Adán: “La caricatura en Cuba todavía debe ganar más espacio en los medios de comunicación”.A Adán Iglesias Toledo el amor por la caricatura le viene desde siempre. De cuando dibuja cuadros de diálogos paródicos en fotos de la revista Sputnik, con la intención de cambiarle el sentido y arrebatarle una risa a alguien, o tal vez de cuando Alejo Carpentier tras ver su obra, dijo, o más bien aseguró, que aquel era su camino y que en ese sendero un día se conocerían.
“Nunca pude verlo, pero desde entonces fui participando en concursos, atreviéndome a pintar, pasando pena, hasta que terminé colándome en la prensa. Me formé empíricamente, porque en Cuba no hay una carrera para aprender a ser caricaturista, los que hemos llegado a serlo es por persistencia.
“Si tuve una buenísima educación artística, fruto casi de la casualidad. Cuando terminé el preuniversitario, recuerdo que era muy mal estudiante y no pensaba coger carrera, incluso me había anotado para ir a Angola, ¡quería ser paracaidista!, y entonces aparece la oferta de formarme en Educación Artística, con el fin de ser docente, algo que yo creo que también me ayudó bastante, por la necesidad de comunicar y ser útil.
“Tuve un claustro de profesores de lujo, muchos de la Academia de San Alejandro que colaboraban con el Pedagógico. En ese tiempo lancé mis primeras caricaturas en un medio de prensa: Tribuna de la Habana; compré 30 periódicos como recuerdo. Una de las obras aludía a la relación Cuba-Rusia y la otra a las posadas, nombre de lugares de encuentro para parejas, que solían usar como identificador pantallas de televisores en desuso.
“Aunque dice mi mamá que, de niño, mi primera creación fue pintar a José Martí con una transfusión de sangre, como intentando revivir al Héroe Nacional; la idea, aunque muy ingenua, me pareció simpática e interesante”.
Como parte de la reciente visita de Adán a Guantánamo, se inauguró la exposición Dedeté, de humoristas gráficos cubanos, en el centro de Arte Palacio Salcines.
Más de 20 años ha dedicado Adam al oficio de caricaturizar. Un gremio pequeño, pero singular.
“Estuve en la Unión de Escritores y Artista de Cuba al frente de la sección de Humor, en dos mandatos. Y la verdad, ser pocos nos da la facilidad de que casi todos nos conocemos a nivel internacional. A Cuba han venido a hacer convenciones, caricaturistas de editoriales de Canadá, Estados Unidos, Europa, y nosotros también hemos podido ir allá.
“Hay hasta un repositorio internacional donde aparece la información de muchos de nosotros en Países Bajos, que funciona como una suerte de sindicato, con la posibilidad de competir entre nosotros y publicar en portada de medios de cualquier país. Yo solamente he ganado en dos ocasiones, pero hay mucha gente pujando por ese premio.
“Otro dato interesante de ese sitio es que aparecen caricaturistas oficiales como yo que trabajo en un medio estatal y hay información de otros que hacen prensa alternativa, incluso colegas de uno que deciden publicar en otros lados. Creo que ese tipo de repositorios es importante, porque en medio de las diferencias políticas ayuda a preservar la memoria.
“Como caricaturista también debo decir que he tenido suerte, me han llamado para tributar a sitios como Al Mayadeen, canal que radica en el Líbano. Esos encargos me imponen retos porque hay que estar actualizado con temas de ese entorno y luego ver cómo reflejarlo sin herir sensibilidades y transmitir sentimientos o reflexiones con el dibujo.
“También publico en Resumen latinoamericano, de Argentina, colaboro con Radio Reloj para Instagram y la televisión, los fines de semana en Cubavisión Internacional hay una sección de noticias que salen animadas, la escribo. Las más recientes fueron sobre el 4 de Abril. Igualmente, estuve un tiempo en la Mesa Redonda, una experiencia bastante interesante”.
Sin embargo, admite Adán que ser un grupo pequeño también tiene sus desventajas. La cuestión del relevo generacional, es una preocupación.
“Actualmente son muy pocos los jóvenes o de edad que quieren publicar caricaturas en la prensa, sobre todo porque pueden hacerlo en redes y ganar mayor visibilidad. También incide en este problema el poco posicionamiento o visibilidad de los caricaturistas.
“Lo otro es el desconocimiento. Este mundo no solo es hermoso, sino que tiene varias formas de ser remunerados internacionalmente en cantidad de eventos y concursos disponibles en sitios como Irancartoon. Además, tuvimos la suerte de que tras una larga batalla el pago del derecho de autor subió entre $300 y 1000 pesos, que antes era $50 y así nadie se motiva.
“La caricatura en Cuba todavía debe ganar más espacio en los medios de comunicación porque su uso a veces solo responde a la necesidad del editor que está armando una página para llenar un espacio. La caricatura debe concebirse como parte del trabajo en equipo, como parte del texto periodístico.
“Siempre digo que el caricaturista actualmente no ha terminado la caricatura cuando la publicó, se necesita subirla a las redes sociales: si la puedes animar mejor, si puedes hacer un reel, ¡perfecto! Así sería un “palo” porque para los jóvenes ese lenguaje es fundamental.
“Lo que pasa es que a veces nos coge la vagancia, pero el humor gráfico tiene mucho que dar y ganar en el actual contexto de transformación de los modelos de la prensa cubana y el propio Ministerio de Cultura lo entiende así, por eso existe la Bienal de San Antonio de los Baños y la del humor político.
“Con esta última fuimos a hogares de ancianos, a centros penitenciarios, cooperativas…los caricaturistas haciendo, con gran aceptación popular. Aparte, es un evento teóricamente muy fuerte al que invitamos profesionales de México, Irán, Venezuela…incluso logramos que la galería 23 y 22 se abriese como espacio para mostrar y vender la obra de los humoristas, tristemente no ha tenido la divulgación que merece, pero ahí está”.
Como buen dedetiano Adán Iglesias Toledo vive encantado de la familia que ha hecho en la redacción de Juventud Rebelde. Entre luces y sombras, ha crecido personal y profesionalmente en ese espacio.
“Dedeté es una escuela, con un estilo bien marcado, sentado por profesionales como Virgilio Martínez y Tommy, de todos fui aprendiz de cierta forma…De ellos aprendimos que hay que leer una y otra vez la noticia para pensar una ilustración o caricatura que responda a ella; aprendimos además, a luchar contra uno mismo y la presión de un diario a punto del cierre con editores y redactores encima de uno; pero al final se hace el trabajo y bien.
“Actualmente seguimos tratando de apoyar la transformación del medio, trayendo ideas novedosas como una serie de trabajos dedicada a José Martí, con detalles que lo humanizan más y acercan a la gente, pero tengo más material por sacar y es que siempre quedará algo por contar de la vida y qué mejor manera de reflejarla que con humor gráfico”, concluye.