“Por mucho que lo intenten los enemigos de la Revolución nunca podrán opacar la dignidad y profesionalidad de la Medicina Cubana”, comentó a Venceremos la doctora Yalieska Nápoles Sánchez, quien cumplió misión en Brasil durante 16 meses.
Entrevistada a propósito del artículo publicado por el reportero Nicholas Casey en el diario The New York Times, el pasado 17 de marzo, sobre la colaboración médica cubana en Venezuela, la doctora aseguró que se trata de otra patraña del imperio para desacreditar la noble y reconocida labor de los galenos de la Mayor de las Antillas.
“El mundo entero sabe que el rotativo no reflejó la realidad porque los médicos cubanos estamos preparados y curamos por amor, con el corazón en la mano porque lo sentimos y fuimos educados y formados en un sistema que enaltece los principios humanitarios y solidarios, aunque necesitemos el dinero.
“Esos valores los hemos demostrado en Paquistán, Nicaragua, Haití, Brasil, Venezuela y muchas naciones del planeta. Tal comportamiento nos diferencia de los galenos de otras partes del mundo, incluidos los brasileños”.
Cuenta que en Brasil los cubanos llegaban a lugares casi inaccesibles transitando por terraplenes fangosos, luego montaban pequeños barcos o lanchas hasta las comunidades ubicadas en las riberas del Amazonas, cuyos habitantes carecen de cobertura médica, electricidad y otros adelantos de la vida moderna.
“A esas poblaciones prácticamente abandonadas, las asistíamos los sábados, cuando no debíamos laborar, sin cobrar un centavo, a solicitud del Prefecto del municipio Santana, en el estado Mapa, uno de los más pobres del país, porque de ir los médicos brasileños tenían que pagarles.
Al decir de la doctora el esfuerzo de los cubanos fue mayor porque en Brasil tuvieron que lidiar con enfermedades, como la Leishmaniasis, estudiadas antes de ir al gigante suramericano, pero inexistentes en Cuba, además de la Fiebre Amarilla, Paludismo, Sarampión, erradicadas al triunfar la Revolución.
“Sin embargo aprendimos los procederes y atendimos eficazmente a los pacientes, quienes agradecieron nuestros servicios”.
Comentó que cumpliendo órdenes del gobierno de los Estados Unidos, el presidente de Brasil intentó desacreditar a los médicos cubanos, “nos hizo sentir mal llamándonos brigadistas sanitarios, y provocó nuestra retirada del Programa Más médicos sin mirar el daño que hacía al pueblo.
“Somos quienes debemos ser, actuamos allá y en cualquier parte, como mismo hacemos aquí todos los días, y nos admiran en los más de 60 países donde hemos prestado servicio, al punto que todo el que nos tiene cerca busca atenderse con nosotros”.
Dispuestos a colaborar con quienes necesiten nuestra ayuda
Similar punto de vista acerca de las mentiras publicadas por el periodista lo ofreció la también doctora Yarileisy Suárez Borges, quien con solo nueve meses en el gigante suramericano tuvo que regresar a Cuba debido a las amenazas del presidente de esa nación Jair Bolsonaro.
Tras informarse sobre las invenciones del periodista norteamericano, ella patentizó la opinión del ministro de Salud, José Ángel Portal, al subrayar que ningún verdadero médico cubano niega el servicio y mucho menos arriesga la vida de un paciente para lograr fines políticos.
Apuntó además que para despertar el interés y convencer a muchas personas en el mundo, a nuestros galenos bastaría seguir desempeñando, como lo han hecho hasta ahora, su humana y generosa labor, y al imperio le molesta que usemos la salud para combatir los males del planeta.
“En Brasil –declaró- los pacientes tenían total confianza en nuestro trabajo, por eso muchos lloraron cuando supieron que nos retirábamos y, “gracias” a Bolsonaro, quedarían desprovistos de atención médica, como inmediatamente sucedió.
“Algún día los brasileños, que no tienen culpa de la subordinación de su presidente a los designios del gobierno de los Estados Unidos, se darán cuenta del error cometido al votar por quien los traicionó vilmente”, comentó.
Mientras, los médicos cubanos volvimos a nuestros puestos de trabajo, los mismos que teníamos antes de ir hacia aquel país, en los que seguimos desempeñando nuestra labor diaria, y dispuestos a colaborar con quienes necesiten nuestra ayuda, incluso en lugares de pobreza extrema, como en Brasil.
El servicio social: la mejor escuela
Aunque no ha tenido la oportunidad de vivir en carne propia las urgencias médicas en otros países, el recién graduado Ernesto Hinojosa Rodríguez, sabe que lo dicho por escrito en el NYT son puras falsedades, pues conoce el prestigio de los profesionales cubanos en el mundo.
