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yoe en obra El pico emblemático de San Antonio del Sur, con sus surcos de marrón claro y sus zonas de puro verde, señorea el paisaje. Estamos en Pan de Azúcar, en un perímetro de unos 80 metros cuadrados delimitado por muros azules y aledaño a la comunidad homónima que, al paso del huracán Oscar, sufrió inundaciones y deslaves de tierra.

Bajo los pies, la tierra se desgrana fácil, así que nos andamos con cuidado mientras Yoel Martínez González, Oficial de Agua, Saneamiento e Higiene del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Cuba, revisa el montaje de un hipoclorador que donaron hace unos meses, con fondos CERF (Fondo Central de Respuesta a Emergencias) de las Naciones Unidas.

El equipo, junto a dos bombas sumergibles en sendos pozos de probado caudal, todos con sistemas fotovoltaicos, promete ser el recurso definitivo para que más de mil 200 personas de las comunidades de Pan de Azúcar y La Playa reciban agua segura.

Tal objetivo, precisa, “reafirma la prioridad que la agencia da a que los niños y las niñas tengan acceso a agua segura y saneamiento seguros, que les permita además prácticas como el lavado de manos y otras de higiene que les garanticen un crecimiento saludable, en tanto previenen enfermedades de transmisión digestiva, respiratorias.

“Por esa razón, continúa, apostamos por soluciones resilientes ante eventos climatológicos, cuando suelen interrumpirse los servicios básicos, empezando por la electricidad, y el agua”, apunta el Oficial, en lo que constituye la séptima visita de representantes de UNICEF desde Oscar.

Pero lo que ocurre a la sombra del Pan de Azúcar cubano, guantanamero, es, al fin y al cabo, solo un botón de muestra…

¿En qué ha consistido la respuesta de UNICEF tras el huracán, especialmente en lo relacionado con agua, saneamiento e higiene?

Guantánamo recibió nuestro acompañamiento desde los primeros días tras el huracán con la visita de la Representante de UNICEF; y la entrega de insumos preposicionados en el país para la respuesta a emergencias.

Se entregaron medicamentos esenciales, mosquiteros y tabletas de cloro a los policlínicos; techos, material escolar para recuperación de escuelas; kits de higiene, tanques de agua para familias e instituciones, y equipos de bombeo de agua y cloración.

Ahora mismo, se ejecuta el montaje de una planta desalinizadora en la ESBU Máximo Gómez Báez, de San Antonio del Sur, la única escuela en Cuba que tendrá una instalación así, que beneficiará a más de 3 mil personas, incluyendo alumnos y profesores de ese centro, el círculo cercano y las comunidades aledañas.

Vale destacar que el apoyo de UNICEF está en curso. Deben entrar, por ejemplo, equipamiento e insumos médicos para la atención materno infantil a los policlínicos de Imías y San Antonio del Sur, el Hospital de Baracoa y el Hospital Provincial, por citar algunos ejemplos en otras áreas.

¿Cómo aprecia la gestión de los recursos que han puesto en manos del Gobierno?

Aunque quedan desafíos en temas de coordinación y organización, el Gobierno, que es la principal contraparte en la respuesta a emergencias, ha hecho posible que el apoyo de UNICEF llegue a los más necesitados y al mismo tiempo que se creen mejores condiciones de resiliencia en las comunidades afectadas. Eso nos compromete a seguir contribuyendo a que el territorio avance en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

¿Cuáles son los principales desafíos del territorio en lo respectivo al objetivo 6 de los ODS, relacionado con el acceso al agua y el saneamiento seguros?

Guantánamo es una provincia afectada por sequías, huracanes e inundaciones que tienen un impacto directo sobre la disponibilidad y calidad del agua. Estas condiciones climáticas, unidas a problemas con las infraestructuras hidráulicas, provocan ciclos de agua de hasta 25 días, una realidad desafiante.

Por otro lado, según informes del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, apenas el 52 por ciento de la población tiene acceso a saneamiento seguro. ¿Cuántos tienen ambas cosas? Una cuarta parte de las personas, antes del huracán. Otra cifra, solo el 21 % del agua que reciben las personas es de buena calidad. Son cifras que marcan el principal desafío.

Una situación que, por supuesto, empeora con los eventos meteorológicos extremos…

Claro, por eso es urgente buscar y apoyar soluciones resilientes al clima, sostenibles y bajas en huella de carbono para que cada niño, niña y adolescente tenga acceso a agua segura, saneamiento e higiene, un concepto que para la UNICEF quiere decir un acceso continuo y de calidad a nivel de hogar, instituciones educativas y de salud.

¿Cómo se proyecta el futuro de esta cooperación en la provincia?

Nos mantenemos apoyando las acciones de recuperación en respuesta a los daños causados por el huracán Oscar.

Actualmente, se gestiona la compra de las partes y piezas de la planta desalinizadora de Punta de Maisí, con el objetivo de estabilizar el abasto a las familias de ese territorio, y se adquieren kits de instalación (tuberías, llaves de derrame, otros accesorios) para apoyar el montaje de los tanques que hemos entregado a instituciones.

En general, proyectamos apoyar las infancias con servicios de agua y saneamiento resilientes al clima en el país; y en ese camino, debemos aprovechar las capacidades técnicas y de la industria nacional, por medio de los gobiernos locales y las alianzas público-privadas.

Todo esto, solo será posible con la cooperación y el acompañamiento de todos. Unirnos, para crear soluciones lo más integrales posibles para asegurar el ODS6 en Cuba.