Camila no quiere saber. Prefiere que llegue el momento, solo si es inevitable, si la alcanza en la carrera que es su vida. Tiene amigos que la aconsejan, pero cree todavía, a sus veintitantos años, que es posible anular la realidad con el silencio o con la ignorancia.
Algo así como un Goebbels al revés, como si una verdad sin decir, ocultada mil veces, pudiera convertirse en una mentira, en no existencia, en ausencia de problema, dolencia, golpe.
Por eso prohibió a los conocidos más íntimos que le "toquen la tecla". "Olvídense que estuve con él, olvídense que está enfermo", les dijo y los otros asintieron a regañadientes. El sida, le recordaron no obstante, no es cosa de juego.
Pero Camila no lo entiende, y no es la única. En Guantánamo, este año se realizaron más de 68 mil pruebas de sangre para la detección del virus del sida, pero aseguran los especialistas que son muchas las personas que temen hacerse la prueba.
Sentir miedo ante tamaña incertidumbre es normal, es inherente al ser humano esa capacidad de temer ante lo que puede deparar el futuro. Lo importante es cargar con tu miedo y seguir camino, eso es también humano, la capacidad de avanzar a pesar de las dificultades.
Y en este caso en particular, avanzar lo es todo. Y hacerse la prueba es sinónimo de ir adelante. Si el resultado es negativo, saberlo es ganar en tranquilidad, es poder asumir la vida sin temor, hacer planes, e incluso la posibilidad de comenzar a vivir de una manera más responsable.
Si es positiva, conocerlo es vital para cuidar de la salud y acceder a medicamentos que pueden alargar y mejorar la calidad de vida, especialmente los antirretrovirales que, en Cuba, se aplican en 12 mil de los 18 mil portadores del virus.
El diagnóstico precoz y tratamiento del VIH, en general, facilita una mayor recuperación del sistema inmunológico de los pacientes, permiten frenar la progresión del sida y reducen las posibilidades de fallecer y desarrollar enfermedades asociadas.
Pero también nos da el poder de adoptar las medidas necesarias para evitar contagiar a los demás y salvarnos, así, del sentimiento de culpa que muchas veces acompaña a estos casos.
De hecho, la detección temprana del VIH-sida es, junto al uso del condón y conductas sexuales más responsables, una de las acciones más importantes, según los especialistas, para frenar el avance de esa enfermedad, reconocida ya como una pandemia por su extensión a nivel planetario.
En países como España, por ejemplo, se estima que las personas que desconocen que tienen la infección son responsables del 70 por ciento de las nuevas infecciones, y esa es la tendencia.
Lo ideal, aseguran los expertos, es realizarse la prueba regularmente si se es sexualmente activo y de manera especial si nos exponemos a prácticas de riesgo como relaciones sexuales con penetración (anal, vaginal u oral) sin preservativo, tuvimos una infección de transmisión sexual, antes de dejar de usar el condón con una pareja estable y, sobre todo, si se ha tenido sexo sin protección con personas seropositivas.
Porque, sea cual sea el resultado, es mejor saber y tomar el control de nuestras vidas.