La decisión de que la 60 Serie Nacional de Béisbol inicie con juegos a puertas cerradas no es un capricho, es una acertada decisión para cuidar la vida de quienes concurren al estadio dentro o fuera del terreno, público incluido, en tiempos donde la COVID-19 impone límites para velar por la salud colectiva.
Jugar a gradas y palcos vacíos, con el ya menguado espectáculo alrededor del juego reducido a cero, no resulta agradable, pero es preferible a darle “más alas” a una enfermedad que en el mundo acumula más de 27 millones de contagios y alrededor de 900 mil fallecidos.
Dejar de realizar la edición 60 de la principal campaña cubana de las bolas y los strikes significaba engavetar la preparación práctica de los atletas que defienden el deporte que más se sigue presencialmente en Cuba, las ya remotas posibilidades de lograr un cupo olímpico, todo lo discutido de forma popular desde hace más de un año para mejorar la Serie y el prometedor proyecto de seguimiento a los jóvenes talentos.
En este contexto jugar implica una gran responsabilidad, sobre todo para evitar que el nuevo coronavirus pueda minar todavía más la realización del evento, y por ello se han tomado un grupo de medidas, apegadas a los protocolos internacionales para lides similares y a las orientaciones de la Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Salud Pública, que deben reducir considerablemente la posibilidad de contagio y aseguran el control en caso de suceder.
Desde que inició el proceso de preparación de los equipos se han realizado a sus integrantes y personal vinculado 2 mil pruebas de PCR en tiempo real -en Guantánamo fueron 140- y 850 test rápidos, y ni uno ha dado un positivo confirmado, y esta semana se han realizado nuevos exámenes para poder certificar a los diferentes conjuntos antes de la voz de arranque mañana sábado.
Las pruebas forman parte del monitoreo sistemático que se desarrollará sobre atletas, entrenadores, árbitros, comisarios técnicos y personal de apoyo -a los guantanameros se le harán PCR al llegar de cada viaje, test rápido al terminar cada subserie, controles sanitarios al llegar y salir del hotel y el estadio y la desinfección permanente de los medios de transporte y área comunes-, pero la medicina cubana nos ha enseñado por años que en la prevención se encuentra la clave.
Es por ello, que con responsabilidad legal de por medio, se prohibió la presencia de personal extraño en los dugouts, el pase de bola indiscriminado, los mítines, la efusividad en las celebraciones y el acercamiento para saludos, conversaciones o dar indicaciones, y deberán llevar nasobuco todos los peloteros que no se encuentren en el momento en acción sobre el terreno, el cuerpo técnico, los árbitros, el reducido personal de sostén y los jugadores que no se encuentre entre los 25 enlistados ese día -estos último tendrán que ubicarse fuera del banquillo y en un área especificada.
En Guantánamo el personal autorizado –de apoyo, la prensa registrada y los propios protagonistas- que entrará en el estadio Van Troi deberá someterse a un chequeo médico y sanitario dos horas antes de iniciar cada choque y no podrá salir hasta terminado el encuentro. En caso de detectarse un caso sospechoso en ese proceso se creó un área para tales situaciones en el propio Gigante de San Justo.
De existir un positivo en un equipo también se tienen contempladas medidas de control y aislamiento que incluso pudieran afectar el calendario, y por ello es el llamado a la responsabilidad y comprensión de todos los participantes directos e indirectos, única forma para poder desarrollar una 60 Serie que logre ganarle el match a la COVID-19.
Este sábado y domingo los guantanameros serán anfitriones de los Leones de Industriales, y luego tendrán otras tres subseries en casa. Las puertas del Van Troi estarán cerradas hasta que la situación sanitaria del país permita otra cosa, y aunque los aficionados no podrán llenar las gradas, nada impide que en la seguridad de la distancia le deseen al team de los Indios del Guaso una campaña donde puedan ganarse nuevamente el apellido de Guerreros.