gatos 580x327Paul denunció que la DARPA destinó más de 10,8 millones de dólares a experimentos con gatos en la Universidad de Pittsburgh. Según el informe, los científicos realizaron procedimientos invasivos como abrir las espinas dorsales de gatos machos para insertar electrodos, con el objetivo de estimular erecciones.

Durante el procedimiento, los gatos permanecían con la incisión abierta mientras se les aplicaban descargas eléctricas. Finalmente, se les cortaba la médula espinal para paralizar la mitad inferior de sus cuerpos, prolongando el sufrimiento con más descargas.

En otro experimento, los gatos fueron sometidos a descargas para provocar defecación tras la inserción de canicas en sus rectos. “Es inaceptable que casi 11 millones de dólares de los contribuyentes se hayan destinado a experimentos que parecen sacados de una novela distópica”, declaró Paul, quien calificó estos estudios como un uso "irracional e inhumano" de los recursos públicos.

Estudio del COVID-19 en gatos

El informe también señala que el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, junto con el Departamento de Agricultura, gastaron más de 2 millones de dólares desde 2022 para investigar si los gatos pueden contraer y transmitir el COVID-19. El estudio resultó en el sufrimiento y la muerte de más de 30 felinos. Los animales sanos eran infectados deliberadamente, monitoreados durante días o semanas, y finalmente sacrificados en grupos.

“El propósito y los resultados de estos experimentos son inútiles para la sociedad y podrían lograrse sin torturar animales”, argumentó el senador.

Gatos utilizados para el estudio del vértigo

Otros 1,5 millones de dólares fueron destinados a experimentos con gatitos de entre cuatro y seis meses de edad para investigar afecciones como el vértigo o los efectos de los viajes espaciales en el cuerpo humano. Según el informe, los animales eran inmovilizados durante largos períodos y sometidos a movimientos bruscos en mesas hidráulicas, diseñadas para inducir mareos severos. Además, se les aplicaban luces intermitentes y se les inyectaba sulfato de cobre para provocarles vómitos.

En algunos casos, partes del cerebro de los gatos eran seccionadas o eliminadas completamente, dejándolos vivos pero sin función cognitiva. “No hay justificación para esta crueldad”, afirmó Paul. “Los estadounidenses seguramente estarían en contra de este uso tan inhumano del dinero público”.

Llamado a la acción

El senador concluyó su informe exigiendo que el Gobierno de EE.UU. deje de financiar experimentos de este tipo, cuestionando su utilidad y ética. “Es un sombrío recordatorio de cómo el gasto público, sin supervisión, puede derivar en prácticas que desafían el sentido común y los valores humanos”, subrayó.

(Con información de RT Español)

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar

feed-image RSS