MaritzaTodo empezó como un deber, nacido del compromiso con la Revolución en pleno periodo de efervescencia. Se les pedía a los jóvenes ayudar en lo que fuese posible y como muchos en ese tiempo, Maritza Reyes Quintero dijo que sí. Ahí comenzó su camino como instructora de artes visuales del Sistema de Casas de Cultura.

“En el año 92 pasamos el curso emergente, de apenas unos meses, en Guantánamo no había instructores de arte o eran pocos, así que cuando fueron pidiendo voluntarios ahí estuvimos. Después volvimos a pasar otro curso de instructores, esta vez por 4 años, hicimos la licenciatura…y seguí aquí. Siempre he estado en Casa de Cultura, instruir ha sido mi vida y mi obra.

“Me enamoré más de la manifestación gracias a los profesores: José Ávila, Rogelio Martínez…aunque esa pasión mía se consolidó cuando empecé a trabajar en Niceto Pérez, con la brigada 20 de Aniversario, una iniciativa para llevar el arte a todas las personas, tarea permanente de la Revolución y de nosotros los instructores de arte formados por ella.

“Tiempo después vine para el municipio de Guantánamo y trabajé casi en la mayoría de los Consejos Populares, desde San Justo hasta el Sur de la ciudad. Y eso que vivía lejos. Ahora yo escucho personas que se quejan porque trabajan distante, y me recuerdo como yo, que vivía en San Justo iba hasta el Sur y el Reparto Obrero, a veces a pie y de noche, e incluso dejaba cuidando a mi niña con una vecina. Imagínese ese sacrificio”.

Maritza Reyes es de Baracoa, pero ha hecho de la ciudad del Guaso su orgulloso hogar. Radicada en la Casa de la Cultura Rubén López Sabariego laboró como coordinadora y jefe de la manifestación de artes visuales, impulsora de eventos y promotora de lo mejor de la creación.

“He tenido más de cien instructores bajo mi tutela, haciendo maravillas, sobre todo vinculados al trabajo con los niños. Adoro moldearlos como futuros artistas o aficionados al arte, así ayudamos a desarrollarles una habilidad o al menos la sensibilidad para apreciar la creación artística.

“También me gusta trabajar para los festivales, los concursos Trasaguas, el de Materia Prima, de los bomberos, De dónde crece la palma, y el del Programa Mundial de Alimentos (PMA), en este último fui la primera en ganarme el premio con un estudiante de Guantánamo, incluso fuimos a La Habana en limusina, donde el representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) nos premió.

“Siempre he tenido buenos resultados en los concursos nacionales, provinciales y municipales, porque me encanta crear, enseñar, y promover. Esa es la razón de ser de los instructores. Tanto amor siento por esta profesión que aunque ya me jubilé sigo aquí, porque esta es mi casa de cultura”.

Maritza recibió este año 2025 el premio a la mejor instructora de arte, por su quehacer desde la institución hasta el barrio. Ella, sin embargo, considera que el lauro es para todos los instructores de plástica de su cátedra.

“Esos muchachos para mí son la clave. Somos una familia, que lo mismo celebra los cumpleaños colectivos cada 3 meses, que se multa de su salario para conseguir los recursos necesarios para mantener los talleres de creación, porque para nadie es un secreto que apenas tenemos insumos.

“Hoy trabajamos con cajas y cartones, plásticos, nylon, materiales desechables que reaprovechamos con un sentido ecológico pero sobre todo de resiliencia; así confeccionamos muñecos, máscaras, cuadros… uno trae tinta, el otro, pintura y así armamos el evento Nivio Fernández, el Salón de la décima ilustrada y otros tantos que salen por el esfuerzo y compromiso de los instructores.

“También me enorgullece saber que como instructora puedo acompañar y descubrir proyectos que demuestran la utilidad del arte, como el Sábanas blancas de Baracoa; el Café con tinta, de Aydee Rodríguez Infante; Artesaneando con Yeni; Crochet con Alas, de María Cristina….

“Otra faena importante es la de promoción de la vanguardia artística guantanamera, como dice la frase, conoce Cuba primero…Desde la Casa de la Cultura organizamos muestras y charlas con maestros como Óscar Nelson, George Pérez, Ángel Laborde, Ernesto Cuesta, Mildo Matos… además colaboramos con la galería de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba del territorio.

“Mucho queda por realizar, pero estoy satisfecha de cuánto he hecho y vivido en estos años como instructora. He visto artistas crecer y multiplicar su obra, ese ha sido mi mayor premio y el que todo instructor de arte debe ansiar: servir, ser útil, hacer del arte que conocemos un arte de todos y para el bien de todos”.

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