La sala de Ictus del Hospital General Docente Doctor Agostinho Neto, en los últimos cinco años, ha logrado minimizar las complicaciones de los pacientes con accidentes cerebrovasculares y su reincorporación a la sociedad, según informó Rogelio Creagh Bandera, director del centro asistencial.
El servicio del hospital guantanamero, abundó, aporta a que la provincia mantenga indicadores de mortalidad, letalidad y morbilidad, por debajo de 18 por ciento, el límite establecido por el Ministerio de Salud Pública, lo que ubica al territorio entre los mejores del país.
En el control del padecimiento, considerado de alta mortalidad, participa un equipo de especialistas de medicina interna, neurólogos, rehabilitadores y enfermeros -ubicados físicamente en la sala de 5D- estructurado en Cuidado mínimo y Atención al grave, con asistencia médica las 24 horas.
Para corroborar el diagnóstico de ictus, por otra parte, se trabaja de conjunto con los laboratorios clínicos, y los servicios médicos de microbiología e imagenología, lo que ha sumado calidad al tratamiento de estas afecciones, que son la tercera causa de muerte en Cuba según datos estadísticos del 2012.
La rehabilitación, que inicia en la sala y termina en los centros comunitarios, ha sido esencial para que los pacientes de trombosis y hemorragias –que reciben el nombre de accidentes vasculares encefálicos o ictus-, por lo general personas mayores de 60 años, puedan rebasar los daños físico motores y del intelecto que conllevan y reincorporarse a la vida social.
“De manera general, este es uno de los servicios de mayor calidad, tanto técnico profesional, como de atención a la población, reconoció Creagh Bandera, al tiempo que apuntó que de los 700 casos ingresados en la sala, este año, sobrevivió el 85 por ciento”.
El logro cobra mayor significado por la tendencia a la mortalidad de estas enfermedades sobre todo en países del tercer mundo. En Cuba, contribuye la esencia preventiva y de atención universal gratuita de nuestro sistema de salud.