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correos gtmoTal vez no suceda a toda hora ni todos los días, pero con demasiada frecuencia sí ocurre. Quien vaya a cobrar un giro postal en cualquier oficina de Correos de la capital provincial, ahora mismo, se enreda con más de una dificultad que, aunque se la disfracen con explicaciones, y en el mejor de los tonos, usted no entenderá.

Dicen que no es nada nuevo. Que el rollo con que se encuentra el cliente en este territorio oriental y las vueltas que debe dar para recibir su dinero es, incluso, más viejo que el reordenamiento monetario y que el último aumento salarial, que lo han empeorado, y que igual no se le puede llamar sino maltrato.

 

Porque si un familiar o amigo utiliza esta vía, aunque pudiera pensarse que está pasada de moda, y se encuentra que de los ventanillos solo en uno puedes retirar sus pesos, usted se molesta porque no es problema suyo que una de las empleadas se haya enfermado, que a otra se le haya muerto un familiar o que de la otra no se sepa la causa por la que no asistió. Usted se podrá compadecer con la situación del lugar, pero necesita irse de allí con su efectivo.

 

Y si ves que, ventanillo adentro, algunos empleados chacharean o están pegados al móvil muertos de la risa, a esa hora usted solo aprecia mucha cola, demasiada demora y pocas ganas de que la gente resuelva rápido y se sienta satisfecha.

 

Si por casualidad lee en alguna pared de la oficina el cartel identificativo del Grupo Empresarial Correos de Cuba, (que se exhibe en todos los establecimientos) y lee el slogan (…al servicio de todos…), entonces sí que entiende menos.

 

Pero eso no es todo. Está en la cola o ya llegó al ventanillo y de pronto te pueden soltar un “se acabó el dinero para pagar giros y hasta mañana no podemos volver a extraer efectivo”. Bueno, hasta el otro día si haces esa gestión antes del viernes, de lo contrario no puedes volver hasta el lunes, porque ni sábado ni domingo se puede realizar esa operación.

 

Una gestión que, además, corresponde realizar solo una vez al día y en el monto predeterminado. De manera que, si se encuentra una de esas moloteras que caracterizan la entrada de esas instituciones financieras, puede llegar a las 8 de la mañana y regresar a su establecimiento a las tres de la tarde.

 

Ahora bien, mejor que cualquiera, los de Correos saben que ya no son tiempos de límites de hasta 300 pesos por día. Como parte de las medidas puestas en vigor a partir del reordenamiento monetario, y respondiendo a una vieja demanda de la población, el Consejo de Estado aprobó en febrero de 2021 el Decreto-Ley de los Servicios Postales, que estableció un incremento del monto (hasta 2 mil 100 por día) que a partir de entonces se puede enviar por las personas naturales y jurídicas mediante el servicio de giros nacionales.

 

Ese propio cuerpo legal deja bien claro que, entre otros, el propósito de dicha disposición es garantizar estabilidad y perfeccionamiento en ese servicio. Pero entre la ley y su intención se impuso, en la práctica, sin que se le haya buscado una solución, un nuevo obstáculo: el fondo asignado a cada oficina en esta urbe, que oscila entre los 30 mil y 50 mil pesos diarios (este último solamente en el Correo Central).

 

Así las cosas, esa cifra es muy inferior a lo girado en un día a la provincia. Eso me lo confirmaron Fátima Giró López, de la Dirección de Atención al Cliente en la presidencia de Correos de Cuba, y Yusmary Agüero Alfonso, su homóloga en Guantánamo, en intercambio con Venceremos.

 

Para tal situación hay tantas explicaciones como poco efectivo en las oficinas de la entidad. Que está en vías de solución, dijo la funcionaria del nivel central, porque realmente la situación es crítica en Oriente. Que debe hacerse, y se hace un muestreo por parte de las unidades para determinar un incremento (que lo solicita y no se ha concretado) la Dirección de la Empresa provincial…

 

No es que estén completamente cruzados de brazo allí donde todo se concreta o no se materializan disposiciones y reglas. Fui testigo en tres oficinas del trato afable de empleados de Correos tras ventanillos, intentando calmar y resolverles el problema a sus clientes: “Por favor, no se vaya, es temprano, va y vienen algunas personas a imponer giros y con ese dinero estamos autorizados a pagarle”, le oí decir, casi en tono de ruego, el viernes 23 de diciembre, a una joven trabajadora de la oficina del reparto Caribe.

 

Plausible la actitud de la muchacha, pero es una pena que esas cosas sucedan, porque desmotivan a quienes están de cara al público o sencillamente no funciona, porque en este andar tan dinámico del cubano, no todos tienen ni calma ni tiempo para esperar sin seguridad alguna.

 

Y cuando uno indaga hacia atrás, encuentras algunas contradicciones. Hace casi un lustro, en una entrevista online con varios funcionarios de este grupo empresarial, una persona preguntó sobre el tema y la respuesta fue categórica y, al mismo tiempo, contrastante con la realidad:

 

“Con respecto a los giros postales nacionales, lo referente al fondo son problemas de indisciplinas puntuales en algunas oficinas de Correos, pues nuestro Sistema informático de Gestión (Sistema Integrado Postal) alerta cuando su fondo de giros está cerca del mínimo para que hagan las gestiones pertinentes para reponerlo”.

 

Mientras leía esa información, me preguntaba, ¿será que aun ese sistema informático no está implementado en este territorio? Confirmé, el lunes 26 de diciembre, a las 3 y 10 de la mañana, en la oficina nacional de atención al cliente (que funciona 24 horas los siete días de la semana), y que está implementado en todo el país.

 

¿Entonces? Sigue aquí imperando la ley de la suerte, del “ve y vira” de la gente, de las colas por si acaso, del grito aquel que se acabó lo que había y cada uno a girarse para su casa, maltratado y sin dinero, porque, aunque se arme la de San Quintín, sigue sin remedio ese mareo terrible de los giros.