En el municipio guantanamero de Maisí no hay otra estrategia que el cumplimiento de los protocolos médicos para la atención a las madres y sus bebés y la responsabilidad compartida con la familia en el cuidado de la gestante.

Esa es, quizás, la clave tras los buenos resultados del Programa Materno Infantil (PAMI) en ese municipio, que recibe sin muertes el penúltimo mes del año.

Resultado multifactorial –como todo en el sector- en el que mucho pesa el trabajo desde la Atención Primaria de Salud (APS), pese a que la compleja situación geográfica obliga a mayores esfuerzos para llegar a las áreas.

PAMI 1En el policlínico de Los Llanos, centro asistencial más grande del municipio de Maisí, ingresan las gestantes con riesgo para brindarles seguimiento médico riguroso. El eslabón primario

Como sistema, el eje funcional del Programa… radica en la APS, compuesta en Maisí por 44 consultorios médicos de la familia (CMF) subordinados a tres grupos básicos de trabajo, dos en las áreas fundamentales (centro y Sabana) y otro en La Tinta.

“A ese nivel se atiende casi todo el proceso de gestación, y tienen lugar las llamadas interconsultas, espacio donde diferentes médicos (clínicos, cardiólogos, nutriólogos, estomatólogos, etc.) evalúan de manera pormenorizada cada caso, lo cual contribuye al seguimiento constante que se les brinda desde los CMF”, explica Danis Coello Chaveco, asesor municipal del PAMI.

En todas las áreas –asegura- “está garantizado el personal médico, pese al reducido número de especialista, por ejemplo, en obstetricia, especialidad en la que contamos con un solo graduado, más un médico general diplomado en este particular (segunda opinión), que atiende la región de Sabana.

“Para apoyarlos, se forman bajo esta modalidad dos profesionales más, lo que debe contribuir a la calidad y periodicidad de las consultas establecidas según los protocolos de actuación vigentes”.

Preocupaciones

Como norma, las embarazadas maisienses ingresan a las 34 semanas para la observación a tiempo completo, hasta el término de la gestación, cuando se trasladan al Hospital Dr. Octavio de la Concepción y de la Pedraja, en el vecino municipio de Baracoa, que les presta los servicios de parto y puerperio.

Eso, de no presentar riesgos, en cuyo caso las recibe, desde los siete meses, la pequeña sala de seis camas para gestantes ubicada en el policlínico de Los Llanos, ante la ausencia de un Hogar Materno en el territorio.

Lo corrobora Leanis Pérez Columbié, residente en La Yagruma, quien a las 15 semanas se hospitaliza porque no ha ganado el peso necesario para sostener su embarazo gemelar. Desde que llegó, recibe la atención esmerada –y rigurosa, valga decirlo- de las enfermeras y médicos, empeñados en cuidar de ella y sus futuros bebés.

Como ella otras seis muchachas –a la espera de ser trasladadas para la Villa Primada- han recibido el tratamiento necesario para enfrentar el parto en las mejores condiciones posibles.

A estas alturas, comentan, agradecen la insistencia de los médicos en cada uno de los lugares donde viven, en momentos en que algunas se resistieron a “bajar” PAMI 2Según el asesor municipal del PAMI las principales dificultades se asocian a la difícil situación geográfica del municipio, la ausencia de un Hogar Materno y la existencia de un solo obstetra para toda la región. para recibir tratamiento, y saben que, incluso un año después de dar a luz, serán atendidas de manera diferenciada.

Aunque en el municipio “hay un bajo índice de enfermedades asociadas al embarazo”, según el asesor del PAMI, lo cual aporta de forma positiva a los resultados, “persisten las sepsis vaginales –en muchos casos tratada incorrectamente- infección urinaria, diabetes gestacional, hipertensión arterial y en menor cuantía crecimiento intrauterino retardado (CIUR)”.

No obstante, advierte, “es preocupante el alza de embarazos en adolescentes, factor de riesgo para la madre y el niño, y que generalmente viene asociado a conductas sexuales desprotegidas, poca percepción del riesgo e irresponsabilidad individual y de la familia, por lo cual es necesario aumentar las labores preventivas y de planificación”.

En este sentido, reconocen médicos interpelados, es escasa la cultura de preparación de la gestación, lo que dificulta la evaluación de riesgos preconcepcionales y por tanto, administrar a las madres en el tiempo indicado suplementos vitamínicos de hierro y ácido fólico para prevenir defectos del tubo neural, malformaciones cerebrales y de la médula espinal, así como ayudar al fomento de proteínas estructurales y aumentar la hemoglobina.

El resultado

La garantía de una atención esmerada es siempre un sosiego para las 206 embarazadas que se sumarán, este año o el próximo, a las 300 que dieron a luz en ese municipio durante 2017, aunque el número de nacimientos registre 296, por la ocurrencia de cuatro muertes fetales tardías. Los lactantes, en tanto, suman 394.

Los indicadores de mortalidad infantil y materna, los más importantes, se mantienen en cero, número que como pocas veces, indica aquí un balance positivo, resultado de una ecuación que integra a las familias, instituciones de salud y sobre todo, la propia madre, para garantizar el correcto desarrollo de la gestación.

No poco es fruto del azar, eso es cierto, pero detrás de esas variables e indicadores del PAMI, está también el desvelo de médicos, enfermeras, personal técnico y de servicios y todo el que interviene en el extenso sistema de atención a madres y niños.

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar