Cónclave fue una de las películas estrenadas este año con gran optimismo de cara al circuito de festivales que se aproxima, dirigida por Edward Berger y con el rol protagónico sobre los hombros de Ralph Finnes, presenta una obra que sustenta su historia en un tema debatible y controversial.
La cinta desde la perspectiva de reelección de un nuevo papa, refleja los problemas internos de esta organización religiosa, desde el punto de vista del encargado de los preparativos para escoger al representante de Dios en la tierra.
La cinta explora un tema jugoso para ser tratado a la vez que polémico, hablar de los procesos internos que ocurren en el Vaticano suelen ser presentados desde la visión fantástica o aventurera como ocurre en filmes de la categoría de Ángeles y Demonios (2009) o El Código Da Vinci (2006), pero pocas veces desde el realismo esclarecedor tal como Los Dos Papas (2019).
En Cónclave, es una joya la fotografía, que estuvo a cargo de Stéphane Fontaine. Solo podría catalogarla de sublime, una versatilidad en el uso de los espacios y colores, a diferencia de otras películas que suelen concentrarse en la iconografía religiosa, Fontaine decide jugar con el escenario donde todo se desarrolla manteniendo al espectador atento y encantado.
A mi parecer la cinta da en el clavo con el tema, aunque confieso que la perspectiva de las hermanas en la iglesia quedo por mostrarse un poco más centralizado en la historia, o bueno, en una historia que no fuese parte de la saturada filmografía basada en los Warren.
También se menciona en ocasiones la importancia a nivel global de elegir al papa, pero el mostrarse poco le quita peso real a esta frase, dado que no es comprobable en la cinta, pero desde luego el guion en si, se sostiene de forma rígida con la presentación de una narrativa distinta y detectivesca.
El papel de protagonista que ocupa Ralph Finnes, Lord Voldemort en Harry Potter (2001) para los más jóvenes o Amon Goeth en La Lista de Schindler (1993) para los más viejos, es sin duda alguna la prueba de que este actor no es encasillable ni estereotípico, muestra en la cinta una habilidad para transmitir su propia duda y tristeza, sin doble mirada, una de sus mejores presentaciones.
En fin, Cónclave estará en los Oscar, y de seguro las críticas no dejarán de llegarles por mostrar la votación del elegido de Dios en la tierra como una mera pugna política al mejor estilo de la Casa Blanca, pero no duden que es un filme de categoría, que me recordó citar el famoso meme, en efecto, es cine.