La recién concluida edición de la Feria Internacional del Libro en Guantánamo consolidó una vez más su papel como espacio esencial para la promoción de la lectura, con una programación que incluyó presentaciones de autores locales y foráneos, talleres de edición y espectáculos artísticos, el evento logró congregar a familias enteras, reforzando su carácter educativo y comunitario.
En general se pudo disfrutar de un recinto ferial en estado constante de disfrute. El Centro Provincial del Libro y la Literatura junto a las autoridades del orden público, desplegaron esfuerzos notorios para garantizar el orden, destacándose la presencia policial y la organización de actividades dirigidas a todos los públicos, no obstante, se pudieron observar varias escenas poco acordes a la esencia del evento.
Las ventas informales de tabaco en las inmediaciones de la zona de venta, una práctica ajena al espíritu del encuentro. Dichos comerciantes, en no pocos momentos alteraron el orden con comportamientos poco adecuados para espacios públicos, fue posible observar situaciones aisladas de conductas inapropiadas como individuos en estado de embriaguez o solicitando ayuda económica, hechos que contrastaron con el ambiente familiar que predominó.
La Feria Internacional del Libro funciona como vitrina cultural, su impacto en el fomento de lectura, especialmente entre niños y jóvenes, es de crucial reconocimiento. Sin embargo, la presencia de elementos disruptivos subraya la necesidad de fortalecer los mecanismos de control y prevención, futuras ediciones deben beneficiarse de una coordinación más estrecha entre instituciones, vendedores autorizados y la comunidad, así como de campañas de concientización que enfaticen el respeto al entorno familiar.
La crítica, siempre desde lo constructivo, no opaca los logros, sino que invita a perfeccionar lo alcanzado. Guantánamo demostró, una vez más, su capacidad para albergar un evento de talla internacional, que nutre no solo el espíritu lector de los ciudadanos, sino que tiene un importante impacto económico notándose en los 418 mil 141 pesos cubanos logrados de importe total durante el evento.
El reto ahora es asegurar cada que cada detalle, desde la logística hasta la conducta ciudadana, refleje la grandeza de este magno evento literario que trasciende por su compromiso con la cultura y la familia, que, como eje central de nuestra sociedad, debe seguir siendo la protagonista.