La emoción en la voz de Yamile Rojas Pupo, directora general de Educación en Manuel Tames, es el mejor prólogo para sus palabras. A pocas horas de celebrar otro 23 de agosto, sostiene la medalla que lleva esa fecha emblemática, un reconocimiento que resume décadas de entrega. Para ella, sin embargo, el honor trasciende lo personal y se convierte en un tributo a los arquitectos de la obra que hoy representa: Vilma Espín y el Comandante en Jefe Fidel Castro.
“Recibir esta medalla es un homenaje a nuestra Vilma, pero hablar de Vilma en la Federación de Mujeres Cubanas también es hablar de Fidel. Precisamente, en el marco de las actividades para celebrar el centenario del natalicio del Máximo Líder de la Revolución Cubana, creo que esta medalla está dedicada a los dos. A Vilma, como fiel seguidora de la lucha por los derechos de la mujer, y a Fidel, que fue el gran impulsor. En ellos está toda la esencia de la mujer cubana”.
“Vilma, continúa, trabajó sobre las raíces del empoderamiento de la mujer cubana, siguiendo los principios de Ana Betancourt, quien fue la primera que habló de nuestra emancipación. Vilma le dio a la mujer cubana la libertad de tomar sus propias decisiones, de trabajar, de ser parte activa de la sociedad, siempre muy apoyada por nuestro Comandante. Por eso decimos que todas las cubanas somos Vilma, y donde hay una mujer cubana, está Vilma. Nos regimos por su ideología y por el papel protagónico que nos legó”.
¿Y cuál es ese papel protagónico en los momentos actuales que vive el país?, pregunto.
“Se ha demostrado que las mujeres cubanas estamos ahí para lo que sea, para aportarle a nuestra Cuba, a nuestro Partido y a nuestro Gobierno todo lo que sea necesario. Desde la Federación contribuimos en nuestras comunidades, en la atención a las personas que nos necesiten y también aportamos desde el cargo que desempeñamos en la sociedad. El país necesita mucho de nosotras y siempre respondemos presente”.
¿Su condición de federada va de la mano con una importante responsabilidad, como se complementan ambas facetas?
“Llevo alrededor de 40 años perteneciendo a la Federación, desde que nos captan en la secundaria básica. Mi cargo como directora de Educación me ayuda a tener también un papel protagónico desde lo institucional. De conjunto con la Federación, llegamos a todas las familias, a todas las mujeres que tengan cualquier situación en la que podamos ayudar. Trabajamos mucho con nuestras federadas jóvenes, aquellas que inician, porque ellas son la continuidad de la organización. Es un frente común”.
Finalmente, ¿qué significa en lo personal esta distinción?
“Es un orgullo inmenso. Jamás podría imaginarme que podría sentirme tan emocionada. Son muchos años de trabajo y compromiso, no solo como federada, sino como trabajadora que también aporta desde la Federación. Es una emoción muy grande, un compromiso que se renueva para seguir adelante”.