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Donación de plasmaEl plasma con anticuerpos donado por quienes superaron la COVID-19 contribuye a la recuperación de los enfermos.Recuperarse de la COVID-19 representa una oportunidad de defensa doble incluso triple o más, porque la persona egresada del hospital guarda en su interior una fórmula salvadora, capaz de rescatar de la muerte a otros portadores del SARS-CoV-2, y puede donar su plasma como antídoto de salvación para terceros.

La fundamentación está dada en palabras sencillas: cuando alguien se recupera del virus los anticuerpos que ayudaron a vencer la enfermedad se conservan en el plasma sanguíneo y mediante la donación de este se puede contribuir a lo que se conoce como terapia de anticuerpos pasiva, con lo cual en vez de esperar a que el organismo de un enfermo cree dichos anticuerpos, se trata de irrigar su sangre con un plasma que ya los tiene.

Tras la revisión de 32 estudios de infección por coronavirus del SARS e influenza severa se comprobó una reducción estadísticamente significativa en las probabilidades asociadas a la mortalidad después de esta terapia, así lo señala un artículo, del sitio digital Intramed, especializado en temas de salud.

La misma publicación destaca el mejoramiento de los síntomas clínicos, y explica que los exámenes radiológicos mostraron diversos grados de desaparición de las lesiones pulmonares en siete días.

En la séptima versión de la guía de diagnóstico de la COVID-19 China reconoció esta terapia entre un grupo de las seis más efectivas, por sus buenos resultados en esta batalla sanitaria.

Pese a que no se trata de algo nuevo, pues la técnica se empleó en epidemias de otras enfermedades respiratorias como la del SARS en 2003 y la de la H1N1 en 2009, frente a esta nueva realidad vuelve a cobrar un valor que se traduce en salvación con sello científico y humano.

La doctora María Caridad Salazar Charró, especialista en selección del donante, del Banco de Sangre de la zona norte de Guantánamo, explica que en Cuba en estos momentos se trabaja para que los recuperados accedan a colaborar y realicen una donación semanal durante un mes, pero abandonar la terapia en cualquier momento no supone problemas para ninguna de las dos partes, y está garantizada una dieta que acompaña el proceso.

Es esta una oportunidad de salvación que demanda continuar explicándose en todo el país con el apoyo de la ciencia; merecen aplausos esos que han extendido su brazo en Santiago de Cuba, Cienfuegos, La Habana y otras provincias para regalar vida con cada bolsa de plasma donada, ellos también son héroes.

Cada persona que hoy se une a la cifra de salvados es alguien con potencialidades para ahorrar lágrimas y sufrimiento, ante el apetito voraz de la COVID-19 empeñada en robarse los alientos.

Cierto, no es sencillo ser parte de este gesto humanista, hay cuestiones relacionadas con la edad y el buen estado de salud de los recuperados que deben avalar la posibilidad para ser donantes, pero la esperanza parte de un Sí como expresión de la voluntad para evitar que aumenten las cifras mortales de esta pandemia; para esos que ya lo han hecho mi respeto y mis aplausos.