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1. Idania copiaNúñez La O en 1993 realizó su doctorado en Ciencias Pedagógicas, en la creación de una metodología para la instrucción de la historia local, y es la primera con esa categoría en Guantánamo.Estudiar la carrera de Periodismo era aspiración Idania Núñez La O, hoy Doctora en Ciencias Pedagógicas, aunque su madre, una destacada maestra de montaña, anhelaba verla titulada como Doctora en Medicina. Los deseos de ambas cambiaron, cuando una tarde de diciembre de 1971 estuvo con el Comandante en Jefe, Fidel Castro, en una reunión en su Escuela Ceiba 1, ubicada a un kilómetro del actual pueblo artemiseño Ceiba del Agua.

“Fue un encuentro maravilloso, que marcó mi generación. En un emotivo discurso el Comandante detalló la necesidad de formar maestros, y el compromiso de los jóvenes, una vez más, fue responder al llamado de la Revolución. Recuerdo que mi grupo era el décimo 1, y cuando pasaron preguntando quiénes habían decidido el camino de la enseñanza, fui la primera en levantar la mano, y así integré el primer contingente del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, en la especialidad de Historia, que para mí era lo que más se parecía al periodismo”, rememora.

 

El privilegio de cumplir con Fidel es uno de los más sagrados logros de cualquier revolucionario, asegura Idania, quien estuvo en varias ocasiones muy cerca del Comandante, atento a la superación de aquellos bisoños que estudiaban en una de las escuelas secundarias básicas en el campo, inauguradas por él.

 

“Las visitas del Líder cubano eran muy frecuentes a la escuela, que tenía régimen interno y era insigne de las llamadas “Ceibas”. La institución estaba en medio de un hermoso plan citrícola, y bajo la prédica martiana se vinculaban el estudio, el trabajo, la teoría y la práctica, fomentando valores y hábitos de educación formal. Teníamos opciones diversas para el desarrollo intelectual, cultural, deportivo y recreativo.

 

“Luego de cinco años de formación nos graduamos de Profesoral Superior, y él quiso que siguiéramos ampliando nuestra superación, por lo que estudiamos dos años más y titulamos la Licenciatura; él asistió a ambas graduaciones, y firmó los títulos. Al cumplirse 20 años de fundado el Destacamento, en un Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas volvimos a reencontrarnos con Fidel y, emocionado, dialogó con nosotros sobre el protagonismo que tuvimos al integrar el Destacamento y ser parte de aquella epopeya cuando el país enfrentaba una alta matrícula de alumnos”, detalla.

2La firma de Fidel en su título es un resguardo que atesora la destacada pedagoga.

 

El camino de la instrucción y la sabiduría

 

Múltiples premios avalan el profesionalismo y pasión por la docencia de la destacada pedagoga, quien desde 1977 contribuye a la enseñanza de la Historia en la Universidad de Guantánamo, donde fue su Rectora por más de una década. La Distinción por la Educación Cubana (1995), las medallas José Tey (2003) y Rafael María de Mendive (2004), la Distinción Especial del Ministro de Educación Superior en Postgrado (2002), y la Orden Frank País II Grado (2023) son solo algunos de los lauros que atesora, pero que no menciona cuando el equipo de reporteros pregunta por los mayores logros en más de cuatro décadas de trabajo, porque para ellas son otros.

 

“Cuando veo las graduaciones y las discusiones de las tesis de Ingeniería Industrial, de Informática, siento tremenda satisfacción, porque fueron carreras que se abrieron en la provincia de Guantánamo frente a muchos obstáculos e incomprensiones, incluso del Gobierno.

 

“No teníamos locales, profesores, ni aulas y bajo esas difíciles circunstancias también dirigir el proceso de universalización, en un territorio donde solo había el cinco por ciento de profesionales con respecto al total de la población, uno de los más bajos del país.

 

“Y así se crearon las sedes universitarias en todos los municipios, acompañada de un equipo de personas, muy comprometidas, quienes tuvimos que trabajar muchísimo para lograr esa utopía en la provincia. Hoy tenemos brillantes sedes universitarias, que ya forman profesionales, doctores, y que muchos de sus cuadros crecieron desde las aulas, y la provincia muestra alto índice de profesionales, detalla con satisfacción la profesora titular de la UG.

