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El proyecto Leo, luego existo, dirigido por el escritor William Vargas Cabrera, es un proyecto literario creado como resiliencia lectora en tiempos de pandemia y que recientemente cumplió su quinto aniversario. La mejor forma de celebrarlo, ha sido con la inserción de dicho proyecto en la delegación de Guantánamo a la 32 edición de las Romerías de Mayo.

El proyecto inició como un grupo de Whatsapp en tiempos de la COVID-19, una forma de compartir de sobreponerse a toda la crisis que se vivía en ese momento, era la manera de escapar de un encierro y una realidad que en ese momento parecía lúgubre.

“Hoy el proyecto no solo es una comunidad virtual con presencia de usuarios de varios países hispanohablantes, sino que poco a poco se ha ido transformando en un grupo presencial con debates, lecturas y encuentros, siempre con la misma primicia de ser un foco de resiliencia lectora”, explica Vargas Cabrera.

En cuanto a los libros debatidos, se aceptan de todo género, siempre y cuando prevalezcan valores que ayuden a mejorar la forma de percibir el mundo y la manera de proyectarse cada uno. Se trata de no discriminar ningún tipo de autor o literatura, pero se intenta que cada libro que se debata ostente una enseñanza que aporte a los lectores una luz en su día a día.

¿Cómo se gestionan los públicos del proyecto?

Para el público que pertenece a la esfera de las redes se realizan encuentros programados que se desarrollan una vez al mes, en esos debates en línea suelen participar también el público que asiste a nuestros encuentros presenciales, que antes de celebrarse se notifica con antelación para asegurar la asistencia de público.

Los encuentros presenciales se pactan con la comunidad. Se busca crear un ambiente ameno para los participantes, no solo es para debatir libros, sino que conozcan personas que pueden compartir mismos gustos, una suerte de familia literaria.

¿Logros y desafíos?

Creo que un logro es como el proyecto se ha convertido en una red, una comunidad, una familia muy robusta que ha permanecido en activo por cinco años.

Otro logro primordial es conseguir la formación de clubs de lectura provinciales y que planeamos insertar las que faltan. Hemos facilitado la lectura de obras a públicos que de otra forma no habría podido acceder a ciertos títulos, por lo caro de los precios o porque son ejemplares escasos.

Un triunfo del proyecto y las dinámicas organizadas han posibilitado el acercamiento de jóvenes y no tan jóvenes a la literatura clásica que en ocasiones puede ser de compleja comprensión, dígase Alejo Carpentier, Gabriel García Márquez y otros autores que la dificultad de su escritura puede entorpecer el entendimiento de los lectores iniciantes.

Desafío tenemos muchos, estamos ante la necesidad de buscar nuevos mecanismos de promoción. Nos hemos apoyado en instituciones como la Asociación Hermanos Saíz de Guantánamo, el Centro Provincial del Libro y la Literatura y mypimes, aunque todavía consideramos que nos falta cierto reconocimiento y apoyo de otras instituciones.  

El mayor reto fue superado: el escenario pospandémico donde una vez abiertas las calles y levantada la cuarentena se podía perder el público logrado en el contexto pandémico, pero se demostró que el proyecto es sólido y con una comunidad leal y comprometida.

¿Qué tienes planeado para el futuro de Leo, luego existo?

En este momento lo más primordial que tenemos es la implementación de los clubs de lectura en las provincias restantes, queremos lograr lazos sólidos con las instituciones y medios oficiales.

Otro de nuestras proyecciones es conseguir establecer relaciones a nivel internacional y ser un proyecto referente de la lectura a nivel internacional, que, aunque se cuente ya con enlaces en México, Argentina, España y otros países, nos falta seguir en posicionamiento.

¿Experiencia de las Romerías de Mayo?

Es un placer enorme estar en las Romerías, es otra puerta, una hacia nuevos contactos, nuevas oportunidades, nuevas metas. Eentendí al llegar que no solo representaba a un proyecto, también a una comunidad que ha crecido diariamente con las dinámicas organizadas o con los encuentros de debate.

Estar en un evento que celebra el arte joven latinoamericano, es una forma de consolidarnos como un proyecto que trasciende las fronteras en forma de literatura, pero eso sí, no podemos acomodarnos y seguiremos tocando otras puertas, hasta que estas se abran.