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maduro
Caracas, 16 de abril de 2016

 

Al Séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba

 

Queridas compañeras, queridos compañeros:

 

Reciban desde la Patria de Simón Bolívar y Hugo Chávez un abrazo pleno de admiración, solidaridad y afecto, reafirmando, una vez más, la hermandad entre nuestras dos Re­voluciones, entre nuestros dos Pueblos.

 

Históricamente, abril es para la Patria Grande un mes estelar. Han pasado más de dos siglos desde el 19 de abril caraqueño de 1810; cincuenta y cinco años desde el abril de Playa Girón; catorce años desde el abril de 2002. Abriles marcados por luchas, por definiciones de rumbos, por sacrificios, por victorias que impactaron el destino de nuestros Pueblos y dejaron sus huellas tan visibles que sobre ellas seguimos caminando.

 

Después de más de cuarenta años del Primer Congreso del PCC realizado en 1975, este Séptimo Congreso es luminosa demostración de la solidez de la Revolución Cubana, y constituye una suerte de bitácora hacia el porvenir de justicia y dignidad que trazó el Apóstol José Martí a fines del siglo XIX y que ha tenido en el Comandante en Jefe Fidel Castro a su mayor obrador y su más consecuente adalid. Hoy el General de Ejército, Presidente de Cuba y Secretario General del PCC, Raúl Castro, le está dando perfecta continuidad a tan inmenso y luminoso legado.

 

Fidel, Fidel, Fidel. Hoy hago mías, enteramente mías, las pa­labras de nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez, pa­ra saludar su entrañable presencia en este Congreso.

 

“Quiero rendirle tributo a Fidel y a su largo andar por nuestros pueblos, despertándonos. Fidel es un soldado, soñador, ejemplo sin duda para todos nosotros y para generaciones enteras de latinoamericanos, caribeños y de luchadores del mundo”.

 

Hace cinco años, con ocasión del Sexto Congreso del Par­tido Comunista de Cuba, nuestro Comandante Hugo Chá­vez celebraba su trascendental importancia: un millar de delegados de toda Cuba, después de meses de deliberación y debates en asambleas populares exponían sus conclusiones para construir los nuevos rumbos ante las exigencias y los desa-fíos que marcaba el devenir histórico.

 

Cada Congreso del Partido ha reafirmado el camino de Cuba: construir el socialismo desde el Poder Popular. Esta ha sido y es una enseñanza para nosotros, para todos los Pue­blos que de verdad quieren conducir sus destinos, construir su historia.

 

Este Séptimo Congreso continúa sobre los lineamientos del anterior: superar la crisis económica y lograr crecimiento con dignidad, apego a los principios revolucionarios y defensa del socialismo. Sin embargo, en estos cinco años los retos y los desafíos han crecido, y se ha hecho aún más compleja la situación económica, social, política y ambiental en nuestra región y en el mundo.

 

Nuestra América enfrenta una nueva ofensiva recolonizadora, caracterizada por el acoso multidimensional a los go­biernos populares y progresistas de la región, que tienen co­mo denominador común el plan de reinstauración neoliberal, por distintos medios.

 

Este Séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba, constituye un baluarte moral, político, ideológico, cultural y social para las fuerzas que en toda la región hacen frente a tales intentos desintegradores del proyecto de independencia y unión de América Latina y el Caribe, en particular de quienes hemos elegido el camino revolucionario y la vía del socialismo.

 

Nos dijo el Comandante Fidel en Caracas, cuando vino a la toma de posesión de nuestro Comandante Supremo en febrero de 1999, refiriéndose al tiempo anterior al período especial:

 

“Sin esos años que dispusimos para educar, sembrar ideas, conciencia, sentimientos de profunda solidaridad en el seno del pueblo y un generoso espíritu internacionalista, nuestro pueblo no habría tenido fuerzas para resistir”.

 

Algo similar podríamos decir sobre los tiempos difíciles de desestabilización y de guerra económica y mediática sin tregua contra Venezuela. Cuba es para nosotras y nosotros símbolo inequívoco de la resistencia contra el imperio. Tengan la certeza de que Venezuela no va a ceder ni un palmo de terreno: estamos resistiendo y vamos a vencer con la fuerza de nuestra dignidad bolivariana y chavista.

 

Si alguna nación ha enfrentado retos y desafíos es, precisamente, Cuba.

 

Cuba es una consecuente y magnífica artesana de la Re­sistencia. De ese ejemplo hemos bebido en Nuestra América. De Cuba hemos aprendido a no vacilar, a no rendirnos porque nos asiste la razón, el amor a la Patria, la continuidad de la batalla histórica de nuestras Libertadoras y Libertadores por la Independencia.

¿Cuántos tiempos duros no ha sufrido Cuba? Y ahí está firme en la batalla de las ideas, de la organización, del debate.

 

Compañeras, compañeros:

 

A este Séptimo Congreso del Partido están atentos muchos ojos y oídos en el mundo, a pesar del ocultamiento, la tergiversación o el menosprecio de los grandes monopolios de la información.

 

Nosotros estamos seguros de que con su madurez política, su valentía y su conciencia, el Pueblo de Martí va a enfrentar victoriosamente las tormentas, pues no en vano las ha enfrentado y vencido siempre.

 

Hacemos nuestras las palabras de Raúl Castro en la inauguración de este espléndido Congreso:

 

“Lo peor que puede hacer un revolucionario, sea comunista o no, es quedarse cruzado de brazos ante los problemas... No tenemos ese derecho y menos en los tiempos que corren”.

 

Una vez más la historia nos pone frente a grandes desafíos y siendo la unión la clave de nuestras victorias, la Revolución Bolivariana ratifica su más profunda y fecunda unión con la Revolución Cubana, para seguir impulsando las transformaciones que lleven felicidad a nuestros pueblos.

 

La unión que nos ha permitido ser motores del Alba, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, que desde su fundación por los dos grandes comandantes Chávez y Fidel, se ha fortalecido marcando un rumbo de solidaridad y justicia, sembrando la región de numerosas conquistas sociales y llevando al mundo un mensaje de dignidad y esperanza.

 

La unión que marcó el nacimiento de la CELAC, Co­mu­nidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe, que hace de nuestra región una zona de Paz.
Unidos defenderemos nuestra independencia, nuestras Revoluciones, nuestro camino al socialismo. Unidos construiremos la Patria Grande que soñaron nuestros Libertadores.

 

Cuba no está sola; Cuba nunca más estará ya sola. Y la Patria de Bolívar y Chávez está irrenunciablemente hermanada con la Patria de Martí y Fidel.

 

¡Que Viva Cuba, Martí y Fidel! ¡Que Viva la Patria Grande!

 

¡Chávez Vive, la Patria Sigue!,

 

¡Hasta la Victoria Siempre!,

 

¡Independencia y Patria Socialista!,

 

¡Viviremos y Venceremos!,

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