Imprimir

Exterior del Mausoleo, Monumento Nacional desde su inauguración el 24 de Febrero de 1995.

El año 1895 fue trascendental para Cuba y en particular para Guantánamo: el primero de abril desembarcaban por Duaba, Baracoa, los generales Flor Crombet, Antonio y José Maceo al frente de 20 expedicionarios y el 11 del propio mes lo hacían José Martí, Máximo Gómez con otros cuatro insurrectos por La Playita, en Cajobabo, Imías.

Para entonces estaban en Cuba los principales jefes de la Guerra Necesaria convocada por el Delegado del Partido Revolucionario Cubano para cuyo alzamiento se había fechado el 24 de Febrero de 1895 en 35 puntos de la Isla. En Guantánamo ese día se levantaron en armas Tiguabos, Baitiquirí, Santa Cecilia, El Yarey, San Andrés del Vínculo y en la finca La Confianza el líder local de la sublevación, el Mayor General Pedro Agustín Pérez. Eran las seis de la tarde, según recapitulaba el capitán Manuel Mariano Pérez Pérez:

“Reunidos los más de veinte patriotas que fueron citados por Pedro A. Pérez en la finca La Confianza, armados de viejas escopetas, machetes y algunos pocos con revólveres, a las seis de la tarde, después que Periquito les habló juraron ante la bandera cubana (…) luchar hasta alcanzar la independencia o caer en los campos de batalla (…) gritando a un coro: independencia o muerte”.

Horas antes, a las 9 de la mañana, en su finca de Boca de Jaibo, Matabajo, Periquito, junto a su numerosa familia, había jurado luchar por la independencia de Cuba hasta las últimas consecuencias, y extraía de un escondite hogareño 14 armas de fuego y 200 cartuchos de municiones, primer aporte a la Revolución en Guantánamo.

Al respecto escribiría el Mayor General José Martí el 27 de abril en su Diario de Campaña, tras encontrarse con el guantanamero en el campamento “Las Filipinas”: “A la tarde Pedro A. Pérez, el primer sublevado de Guantánamo, de 18 meses de escondite, salió al fin con 37 perseguidos de muerte y hoy tiene 200. En el monte con los 17 de la casa, está su mujer, que nos mandó la primera bandera (…)”.

En La Confianza Emilio Giró Odio, enviado del General Antonio, redactó el acta que suscribía la decisión de luchar por la independencia de Cuba y morir si fuera necesario, la cual firmaron 28 personas, entre ellas Pedro A. Pérez, jefe insurrecto en la zona de Guantánamo. El escrito, única constancia documental del hecho histórico en la Isla, fue ocupado por las fuerzas españolas cuando tomaron la prefectura de Ocujal junto al archivo del General Pedro A. Pérez.

Las acciones no se hicieron esperar: Enrique Tudela, por orden de Pedro A. Pérez atacó el fuerte Hatibonico. El saldo: dos peninsulares abatidos, otro herido y tres hechos prisioneros y se arrebataron las primeras armas al enemigo: seis fusiles máuser, un revolver, abundante parque, un caballo con sus arreos y el botiquín.

Hace 130 años vive tanta historia entre los guantanameros, orgullosos de La Confianza, símbolo de rebeldía y amor patrio abonado por un líder insurrecto que perpetuó el descollante suceso, cuando 15 años después de los épicos acontecimientos, el 24 de febrero de 1910, rememoró in situ, junto a un grupo de independentistas, por primera vez, la epopeya y propuso la construcción de un obelisco en el mismo sitio, dando inicio a una tradición que llega a nuestros días.

Así planta la simiente de lo que desde hace tres décadas es el Mausoleo del Mambisado Guantanamero, Monumento Nacional. Antonia Susana de Faure Kunzly, entonces propietaria de los terrenos, dona el área a la Asociación de Veteranos de la Independencia (una hectárea) y en 1911 en acto encabezado por el insigne General y Prudencio Martínez Hechavarría, entre otras destacadas personalidades, se inaugura el primer obelisco, costeado por el Ayuntamiento y los veteranos.

De acuerdo con enjundiosa investigación del M.Sc. José Sánchez Guerra, historiador de la ciudad, y el Doctor en Ciencias históricas Wilfredo de Jesús Sánchez Cremé, autores del libro Semillero de Héroes, Mausoleo al Mambisado Guantanamero, que sirve de fuente pasiva a este artículo, a partir del 24 de Febrero de 1921 surgió la peregrinación del pueblo del Guaso hacia La Confianza, hace 104 años.

Los restos del Mayor General descansan al pie de su monumento.

Las sucesivas transformaciones apuntan que en las efemérides de 1939 se inaugura el Parque La Confianza con un obelisco de hormigón y cerca perimetral y hacia 1952 se reinauguró con una plaza, busto de bronce de Pedro A. Pérez, vitrinas con libros de historia y objetos de los mambises que incluían el sable de Periquito, cornetines de los regimientos Guantánamo y Hatuey y el asta para Bandera de la Estrella Solitaria.

El sitial definitivo, que este 24 de Febrero cumple 30 años de inaugurado y reconocido como Monumento Nacional, surge de un proyecto aprobado en 1983 a instancias del Historiador de la Ciudad y realizado por el arquitecto Alberto Brauet del Pino con escultura de Liudmila Gallinal, en cuya base descansan los restos del más insigne de los guantanameros.

Entre los 44 nichos seis son simbólicos de jefes Mambises, tres de ellos desaparecidos en operaciones militares (Coroneles Policarpo Pineda, Pedro Ramos y Guillermo Pérez) dos cuyas tumbas no han sido localizadas (coroneles José Mejías “Cartagena” y Luis Gonzáles Pineda) y Emilio Giró Odio, inhumado en Santiago de Cuba.

Al sitio de descanso definitivo llegaron los restos del Mayor General el 4 de agosto de 1984, Día de los Mártires de la localidad, cuando fueron trasladados desde el cementerio San Rafael a La Confianza, escoltado por seis Generales de Brigada de las FAR. La ceremonia de inhumación fue presidida por Ramón Machado Ventura, miembro del Buró Político del Partido; el comandante de la Revolución Julio Camacho Aguilera y el entonces ministro de Cultura, Armando Hart Dávalos.

Tras las notas del Himno Nacional se dispararon 21 salvas de artillería y se encendió la Llama Eterna.

Luego vinieron los trabajos de localización de los 44 mambises que descansarían junto a su jefe en el Mausoleo, sitio sagrado de la Patria donde acude el pueblo cada 24 de Febrero a rendir fervoroso tributo a quienes lucharon y hasta entregaron sus vidas por el sueño irrenunciable de la libertad e independencia.

Vista del parque, de belleza singular, rodeado de árboles, el cual ha sido visitado por personalidades como el General de Ejército Raúl Castro Ruz.