 

Núñez La O ha ocupado muchas responsabilidades como cuadro: jefa de departamento, decana, vicerrectora, rectora… pero no ha dejado de impartir clases, pues considera que para dirigir en el sector de Educación, se debe ser, primero un buen profesor, tener la vivencia del aula, de la clase.

 

“En la medida en que uno va trabajando, se va enamorando del arte de enseñar, a tal punto, que uno no se concibe en otro lugar que no sea en el aula, con los jóvenes, impartiendo clases. Y llegas a amar ser maestro, el agradecimiento de los estudiantes… yo soy amiga en Facebook de mis primeros estudiantes, porque me formé en el estudio-trabajo. Cuando me gradué, vine para Guantánamo, y aquellos jóvenes que formé en mi natal aldea son destacados profesionales como por ejemplo Elsira Favier, Guillermo Paumier, Arturo Valdés, Onelquis Ferrer, y te percatas del aporte que dimos a la sociedad”.

3En la República de Angola durante la VII Región Académica Uige-Cuanza Norte, donde trabajó como asesora regional.

 

El profesor debe ser siempre ejemplo

 

Lo primero que tiene que sentir un pedagogo es respeto por los estudiantes, y ese respeto se manifiesta desde la calidad de la clase, la preparación, su relación con los estudiantes, hasta la forma de vestir, asegura Idania, porque “usted no puede ir a un aula solamente a dar la clase, pues la instrucción es un pretexto para educar, por eso hablamos de la educación a través de la inclusión”.

 

Desde su vocación, considera que no solo educan, sino deben dejar una huella en los estudiantes, ayudar a la formación de sentimientos, actitudes, valores, en una profesión consagrada, dice y rememora los difíciles años del Período Especial, cuando vivía en el reparto Caribe y tenía que estar lista a las 6 y 15 de la mañana para abordar el único transporte que pasaba, dejar a su hija (hoy periodista y jefa de información de la Emisora CMKS) en el Seminternado Elena Fuentes y llegar a la Universidad antes de las 7 y 45.

 

“Yo jamás he llegado tarde a un aula, y si hubiera tenido que hacerlo prefiero no ir. Ser maestro requiere hacer grandes sacrificios, a veces las personas piensan que no tienen problemas, cuando también somos partes de la sociedad, y no siempre los padres son consecuentes. Pero, de todas formas, tenemos que estar por encima de todo, y vencer los obstáculos porque en nuestras manos está el futuro del país.

 

“La primera forma en que uno manifiesta el respeto de los estudiantes es ir preparado a la clase, ahí yo aplico las ideas de mi paradigma, Ernesto Guevara, porque uno no puede estar hablando de comportamiento, de valores, si no es portador de esos valores, los cuales deben estar en su relación con sus compañeros, los superiores, en su comunidad. Dondequiera que esté, el profesor tiene que ser ejemplo”.

 

Y la consagrada Doctora en Ciencias Pedagógicas vuelve a Fidel, y recuerda el discurso del Líder histórico el 7 de julio de 1981, una joya de la pedagogía- asegura-, donde define el papel de la clase, la preparación del maestro, el ejemplo y la confianza que ha tenido siempre la Revolución en las manos maravillosas de quienes se dedican al arte de enseñar.

 

Jubilada y recontratada nuevamente como profesora Titular en la Universidad de Guantánamo, Idania materializa sueños postergados, por cumplir responsabilidades como cuadro en la Educación Superior. Ha trabajado en varias publicaciones con colectivos de investigadores locales, entre los que están Reseña histórica de Guantánamo, Apuntes para una cronología histórica, Temas de historia regional, publicadas por las casas editoriales Oriente, y El Mar y la Montaña, y pudo también, en medio de la adversidad cumplir un gran reto.

 

“Yo soy una sobreviviente de la COVID-19, y me dije que iba a ser realidad mi gran ilusión de publicar un libro sobre el Guerrillero Heroico, y así fue. Bajo el título Mujeres en la vida del Che, está disponible en Amazon, y es un aporte sobre la visión de él, muy acorde con lo que nosotros aspiramos en cuanto al papel de la mujer en nuestra sociedad, y cómo veía a la mujer partiendo desde su familia, compañeras con las que tuvo vínculos de trabajo y en la lucha.

 

Continúo escribiendo, ya casi termino un libro que se titula Un afrodescendiente en Guantánamo. Roberto Claxton Rigondeaux y sigo aportando a mi Guantánamo, disfrutando de mi familia, y trabajando, siempre trabajando”.