Oeste entre 8 y 9 Sur, y sin relación alguna con las áreas de festividad.

 

Todos los sucesos anteriormente mencionados que, según el oficial, son cada vez más frecuentes en Guantánamo y causan dolor y llanto en muchas familias, pueden evitarse mediante el diálogo civilizado entre los implicados, pero al intentar resolverlos bajo los efectos del alcohol aflora la violencia y los desenlaces resultan fatídicos.

 

El General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, ha insistido en la necesidad del combate enérgico contra las indisciplinas que empañan nuestra sociedad: “Su enfrentamiento no puede convertirse en una campaña más, sino en un movimiento permanente cuya evolución dependerá de la capacidad de movilizar a la población y a los diferentes actores de cada comunidad, sin excluir a nadie, con rigor e intencionalidad política”, subrayó en la Primera Sesión Ordinaria de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 7 de julio de 2013.

 

En el caso que nos ocupa, las actividades que se organizan cada Primero de Mayo para que los trabajadores festejen su día alegremente en las calles, debieran repensarse en su concepción y no proveer tantas bebidas alcohólicas en las áreas habilitadas a esos fines (solo en el reparto Caribe habían nueve pipas de cerveza), sino más opciones sanas, recreativas, de disfrute saludable, como ferias agropecuarias, artesanales, de productos de Comercio y otras culturales que pueden aplicarse, cuyo centro no sea la aglomeración de personas ebrias alrededor de bafles de música, pipas de cerveza y kioscos con lo mismo de siempre.

 

Hay que seguir pensando porque hay propuestas que funcionan y permiten una recreación con más diversidad de variantes y seguras, como la Noche Guantanamera, que si bien es perfectible, el ambiente allí condiciona un mejor comportamiento de las personas, indispensable en todo momento.

 

Y por supuesto, por obvio que parezca, habrá que seguir insistiendo, por todas las vías, en la formación de valores en los distintos niveles de la sociedad, en cambiar patrones de entretenimiento y en muchas otras causas que originan esas conductas negativas, sin dejar de enfrentar las manifestaciones de indisciplinas y de alteración del orden cuando se presenten.

 

Vulgaridad y guapería no pueden confundirse con modernidad, ni chabacanería y desfachatez con el progreso; pues vivir en sociedad conlleva a asumir normas que induzcan el respeto al derecho ajeno y la decencia, en nada contradictorias con la típica alegría de los cubanos, la cual debe preservarse y desarrollarse.

 

A tener en cuenta tales pautas y mantener la disciplina, particularmente en celebraciones populares y en la próxima etapa veraniega, en la que más personas saldrán a la calle, playas, ríos y otros sitios, exhortan las autoridades del Minint para garantizar el disfrute pleno y con tranquilidad de los guantanameros con tranquilidad.