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día de los padres 2021 2Tarea mayúscula hablar del Padre, de ese que se escribe en letras altas, padre más allá de progenitor, de aportador de genes. Padre por parte del amor, del cuidado, del cariño... hoy que es su día.

Mentira que puede ser cualquiera. Yo los he visto únicos, irrepetibles, irremplazables. Sosteniendo manos y aguaceros, poniendo el pecho, las piernas y el alma: hombres que ya son buenos siendo aún mejores, así de simple.

Cuando uno de esos acompaña..., la buena sombra que cobija a nuestros hijos se completa, se eleva, se vuelve incorruptible, definitiva si tenemos al lado –no importa si la pareja persiste o sucumbió ante las muchas trabas del destino- a un padre bueno.

Es soporte, pero también mejilla, superando al estereotipo aquel del hombre rudo, del padre que da “cosas”, que imparte “correctivos”, el molde seco que se deja besar por las niñas, pero al varón solo extiende la mano: un padre nuevo que llora y abraza, y puede tronar o ser brizna de hierba, según el caso.

Que está, y comparte quehaceres, cambia pañales y acude por las noches: puede que por naturaleza no pudiera cargarlos nueve meses en el vientre, o todo el pecho no les alcance para proveer la leche que sacia el llanto de los primeros tiempos...; pero sabe que tiene toda una vida para asirlo entre sus brazos y alimentarlo de todas las maneras posibles, necesarias.

Cuando papá acompaña..., endereza caminos y certezas. Y enseña. Con su vida, multiplica sonrisas y ejemplos. Su presencia aporta armonía, bienestar, crecimiento sano, camino bueno.

El maestro que forma generaciones, el combatiente que pone el cuerpo a la noche para salvar el día, el médico que va a otras tierras, con su hijo o hija plantado en el corazón, proyectada su entrega a otros menos favorecidos..., padres en mayúsculas, que pueden o no compartir el mismo espacio con sus retoños.

Algunos, este domingo, no podrán estar junto a sus hijos, al menos físicamente. Los reclamará el deber, la vida, los habrá obligado algún obstáculo... Landy Rodríguez y Assel Herrera, los galenos cubanos secuestrados en Kenia hace más de dos años, son de estos últimos: padres buenos, inspiradores, añorados... que serán amados de lejos, y de lejos, pensarán en sus retoños, haciéndose grandes, haciéndose médicos.

Porque cuando papá acompaña..., es púlpito su amor de grandes cosas, de pasiones que, compartiéndose, se desparraman en el hogar que fundan con sus manos, sus voluntades y sus sueños. Ese de seres amados y paredes, pero también de lumbre: de fuego que aúna, da luz... Abraza.