La lepra se cura con un tratamiento oportuno, sin embargo, aún en el mundo, sobre todo, en países menos desarrollados, el miedo a la marginación y las deficientes condiciones de sanidad pública hacen que muchas personan la oculten y la propaguen, por lo que los enfermos sufren daños irreversibles, asevera Estela Bustabad Artigas, jefa provincial en Guantánamo del Control de la lepra, en Higiene, Epidemiología y Microbiología.
La especialista explica que, a pesar de que el Sistema de Salud cubano la mantiene bajo estricta vigilancia a partir de la investigación epidemiológica, hace posible su diagnóstico, tratamiento y seguimiento oportunos, así como garantiza la cura de los pacientes. Aunque no constituye un problema de salud, se siguen notificando casos, sobre todo, en el municipio de Guantánamo, específicamente en las áreas de San Justo y Sur.
Al decir de la lepra o enfermedad de Hansen, alega que es infecto-contagiosa, causada por el Mycobacterium Leprae; puede afectar la piel, los sistemas nerviosos periféricos y los órganos internos. El contagio ocurre a través de las gotas de saliva de personas con la enfermedad, sin diagnosticar ni tratar, que al hablar, toser o estornudar esparcen los bacilos resistentes y estos pueden llegar a aquellas susceptibles a padecerla.
Alerta a la población para que acudan de inmediato al médico, ante síntomas como manchas de color más clara que la piel y con poca o nula sensibilidad (generalmente aparecen en brazos, piernas, glúteos), sequedad por déficit de sudoración del cuerpo, caída de los vellos, del pelo de las cejas…
Se plantea que el 80 por ciento de las personas poseen defensas naturales contra esa enfermedad, no es hereditaria ni congénita, pero sí existen predisposiciones familiares, es infecto-contagiosa, y para evitar su diseminación es imprescindible la detección precoz para la aplicación oportuna del tratamiento, también “aquellos que conviven o hayan tenido contacto con enfermos deben ser examinados frecuentemente por especialistas para descartar posibles contagios”, enfatiza la doctora.
Cada año, en el último domingo de enero, se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Lepra, desde 1954, por iniciativa del filántropo y periodista francés Raoul Follereau. En la jornada se convoca a movilizar corazones a favor de los enfermos y a concientizar a las personas que con tratamiento oportuno se cura la enfermedad.
Este año, por causa de la pandemia de la COVID-19, las campañas educativas por la efeméride se promoverán a través de las redes sociales y los medios de comunicación, entre otros espacios, que refuercen las acciones en pos de reducir la prevalencia de la lepra, lograr su control, curación, y así evitar el desarrollo de las discapacidades asociadas a esta.
Se trata de que se elimine, de una vez y por todas, el estigma social que la acompaña desde la antigüedad: hoy un desafío médico.