fotos por la vidaEn algunas personas, esta condición de movilidad articular fuera de lo normal no se asocia a dolor ni otros síntomas.Para muchas familias tener a un menor con hiperlaxitud articular, es decir, con excesiva “elasticidad” de los tejidos, es un privilegio que puede asegurarle un futuro brillante en el deporte, actos circenses, entre otros.

Sin embargo, esa condición se convierte en síndrome en presencia de los síntomas que lo caracterizan, por ejemplo, el dolor agudo articular, por lo que “hay que tener cuidado pues, puede tratarse de una enfermedad genética, cuyas complicaciones, de no atenderse oportunamente, ocasionan daños a tendones, articulaciones, y algunos órganos, debido al aumento exagerado de la movilidad articular, que requiere acudir al médico”, expresó Susana Llamos Martínez, especialista en Primer Grado de Genética Clínica.

Es más frecuente en mujeres y niños, observándose una disminución con la edad; su origen aún no se conoce del todo, aunque se plantea que la carencia de ácido fólico durante el período periconcepcional o el uso de sustancias reductoras del ácido fólico durante el embarazo podrían ser también causas de la alta prevalencia.

La experta explicó que el Centro provincial de dicha especialidad, en la urbe del Guaso, recibe con frecuencia casos remitidos, fundamentalmente, por ortopédicos, cardiólogos…, pacientes que deben evaluarse por un equipo multidisciplinario (ortopédicos, reumatólogos, fisiatras, cardiólogos, oftalmólogos, hematólogos y genetistas, u otras especialidades) que determinará las particularidades y el proceder para cada diagnosticado.

Entre las manifestaciones del síndrome están dolores agudos en músculos y articulaciones, sobre todo, en miembros inferiores, provoca chasquidos en las articulaciones, tendinitis recurrentes y dolores de espalda, torceduras de tobillo, entre otras, y pueden evolucionar hacia la cronicidad e incapacitación.

Fuera de las articulaciones, también existen manifestaciones, las más comunes son el aumento de la elasticidad de la piel y mayor facilidad para la aparición de equimosis (“moretones”), a veces sin recordar ningún golpe, o bien con traumatismos mínimos. Igualmente ha sido descrita una mayor predisposición a padecer varices y hernias.

Aunque no existe un tratamiento específico para el padecimiento, es importante conocer que lo más importante es la prevención de luxaciones (esguinces…, evitar la práctica de deportes extremos o de contacto directo, así como la sobrecarga de las articulaciones. El acondicionamiento físico rehabilitador bajo el control del médico constituye una de las indicaciones, además de que los ejercicios de relajación como el yoga resultan beneficiosos”, refiere la doctora.

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