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Andrés Lorenzo Rodríguez RevéAndrés es uno de los bailarines de avanzada del Ballet Folclórico BabúlLa novedad del discurso escénico, lo atractivo y sugerente de su estilo y la constante experimentación hacen hoy del proyecto Bad Steps, o Malos Pasos, por su traducción en español, un referente único en la danza urbana de Guantánamo. Nacido en la Asociación Hermanos Saíz (AHS), la agrupación combina elementos clásicos de la danza y el baile callejero para deleite del público.

Su arte sin fronteras es fruto del trabajo de un joven que crea, recrea y sueña bailando: Andrés Lorenzo Rodríguez Revé, miembro de la AHS y jefe de sección de Artes Escénicas de esa organización en el Alto Oriente.

Andrés de forma autodidacta arma las coreografía con nociones de la academia como base, para defender el legítimo lugar de Guantánamo como exponente del arte callejero actual, y específicamente del danzario.

Sobre cómo espera lograrlo, sus motivaciones, formación y sueños, Venceremos dialogó con él, quien es también integrante del Ballet Folclórico Babúl, una de las tres compañías profesionales danzarias que prestigian esta tierra entre ríos.

El camino del danzarín

Rodríguez Revé admite que siempre amó la danza, desde que aprendió sus primeros movimientos en comparsas del municipio. A paso de conga y otros ritmos tradicionales entró en ese mundo maravilloso. En ese momento, lo urbano también le abrió las puertas a algo más contemporáneo.

“Mi formación comenzó en la Casa de la Cultura con el proyecto Fénix, la profesora Yorleys Matos y el bailarín Adolfo Castillo, este último del Babúl, vieron talento en mí y me motivaron a seguir ese camino.

“Luego conocí a mi mayor referente en la danza, alguien de quien me confieso eterno fanático: Alfredo Velázquez Carcassés. Su vida, obra e historial artística me inspiraron, e inspiran, a soñar grande. A él debo mi persistencia en esta carrera.

“También sigo a otras figuras de la danza como Santiago Alfonso, su concepción de la danza y el espectáculo se acerca mucho al estilo que quisiera. Aunque en Babúl aprendí que uno debe saber moverse en cualquier estilo contemporáneo, folklórico, espectáculo, urbano…

“Por eso cuando intento crear apelo a esos maestros que nos antecedieron. Uso la técnica de Marta Graham y hasta las piruetas de Carlos Acosta. Confieso que me hubiese encantado aprender ballet, es un secreto que no todo el mundo sabe; soy muy apegado a lo clásico y de hecho a la hora de bailar y fusionar, intento mostrar esa pose”.

En el año 2023, Andrés entró a formar parte de la Asociación Hermanos Saíz, una organización que sirvió de cobijo e incentivo para sus proyectos como creador, una faceta que despliega con elegancia y suma exquisitez en busca de un sello de autenticidad, algo propio.

“Me gusta mucho la fusión. En estos tiempos es importante saber mezclar, con sumo respeto a la técnica, lo folklórico, lo clásico y el espectáculo, porque el público quiere divertirse también.

“Empecé a coreografiar con 15 años, aunque no fue hasta que entré al Conjunto Artístico Integral de Montaña que vi mi sueño empezar a realizarse. Allí fui jefe de danza y me di cuenta verdaderamente del potencial que tenía como coreógrafo.

“El primer montaje fue un solo: El príncipe del tambor, que narra la historia de un bailarín que vivía en un castillo y desde allí tocaba al pueblo hasta que logró un día salir y disfrutar con su gente. En el 2024 también fui corógrafo en la temporada 30 aniversario de Babúl y así he ido armando mi currículum sucesivamente”.

El paso hacia Bad Steps

Un antes y un después para la carrera de Andrés Lorenzo marcó el proyecto Bad Steps como artista, creador, coreógrafo y líder.

“La idea surge al conocer a un bailarín de la calle, llamado Giraudy Machado, me atrapó su bailoteo y me acerqué a él para comentarle que quería fusionar mi estilo con el suyo. La escuela y la calle, pensé yo en ese momento. Ahí empezamos a buscar muchachos con ese mismo interés, principalmente seguidores del Freestyle y surgió Bad Steps.

“Yo le puse además como condición que debían conocer las danzas contemporáneas y folklóricas, así nos presentamos en la AHS un día y fue una explosión de aplausos lo que nos hizo comprender que íbamos por la senda correcta. Desde entonces nos hemos movido como acompañantes de espectáculos de la Asociación, hemos ido a clubes, giras de artistas y hasta las comunidades. Mi sueño es hacer de este proyecto una compañía profesional.

“Otra aspiración, que ya está prácticamente concretada es el concurso de baile Impulso urbano, una iniciativa que surge gracias a la AHS en 2023, para que los jóvenes de la provincia defensores del Freestyle tuviesen un espacio donde demostrar y medir su talento. Aquella primera edición fue genial y en este 2024 hicimos la segunda; en ambos casos amamos los resultados.

“Para mí es súper importante Impulso urbano, porque vemos coreografías de muchachos que necesitan visibilidad en la televisión, la radio y el periódico para entender que su arte tiene un valor para la provincia, pero también a nivel nacional e internacional. Creo que ese evento puede ser el momento para que bailarines del país y otros lares vengan a defender un estilo identitario de la danza.

“Debo agradecer que en estos últimos años he tenido el apoyo incondicional de la AHS para cada uno de mis proyectos. La casa del Joven Creador es mi casa, donde comencé y crecí como artista, por eso creo que la organización puede y debe hacer más por los jóvenes creadores guantanameros.

“La AHS debe acercarse más a esos chicos y chicas que van despuntando en el arte, para acompañar su evolución, explicándoles qué es la asociación y cuántas puertas abiertas tiene para el arte joven de vanguardia…ciertamente pasamos por una situación difícil hoy, pero al menos para mí es y será siempre útil que exista esta organización, con sus becas, eventos y mil oportunidades para crear y creer en Guantánamo como tierra de grandes artistas”.