¡Hola, amigos de Contigo! La Edad de Oro fue una revista emblemática creada por José Martí en 1889. Buscaba entretener y educar a los niños, fomentando en ellos un sentido de identidad y patriotismo. A través de sus historias y poemas, el Apóstol de la Independencia de Cuba abordó temas universales como la amistad y la libertad, dejando un legado que perdura hasta hoy.
La Edad de Oro se ha desempeñado como fuente de inagotable sabiduría y conocimiento para generaciones de cubanos, pero ¿saben cómo llegó a Cuba? Hoy compartimos con ustedes parte de la historia de cómo el regalo del más universal de los cubanos llegó a manos de su pueblo.
Un poco de historia
La revista mensual La Edad de Oro, dedicada a la recreación y la ilustración de los niños comenzó a publicarse en Nueva York en julio de 1889. En su primer número, Martí explica su objetivo: “Se publica La Edad de Oro para que los niños americanos conozcan cómo se vivía antes y cómo se vive hoy en América y en otras tierras”. Con estas palabras, su autor desafía las normas literarias de su tiempo.
En el segundo número, nuestro Héroe Nacional reflexiona sobre la importancia de la revista. Dice: “La Edad de Oro no quiere morir, porque nadie debe morir mientras sirva para algo”. Sin embargo, en octubre de 1889, se publicó el número final de la revista, lo que causó gran tristeza en el Maestro, quien era un amigo fiel de los niños. En esa última edición, señala: “Es necesario conocer las fuerzas del mundo para ponerlas a trabajar”.
Alrededor de 1885, el patriota Amador Esteva se estableció en la Villa de Guantánamo. Natural de Santiago de Cuba, había conocido a José Martí en Nueva York y habían forjado una sólida amistad.
En el mismo año del lanzamiento de La Edad de Oro, se fundó en Guantánamo la Sociedad La Luz. Ese edificio, ubicado en la calle Calixto García esquina a Emilio Giró, se destacaba por su elegante cristalería y sus balcones decorados.
Martí, consciente del patriotismo de Esteva, le envió una carta el 27 de julio de 1889. En ella, le decía que buscaba un buen agente en Guantánamo para la revista. Le pidió que le informara si había tenido éxito en encontrar a alguien.
Los paquetes con ejemplares de La Edad de Oro empezaron a llegar a Guantánamo a nombre de Amador Esteva. Su tarea era distribuirlos por todo el país. La Sociedad La Luz se convirtió en el centro de recepción y más tarde se conoció como el Liceo La Luz. Ese lugar era importante para conspirar contra el dominio español.
Así nació la misión de enviar las remesas a los editores y coordinar desde Cuba todo lo relacionado con suscripciones y clubes de lectores. Hasta ahora, no se ha encontrado otro lugar en Cuba que haya asumido esta tarea con tanto compromiso. La Esquina de la Edad de Oro se erige en Guantánamo como un símbolo del orgullo y la tradición patriótica de la ciudad.