El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, utilizó la plataforma de la cumbre virtual de los BRICS este lunes para lanzar una contundente crítica al despliegue militar de Estados Unidos en el mar Caribe. “La presencia de fuerzas armadas de la mayor potencia en el mar Caribe es un factor de tensión incompatible con la vocación pacífica de esta región”, declaró Lula.
El mandatario brasileño fundamentó su postura en el histórico Tratado de Tlatelolco de 1968, que consagró a la región como la primera zona densamente poblada del mundo libre de armas nucleares, un pilar de la identidad diplomática latinoamericana.
La movilización militar estadounidense, justificada por la administración del presidente Donald Trump como una operación con el pretexto de combatir el narcotráfico, incluye ocho buques de guerra con misiles y un submarino de propulsión nuclear en aguas cercanas a Venezuela.
La tensión se exacerbó la semana pasada tras un incidente en el que Washington anunció un supuesto ataque (las pruebas fueron señaladas como de dudosa veracidad) en que las fuerzas de EE.UU. impactaron una lancha que transportaba narcotraficantes y habría partido de costas venezolanas.
La crítica de Lula no es un hecho aislado. Previamente, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, había difundido una resolución respaldada por 21 de los 33 países miembros de la Celac, manifestando su “profunda preocupación por el reciente despliegue militar extra-regional”. Aunque no fue un comunicado oficial del organismo debido a la oposición de una minoría de países, la declaración evidencia una postura mayoritaria.
Los firmantes, entre los que se encuentran naciones de distintos signos ideológicos como México, Chile, Uruguay, Cuba, Brasil y la propia Venezuela, reafirmaron su “firme compromiso con la defensa de la paz, la estabilidad, la democracia y el desarrollo”. El documento invocó los principios fundamentales de no intervención, solución pacífica de controversias y respeto a la soberanía, principios que, a juicio de estos gobiernos, se ven amenazados por la acción unilateral de Washington.
La cumbre del Brics
El foro de los BRICS sirvió a Lula no solo para denunciar, sino también para proyectar una agenda alternativa. El líder brasileño instó al bloque a defender el multilateralismo “con una sola voz” en foros internacionales, especialmente en la ONU. “El unilateralismo no va a llevarnos a lograr las metas de justicia y prosperidad”, afirmó, en una velada crítica a las políticas de la administración Trump.
Dentro de esta visión, Lula pidió el apoyo explícito de sus socios para un objetivo de larga data de la diplomacia brasileña: la ampliación del Consejo de Seguridad de la ONU, donde aspira a un asiento permanente.
El grupo, compuesto inicialmente por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, se extendió con la incorporación de Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán en 2024 y de Indonesia en enero de 2025. A su vez, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Uganda, Uzbekistán y Vietnam son Estados socios de esta alianza económica.
Los países del Brics representan el 36 por ciento del producto interno bruto mundial y el 45 por ciento de la población global.
Tomado de Cubasi