Por su singular y extraordinaria belleza las montañas guantanameras siempre fueron motivos de inspiración para cantores, dibujantes y repentistas. Pero desde el luminoso enero de 1959, cualquier pintor o poeta que quiera reflejar los encantos de estas serranías tendrá también que mostrar en sus versos o lienzos los grandes beneficios sociales llegados con la Revolución.
Las lomas del Alto Oriente cubano son hoy, iguales por su geografía, pero diferentes, por la calidad de vida que disfrutan niños, adultos y ancianos.
Las montañas de Guantánamo, inhóspitas y prácticamente olvidadas hasta 1959, testigos de las luchas por nuestra verdadera soberanía, muestran la materialización del programa del Plan Turquino, con índices primermundistas en varios indicadores sociales, como la mejor respuesta para quienes ilusoriamente pretenden regresar a la Cuba neocolonial.
En la actualidad la población que vive en el lomerío guantanamero alcanza los 207 mil 939 habitantes, en una extensión que abarca los 4 mil 682 kilómetros cuadrados, más del 75, 7 por ciento de todo el territorio de la provincia.
El retrato del campesino sin trabajo quedó desterrado de las montañas; hoy unos 93 mil 220 adultos forman la población económicamente activa.
Erradicados están males y enfermedades que provocaban la falta de desatención médica. A finales de 2018 existen 252 consultorios y laboran mil 333 galenos, 357 estomatólogos y mil 539 enfermeras en las áreas del Plan Turquino.
Las escuelas primarias suman 458, nueve de adultos, 10 círculos infantiles, 36 secundarias básicas y 8 preuniversitarios, hablan mucho de la obra educacional, logros a los que se suman los 10 centros universitarios municipales.
En todos los niveles los educandos tienen garantizada la base material de estudio y se utilizan modernos medios audiovisuales e informáticos para continuar elevando la calidad del aprendizaje.
El deporte también amplía su presencia y espacios en nuestras lomas. Aunque la carencia de pelotas y otros implementos aún es muy latente, profesores y activistas se empeñan multiplicar la práctica de ejercicios físicos, convencidos de que el trabajo en la base es la cantera de donde saldrán nuestros futuros campeones.
En las montañas el aumento en la realización de actividades físicas y de recreación contribuyen también a mejorar la vida del poblador montañés.
Al igual que en las ciudades en la mayoría de los asentamientos rurales del territorio, la población disfruta de la electrificación por diferentes vías, y de los beneficios de nuevos equipos electrodomésticos.
La vieja estampa del fogón de leña y el jarro cubierto de tizne está en extinción, ahora los campesinos cocinan en hornillas eléctricas y emplean calentadores para preparar sus baños.
La vivienda, uno de los grandes problemas de la provincia y el país, tuvo en el 2018 un impulso especial, sobre todo en los municipios afectados por los huracanes Matthew e Irma. En áreas del Turquino guantanamero se construyeron, de diferentes tipologías, más hogares que nunca antes en la historia del territorio.
Hasta hace unos años, desde muchos asentamientos rurales resultaba bastante difícil comunicarse con cualquier otra región, situación que cambia con la progresiva instalación de la telefonía fija y fija alternativa en la mayoría de los pueblos y bateyes del territorio, incluso zonas wifi en varios asentamientos del Plan Turquino.
En zonas donde la señal televisiva era muy baja fueron instaladas antenas satelitales en viviendas, ahora los habitantes de estos lugares tienen la posibilidad de ver más canales que muchos residentes en la ciudad de Guantánamo.
Lograr el desarrollo de un territorio, con el ecosistema más frágil del país, solo es posible con la aplicación consecuente de adelantos científicos técnicos.
En las áreas del Plan Turquino se materializan proyectos de innovación tecnológica dirigidos a elevar la calidad de vida del serrano y el logro de mayor cultura medioambiental.
Continúa la labor de reforestación de importantes áreas boscosas y de las principales cuencas hidrográficas, con la plantación de árboles maderables y frutales.
Nuevas tecnologías permiten la producción sostenible de viandas, granos y hortalizas, así como la reproducción, manejo y explotación de animales de alto valor genético en ecosistemas de montañas.
Jóvenes investigadores han laborado en la determinación de técnicas combinadas de labranza y cultivos para el mejoramiento de suelos degradados, lográndose su mejoramiento y conservación.
En la actualidad continua el trabajo de evaluación agroecológica a áreas de cultivos de café, coco, cacao y frutales, productos de gran importancia económica para la provincia.
Si algo más de las tres cuartas partes del territorio guantanamero está cubierto por montañas, entonces es fácil comprender lo que estas representan en la alimentación del pueblo, sobre todo en lo relacionado a la producción de granos, frutas y viandas.
Diferentes variedades de plátanos, malanga y ñame están presentes en nuestras serranías y sus producciones se duplicarán con la introducción de clones más resistentes.
En la provincia continúa el trabajo de reordenamiento de los cultivos, con énfasis en las plantaciones cafetaleras, cacaoteras y de coco, en los mejores suelos.
Muchas comunidades rurales de la provincia forman parte de un programa de atención especial para su reanimación, impulso y desarrollo integral, acciones que se integran a las importantes transformaciones presentes el Plan Turquino.
Son incuestionables los avances en el desarrollo económico social de nuestras serranías, que para muchos países aún son solo utopías.
Pero aún son muchos los retos y desafíos para continuar elevando la calidad de vida del poblador montañés, como son la necesaria construcción de más viviendas, el mejoramiento del transporte y en la prestación de los servicios que se brinden al pueblo.
Sin dudas Guantánamo, es ejemplo de los beneficios llegados a las montañas en estas décadas de Revolución en el poder. Unas lomas que desde enero de 1959, son las mismas por su geografía, pero diferentes por la garantía social presente para quienes tienen el orgullo de vivir en ellas.
