f0420883CARACAS, Venezuela.–Así como el poeta dijo que la Era está pariendo un corazón y duele, es verdad que al mundo le están naciendo nuevas maneras, nuevos valores, porque se defiende ante la guerra y ante el sinsentido de lo inhumano. Ese proceso duele; y ninguna palabra se parece tanto a lo que está pasando como el alba, ese momento que está precedido por un oscuro canal de parto. 

 

Ese pensamiento nace cuando se ha asistido este miércoles, en el Palacio de Miraflores –sede del Gobierno de Venezuela– a la XXIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), a la cual asistió el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

 

Los presidentes Nicolás Maduro y Díaz-Canel fueron de los primeros en entrar al recinto. El dignatario anfitrión dio la bienvenida a estadistas y dirigentes que allí confluyeron, y habló de los líderes progresistas que se encontraban presentes.

 

Recordó que ya son 20 años de «nuestras alianzas, de nuestras fuerzas: el alba». Hizo un recuento de lo vivido en todos estos años, por la obra de nuestros dos comandantes.

 

El alba se ha convertido en una alianza por la vida de nuestros pueblos, afirmó. También dijo que América sigue siendo la misma libertaria de hace 200 años, y que se impone la unidad de sus pueblos; que el alba tiene que ser gobierno, tiene que ser naciones, pero también, y sobre todo, pueblos movilizados.

 

Solo desde esa herramienta de integración regional que es el alba –reflexionó el Presidente bolivariano–puede obrarse el milagro del equilibrio, del respeto, de una nueva épica. En ese punto habló de desarrollos científicos compartidos, de integración del conocimiento universitario, de formar médicos y enfermeras en la región, de crear una agenda para mitigar los impactos del cambio climático.

 

De los extremismos, del fascismo al cual acude el imperio global para solucionar sus crisis también comentó. Dedicó parte de sus palabras al pueblo palestino, que sufre un genocidio. Y no faltó un tema de gran envergadura como el de Haití y la necesidad de un nuevo modelo para el rescate de su equilibrio.

 

OTRAS IDEAS DE HERMANDAD

 

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, abogó por «organizarnos el plan de trabajo que se desprende de todos los planteamientos aquí hechos», y habló del alba como arma para la paz, de Cuba en su batalla heroica; y denunció al «imperialismo de la tierra», que socava la unidad latinoamericana y comete crímenes de lesa humanidad.

 

Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, dio las gracias por la convocatoria de la Cumbre en la bella y pacífica Caracas, y agradeció a Venezuela por lo hecho por las naciones caribeñas.

 

Se refirió a la solidaridad, que es piedra angular del alba; a la resistencia y a la reciprocidad que reinan en el seno de la organización, y agradeció a Venezuela a y a Cuba por el valioso papel desempeñado en aras de su buen funcionamiento.

 

Tomado de Granma

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