El origen de la mayonesa se remonta a tiempos lejanos, en España. También se le dice mahonesa, pues se cree que nació en la ciudad hispana de Mahón. Resulta deliciosa como acompañamiento de carnes, pescados, arroces y ensaladas. Se trata de una de las salsas más populares en todo el mundo.

La receta tradicional se prepara, básicamente con aceite –el de oliva es el mejor-, huevo, jugo de limón y sal; pero hoy quiero brindarle dos recetas que incorporan otros ingredientes y le permitirán ampliar el espectro de sabores y texturas. ¡Anímese y prepárelas!

En el caso de la mayonesa casera con yogurt se sustituyen los huevos por ese producto lácteo. Resulta muy fácil de hacer: utilice media bolsa de yogur natural, salpimiéntelo y mézclelo en una batidora o a mano. Mientras, añada aceite, poco a poco, hasta que emulsione. ¿Resultado? Una salsa muy suave y deliciosa para acompañar los pescados y las verduras.

Otra variante es la mayonesa de zanahoria. Para prepararla necesita 650 gramos de zanahoria cruda rallada, 1/4 taza de aceite, un diente de ajo, 1/4 cucharadita de sal, el jugo de medio limón y pimienta al gusto.

Corte y cocine las zanahorias hasta que estén tiernas, pero no recocidas. Déjelas enfriar y procesar junto con todos los ingredientes hasta obtener una crema suave y homogénea. Agregue más aceite en forma de hilo mientras se bate para obtener una emulsión más sabrosa. Puede ponerla en el refrigerador durante 6 días, pero no la congele pues perderá el sabor.