Las hepatitis son un grupo de enfermedades caracterizadas por producir inflamación del hígado. Existen tipos diferentes (de la A a la G). Los tipos A, B y C son los más comunes -precisamente las que queremos destacar en este trabajo-; en menor medida, el D y el E; el F y G los últimos descritos y menos estudiados.
Las hepatitis agudas pueden no producir ningún síntoma y pasar desapercibida para el enfermo. En otras ocasiones existen otros inespecíficos, como malestar general, fatigas, pérdida de peso, náuseas. Además, en algunos casos se desarrolla ictericia, es decir, pigmentación amarilla de la piel y las mucosas, que se acompaña de orinas de color oscuro (coluria) y deposiciones blancas o amarillentas (acolia).
Las hepatitis crónicas también se caracterizan por producir muy pocos síntomas y, en muchas ocasiones, se diagnostican de forma casual al realizar análisis por otros motivos.
Cuando existen síntomas, los más frecuentes son cansancio, molestias leves e inespecíficas en lado derecho del abdomen o trastornos leves de la digestión.
Las causas más frecuentes son:
-Infecciones por virus, bacterias, parásitos…
-Trastornos de tipo autoinmune.
-Lesiones debidas a la interrupción de la irrigación sanguínea normal del hígado.
-Daños cerebrales.
-Presencia en el organismo de determinadas drogas, toxinas, medicamentos, alcohol...
-Presencia de trastornos de tipo hereditario como fibrosis quística o enfermedad de Wilson.
-Transfusiones de sangre.
-Uso compartido de jeringas o cuchillas de afeitar.
- Virus A: Se produce a través del agua y los alimentos contaminados, verduras lavadas con esta agua, mariscos de aguas pantanosas, por lo que la higiene es fundamental para una buena prevención. También lo puede contagiar un familiar o cualquier otra persona infectada por el virus. Existe una vacuna y las personas generalmente se recuperan sin necesidad de tratamiento. Esta enfermedad aprovecha los elementos climatológicos adversos (abundantes lluvias o la sequía) para su propagación, y hay que recordar que Cuba los últimos años se ha visto afectado por esas variaciones climáticas.
- Virus B: Es una enfermedad grave causada por un virus que se transmite por la sangre o por vía sexual desde un enfermo con hepatitis activa o de un portador sano del virus de la hepatitis B (VHB). Puede causar una infección aguda o crónica y así persistir en la sangre, causando cirrosis (cicatrización) del hígado, cáncer del hígado, insuficiencia hepática y la muerte por transfusiones, heridas, jeringas contaminadas; por contacto sexual al estar presente los virus en los distintos fluidos corporales (semen, saliva) o por relaciones sexuales traumáticas con heridas. Una vez que se le diagnostique hepatitis B crónica, el virus puede permanecer en su sangre e hígado para toda la vida. Es importante que sepa que puede transmitirlo, incluso, si no se siente enfermo.
- Virus C: Se transmite fundamentalmente por lo que llamamos vía parenteral, es decir, a través de las transfusiones de sangre y hemoderivados, actualmente con una probabilidad mínima debido a las medidas de detección, también por los pinchazos con material contaminado (tatuaje, piercing o las manipulaciones dentales antes de la introducción de buenas medidas higiénicas). Este virus puede transmitirse a través de las relaciones sexuales, pero con una eficacia muy reducida, por lo que la incidencia de esta enfermedad en cónyuges de pacientes infectados por el virus C es muy cercana a la de la población general. Muchas personas no presentan síntomas. Quienes sí los desarrollan pueden presentar fatiga, náuseas, pérdida del apetito y un color amarillo en los ojos y la piel. Se trata con medicamentos antivirales.
Los bancos de sangre examinan todas las muestras para descartar la infección por estos virus, por lo que el contagio se ha reducido enormemente en los últimos años.
El Día Mundial de la Hepatitis, que se celebra cada 28 de julio, sirve como un momento de reflexión sobre el progreso y los logros en nuestra lucha contra la hepatitis viral. También es una oportunidad para abordar las brechas y necesidades en nuestros esfuerzos por eliminar estas enfermedades como un problema de Salud Pública. Este año se hace un llamado al conocimiento del diagnóstico y el tratamiento. Es una oportunidad para intensificar la lucha internacional contra esta, alentar a la actuación adecuada ante ella y a hacer hincapié en la necesidad de una mayor respuesta mundial.
Se eligió este día en homenaje al nacimiento del Dr. Baruch Blumberg, laureado con el Premio Nobel, que descubrió el virus de la Hepatitis B e inventó una prueba diagnóstica y la vacuna.
La hepatitis viral es un asesino silencioso y cobra numerosas vidas cada año, con síntomas que solo aparecen cuando la enfermedad está avanzada.
Es transmisible, y, por tanto, potencialmente se puede prevenir. Existen vacunas y tratamientos efectivos, ofreciendo esperanza de vida para todos, por lo que conocer su estado y acceder al tratamiento es crucial.