Cuba por estos días está inmersa en un amplio programa legislativo qué actualiza los modos de ejercer el derecho y regular desde las normas legales la sociedad en aras de un mejor funcionamiento. Mandatados desde la Constitución refrendada en 2019, la familia es una de las instituciones que estrena una ley, la que sin duda ha centrado el interés de la población.
El llamado Código de las familias renueva el anterior que data de la década de los 70 del pasado siglo, y es al decir de la comisión redactora es adelantado e inclusivo, es consecuente con las modificaciones que la sociedad cubana ha tenido a lo largo de los años de Revolución y todos los cubanos están reflejados y protegidos en algunas de sus partes.
Al decir de la experta en familia Patricia Ares Muzio, este es un código de los afectos, es pedagógico y coloca a Cuba en unos de los lugares más avanzados del mundo por los modos en que han sido redactados y el tratamiento dado a diferentes problemáticas familiares que cotidianamente se dan en nuestra sociedad.
Los profesionales de la psicología, el derecho, la sociología y la salud pública, como nuestra sociedad toda, aplauden la aparición de este nuevo Código, que permite visibilizar asuntos familiares que repercuten en el bienestar psicológico de la institución familiar y en la de sus miembros.
Estamos en presencia de una familia saludable cuando esta cumple adecuadamente con las funciones de dicha entidad social y tiene una dinámica funcional óptima.
Proteger la salud de las familias como entidad social primaria y definitoria en el desarrollo personal de sus integrantes es uno de los logros más notables en este Código, en el se abordan con claridad la protección a los menores, los ancianos, las mujeres y los discapacitados. Dimanan del documento los elementos preventivos de la violencia familiar, la adopción y las uniones de hecho, y reconoce y protege las diferentes formas de organización familiar, o tipos de familia, regula al matrimonio y la unión de hecho afectiva como formas de organizar una familia, y elimina, en ambos casos, el requisito de la heterosexualidad.
Este documento legal que explica y regula las diferentes instituciones, redunda hacia la protección de sus miembros y se convierte en un elemento que ayudará a prevenir la aparición de problemáticas que en la actualidad atraviesa la realidad de no pocas familias cubanas.