“Los plegados al imperio pueden engañar a cualquiera menos a los hijos de este país que ha brindado cooperación sanitaria a más de 120 países, durante 55 años. He escuchado historias sobre las hazañas de nuestros profesionales contadas por muchos internacionalistas, entre ellos cerca de 30 colegas míos.
Con 25 años, Ernesto fue ubicado hace casi seis meses en el consultorio de Viento Frío, la comunidad más intrincada del municipio, donde cumple el servicio social luego de recibir dos cursos introductorios sobre el funcionamiento de esos centros asistenciales dedicados a la atención primaria de salud.
“Es una gran responsabilidad ser médico titular de un consultorio en un sitio tan apartado y de difícil acceso como este, donde la salud de 163 personas, entre ellas niños, adultos y ancianos, depende de tus habilidades y conocimientos.
“Gracias a que tengo solo dos gestantes, escasos niños y ningún diabético, las situaciones enfrentadas no han sido traumáticas y el trabajo resulta menos engorroso que cuando tienes que dedicar a esos pacientes la atención esmerada que ellos requieren.
“Por suerte para mí la población, en su mayoría campesinos acostumbrados al rigor del campo, aunque bastante envejecida, es saludable por consumo de alimentos sanos y el aire puro que se respira en estos parajes.
El joven galeno contó que se ha adaptado bien, la población es buena, lo acogió con cariño y respeto, y lo ayuda en todo cuanto necesita, incluso a acortar la distancia que lo separa de sus seres queridos en la ciudad de Guantánamo, donde vive.
Para él Viento Frío, más que el lugar donde aprende a dar los primeros pasos en el camino de la Medicina, es la escuela que le faltaba. “En estas montañas, casi siempre húmedas y fangosas por la lluvia, por primera vez monté a caballo, único medio de transporte para ir a visitar a los pacientes.
“Aquí, en poco tiempo, me he convencido de que la práctica es realmente el criterio de la verdad y la única vía para complementar los conocimientos teóricos que adquieres en la academia”.
Cobertura médica asegurada
Los profesionales entrevistados forman parte de los 76 galenos del policlínico Félix Pena Díaz que, con 24 consultorios y dos Grupos Básicos de Trabajo (GBT), garantiza cobertura médica a la totalidad de los habitantes de Guaibanó y Puriales de Caujerí, Consejos Populares (CP) pertenecientes al municipio de San Antonio del Sur.
“Además de asegurar atención primaria a la población, nuestra institución dispone de 10 camas para ingreso de pacientes de Medicina Interna, Obstetricia y Pediatría”, explicó Levieska Medina Lambert, directora del centro.
La joven doctora, con seis meses en el cargo, dijo que la población tiene a su alcance también servicios de estomatología, laboratorio clínico, rayos x, ultrasonido, rehabilitación integral y farmacia, dentro del propio policlínico.
“A las especialidades de ortopedia, dermatología, endocrinología, reumatología, cardiología, psiquiatría, urología y otras ausentes en el área de Salud, los necesitados pueden acceder los segundos martes de cada mes, durante las proyecciones comunitarias”, apuntó.
La directora aseguró que la misma atención de calidad que se presta a las personas en el policlínico, la reciben los habitantes de las siete comunidades de difícil acceso del municipio, a través de los consultorios del médico y la enfermera de la familia.
Precisó que hasta esos lejanos sitios los galenos (en su mayoría provenientes de la ciudad de Guantánamo) se trasladan en transporte público y, a caballo, en mulos o a pie, mantienen controlados a los pacientes con hipertensión arterial, diabetes mellitus y cardiopatía isquémica, enfermedades predominantes en ambos CP.
En esa zona, donde campesinos expoliados y sus familias morían de hambre, miseria y enfermedades antes de 1959, la Revolución ha impulsado el progresivo desarrollo integral de las comunidades y múltiples servicios, como el de Salud, que garantiza mayor calidad de vida a sus habitantes.
El Estado, que ha invertido millonarias cifras de dinero para ese propósito, destinó este año el 51 por ciento del presupuesto de gastos (más de 55 millones de pesos diarios) a los sectores de Educación y Salud, lo que sostiene la prestación gratuita de estos servicios.
Mientras, el gobierno del imperio más poderoso jamás visto en la tierra malgasta multimillonarias cuantías de recursos financieros y materiales fabricando armas y bombas para agredir e intervenir militarmente en naciones progresistas como Venezuela y matar seres humanos inocentes en muchos “oscuros rincones” del planeta.