China acusó este miércoles a Estados Unidos de utilizar como pretexto las denuncias de "trabajos forzados" en las misiones médicas cubanas para imponer restricciones a funcionarios extranjeros que colaboran con estos programas.

La portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Mao Ning, afirmó en rueda de prensa que "las acusaciones de ‘trabajos forzados’ no es más que un pretexto utilizado por EE.UU. para reprimir a Cuba y ejercer sus herramientas hegemónicas".

La portavoz también criticó la política de Washington hacia la isla y afirmó que "las acciones de EE. UU. no son más que una extensión y una intensificación de su bloqueo y sanciones contra Cuba, que llevan más de 60 años".

Pekín, que ha expresado en repetidas ocasiones su oposición al bloqueo estadounidense sobre Cuba, instó a Washington a levantar sus sanciones.

"China se opone a la diplomacia coercitiva e insta a EE. UU. a poner fin inmediatamente a su bloqueo y sanciones contra Cuba bajo cualquier pretexto", concluyó Mao.

A su vez, destacó que las misiones médicas cubanas han sido "ampliamente bien recibidas por los gobiernos y los pueblos del Caribe", recordando que, durante la pandemia de COVID-19, Cuba envió más de 600 000 profesionales médicos a más de 60 países, atendiendo a más de 230 millones de personas y salvando más de 12 millones de vidas.

Caricom defiende las misiones médicas cubanas

Las declaraciones de China se producen en medio de una creciente controversia entre EE. UU. y varios países de la Comunidad del Caribe (Caricom), cuyos líderes han rechazado las acusaciones de explotación laboral contra los médicos cubanos. Países como Barbados, Trinidad y Tobago, y Antigua y Barbuda han advertido que, sin el personal sanitario cubano, sus sistemas de salud colapsarían.

El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, declaró que preferiría perder su visa estadounidense antes que permitir que mueran "60 personas pobres y trabajadoras" por falta de atención médica. Por su parte, el primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, defendió el programa médico cubano, subrayando la dependencia de su país de los profesionales médicos cubanos.

La ministra de Relaciones Exteriores de Jamaica, Kamina Johnson Smith, resaltó la presencia de más de 400 profesionales médicos cubanos en su país, mientras que el primer ministro de Granada, Dickon Mitchell, recordó la larga historia de cooperación entre Cuba y su nación.

En respuesta al anuncio de Washington, los líderes caribeños han reafirmado su derecho a decidir, de manera autónoma, con qué países establecer relaciones y colaborar.

A finales de febrero, EE. UU. anunció la ampliación de restricciones de visado contra individuos implicados en lo que considera "explotación laboral" de trabajadores cubanos en el extranjero, incluyendo funcionarios de gobiernos extranjeros. Washington alega que el Gobierno cubano retiene una parte sustancial de los salarios pagados a los médicos y limita su movilidad, lo que constituye una forma de trata de personas.

Cuba ha rechazado enérgicamente estas acusaciones, defendiendo sus misiones médicas como un ejercicio de "solidaridad internacionalista" que ha beneficiado a millones de personas en más de 165 países durante más de seis décadas.

 

Tomado de Cubadebate

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