casa nueva baracoa Eulalio junto a una de sus hijas en su nuevo hogar. Foto: Jorge Luis Merencio

«Mi nueva casa no se parece en nada a la que Matthew destruyó. Tiene tres cuartos, portal, sala, cocina-comedor y duplica el espacio de la anterior, la cual contaba con un solo cuarto, en el que dormíamos mi esposa, mis tres hijos y yo», relata Eloy Cantillo Rodríguez, uno de los más de 100 pobladores del Consejo Popular Mandinga, Baracoa, beneficiados por el Estado cubano con la entrega de un módulo de vivienda de montaña.

«Me siento muy contento con ella, aun cuando resta echarle el piso y ponerle las persianas. También tengo alegría porque solo tuve que pagar 67 pesos cubanos por el valor total de los materiales. El Estado asumió casi todo el pago de ellos, por eso digo que lo que se nos cobró es más bien simbólico», expresa agradecido el campesino.

«Ver mi casita en el suelo fue un golpe duro. En estos lugares de difícil acceso es mucho más difícil conseguir las cosas, por ejemplo, los objetos personales, enseres de cocinas y equipos electrodomésticos», reflexiona Eulalio Rodríguez Cantillo, otro de los beneficiados.

«De la casa que el ciclón me destruyó apenas pude recuperar parte del piso, pero solo me restan detalles para terminar una nueva y más confortable», argumenta este socio de la cooperativa de crédito y servicios Máximo Gómez, quien en el diálogo con Granma se hizo acompañar de su esposa, Luzgarda Rodríguez Guzmán.

LO QUE ASEGURA EL ESTADO

Los módulos de vivienda están destinados a las familias cuyas casas sufrieron derrumbe total y radican en sitios recónditos. A ellas el Estado debe garantizarles 18 tejas de zinc con su caballete, 20 bolsas de cemento, un fregadero, puntillas de diversos tipos y cables para las que viven en zonas electrificadas; mientras que la madera para las paredes y otras necesidades, proveniente sobre todo de las palmas y otros árboles derribados por el meteoro, corresponde gestionarla a los beneficiados, encargados además de la mano de obra.

En Mandinga, comunidad agrícola de difícil acceso, 112 de las 113 familias que sufrieron derrumbe total de su morada decidieron acogerse a esa solución, por ser la más rápida y práctica en el resarcimiento de su casa, ilustra Maryolis Gaínza Estévez, presidente del consejo popular.

Explica el también delegado de la circunscripción 92 que, teniendo en cuenta los bajos ingresos de los lugareños, todas las familias acogidas al módulo recibieron la bonificación del pago de los materiales.

Prácticamente la totalidad de las casas derrumbadas por Matthew en esta demarcación estaban en mal estado, de ahí que la mencionada opción les posibilitará disponer de un hogar más confortable en un tiempo relativamente breve, añade el representante gubernamental.

Ramón Cantillo Navarro, técnico de la Vivienda en el consejo popular, subraya que quienes se acogen a la referida modalidad constructiva se les entrega recursos para levantar una casa de 63 metros cuadrados (m2), mientras quienes optan por un subsidio de los que se otorgan por derrumbe total, solo reciben materiales para una de 25 m2, es decir, del espacio que constituye la llamada célula básica.

BENEFICIADAS 1 625 FAMILIAS EN LA PROVINCIA

El programa de entrega de módulos prevé beneficiar a 2 000 familias de la provincia en una primera etapa. Hasta el 10 de mayo último 1 625 habían sido favorecidas, de ellas 637 en el municipio de Baracoa.

Si bien buena parte de las viviendas están en diferentes fases constructivas, hay que significar, sin embargo, que su ejecución no marcha al ritmo deseado y apenas se han concluido unas pocas, esencialmente por afectaciones con el cemento y las puntillas, recursos que, según directivos del gobierno en Baracoa y la provincia, han mejorado su disponibilidad en los últimos días. En algunas zonas como Mandinga también falta arena, constató este reportero.

Tanto Eloy como Eulalio aseguraron que dueños de vehículos privados le piden entre 1 500 y 2 000 pesos por un viaje de arena desde Barigua, a todas luces un precio abusivo pues la distancia del viaje es de menos de diez kilómetros, si bien el trayecto es difícil, por el mal estado del camino y las elevadas pendientes.  

De las algo más de 42 000 casas afectadas por Matthew, 8 413 corresponden a derrumbe total, categoría que más recursos y tiempo demanda.

La entrega de módulos de montaña constituye una de las vías para dotar en poco tiempo de una vivienda a una cantidad significativa de afectados. Otras opciones están en el plan estatal de edificación de esos inmuebles y en la construcción por esfuerzo propio.

Fuente: Periódico Granma

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