Una ciudad es su gente y sus espacios. Es su tiempo, las fotos que guardan cómo era, los sueños que la proyectan al futuro. Una ciudad es la memoria del beso en una esquina, las historias de bancos y portales.
Una ciudad también son sus ausencias, las sillas que se quedaron vacías, la gente que no está, la que dejó su cuerpo repartido en la tierra callada de San Rafael, y aquella cuyos huesos, algún día, se humedecerán con la lluvia dejada caer por un cielo que no es el suyo, en algún cementerio de una ciudad extraña.
Una ciudad son sus nacimientos, sus buenas noticias y sus augurios. La magia colectiva del soñar en el mismo espacio y tiempo, el dolor compartido, la angustia desmedida de algunos días que se sobreponen con la ciudad misma, gracias al dulce milagro de su permanencia.
Una ciudad es cómo nació y cómo vive. La nuestra marcada por los ríos, naciendo al pie de El Saltadero, creciendo para besar los puntos cardinales, más allá de cualquier límite soñado.
Es su arquitectura y su sonrisa, el poema de quien le canta y la canción que la arrulla. Una ciudad es su amanecer y su mediodía, y sus ruidos cuando el sol va cayendo. Una ciudad es un ser vivo que se alimenta, y sueña, y se embriaga a veces, y se reinventa una y otra vez según quien la mire, quien la sienta, quien la ame…
Una ciudad es lo que inspira, es quien abraza, es el soporte físico bajo nuestros pies y la oquedad donde guardamos el alma, no importa dónde nos llevemos al cuerpo. Guantánamo es la mía, la nuestra y estuvo de cumpleaños. Felicidades.
Para convidarla, algunos versos de quien fuera uno de sus hijos más ilustres, el bardo Regino Eladio Boti Barreiro.
LA FAMA DE CHINI
Creada a golpe de cincel
en la propia eminencia y bajo el sol,
vuelas sin tener alas, porque
-aunque terrena- eres lo ideal.
Grácil, ingrávida, serena,
tu helénica euritmia redime
de venal mercantilismo -pregonando su gesta-
a mi aldea natal.
LUZ
Yo tallo mi diamante,
yo soy mi diamante.
Mientras otros gritan
yo enmudezco, yo corto, yo tallo;
hago arte en silencio.
Y en tanto otros se agitan
con los ritmos batallo
y mi nombre no agencio.
Yo soy mi diamante,
yo tallo mi diamante,
yo hago arte en silencio.