La Ruta Joven del Comercio en Guantánamo promete, como proyecto, ser una de las experiencias más frescas dentro del panorama económico y social guantanamero.
Nacida como parte de una inventiva nacional, busca colocar a las nuevas generaciones en el centro de la transformación del sector del comercio, un ámbito que por años parecía ajeno al protagonismo juvenil y que ahora encuentra en sus rostros más jóvenes la fuerza para modernizarse y crecer.
El movimiento tiene en Yeudis Reyes Diéguez a uno de sus principales líderes. Mecánico de servicios técnicos, este joven trabajador se ha ganado el respeto de sus compañeros por la capacidad de soñar y materializar ideas que trascienden las rutinas laborales.
A su lado, Maricela Castillo Hechavarría, especialista principal de servicios en la Empresa provincial de Alojamiento, comparte la dirección de la Ruta Joven, aportando una visión integradora y organizativa que complementa la energía creativa de sus colegas.
La Ruta Joven cuenta ya con dos años de existencia; sin embargo, en Guantánamo apenas hace siete meses comenzó su recorrido. Ese corto tiempo ha sido suficiente para consolidar un grupo que supera los 40 miembros, entre trabajadores de distintas empresas del sector, y que ha sabido colocarse en la agenda pública de la provincia a través de acciones visibles, humanas y profundamente comprometidas con la comunidad.
Dice Yeudis Reyes que una de las actividades más significativas fue la visita a la sala de Oncología hospital pediátrico provincial. Allí, los jóvenes de la Ruta no solo llevaron donativos de las empresas vinculadas al movimiento, sino que se hicieron presentes como amigos y como acompañantes de las familias.
“Compartimos canciones, juegos y escuchamos las historias de cada niño, demostrando que la solidaridad no se mide por la magnitud del obsequio, sino por la calidad del tiempo compartido y por la empatía que se logra sembrar”.
Esta iniciativa fue impulsada por la Empresa Mayorista, que propuso que la Ruta se integrara a la actividad. El gesto fue rápidamente respaldado por las cuatro empresas participantes y por el propio hospital, cuyos médicos y especialistas agradecieron el apoyo. Lo que nació como una simple visita se transformó ahora en un programa de continuidad, bautizado como Proyecto Vida, con la intención de mantener la atención a los niños hospitalizados mediante cumpleaños colectivos, encuentros y otras acciones recreativas.
“La vocación integradora de la Ruta Joven también se proyectó hacia los municipios”, recuerda Maricela Castillo.
“En Baracoa, por ejemplo, organizamos un encuentro preparatorio para la visita nacional del movimiento. El propósito fue socializar la experiencia con los jóvenes de esa región y demostrar que el comercio no es solo un espacio de transacciones, sino un terreno fértil para la innovación, la solidaridad y el compromiso con los objetivos sociales. La idea es clara: ningún municipio debe quedar fuera de la Ruta”, afirma.
Otro de los grandes ejes de la iniciativa es la innovación. Por eso en el próximo Foro Nacional de Ciencia y Técnica en La Habana, Guantánamo estará representado por varios proyectos que nacieron del trabajo de la Ruta.
Yeudis presentará una adaptación de cocinas de inducción modernas, buscando soluciones locales ante la falta de piezas de repuesto. Otros jóvenes abordarán temas de bancarización, digitalización e innovación en gastronomía, con el fin de mostrar que el sector comercio también puede ser un espacio de generación de conocimiento.
Maricela destaca que la Ruta no solo integra a los jóvenes líderes, sino a todos los trabajadores que se identifican con el sector. El objetivo es que cada cual se sienta parte de una red que promueve el humanismo, el sentido solidario y la necesidad de crecer colectivamente. Las acciones, por tanto, no se limitan a los centros laborales, sino que también incluyen a la comunidad y a familias que reconocen en los jóvenes del comercio un ejemplo de participación ciudadana.
El deporte y la recreación ocupan un lugar destacado en la agenda de la Ruta según comentan ambos entrevistados.
“Se han realizado encuentros deportivos entre las distintas empresas, donde jóvenes que habitualmente permanecen tras un mostrador descubren la oportunidad de integrarse a un juego colectivo, compartir con colegas de otros centros y fortalecer la salud física y mental. Estos torneos, seguidos de actividades culturales, se convierten en celebraciones que afianzan la identidad del movimiento”, agrega Yeudis.
“Uno de esos encuentros concluyó en el Parque de Diversiones, donde las empresas participantes ofrecieron gastronomía y música en un ambiente festivo. Pizza, caldosas y cervezas sirvieron de pretexto para un intercambio entre trabajadores que hasta entonces apenas se conocían.
“De esa experiencia nació incluso un grupo de WhatsApp que mantiene viva la comunicación entre los integrantes, combinando la camaradería juvenil con reflexiones y debates de interés social y político”, asevera Maricela.
La Ruta Joven también ha promovido el intercambio intergeneracional. En la Empresa de Alojamiento, por ejemplo, se organizó un encuentro entre jóvenes y jubilados del sector. Allí se compartieron experiencias de vida y se valoraron los aprendizajes acumulados, reconociendo la importancia de la memoria histórica en la construcción del futuro. Como en cada actividad, la cita culminó con una propuesta cultural, reafirmando la importancia de la recreación como parte de la formación integral.
El apoyo de los directivos ha sido decisivo para la consolidación del movimiento. Este tipo de liderazgo compartido entre directivos y trabajadores ha permitido que la Ruta gane legitimidad y que se organice con una planificación coherente, evitando improvisaciones y asegurando resultados concretos en cada acción emprendida.
Los logros no han tardado en llegar. En el segundo Coloquio de Ciencia y Técnica de las BTJ, celebrado en Ciego de Ávila, los jóvenes guantanameros obtuvieron cuatro premios: un primer lugar, dos segundos y un tercero, en áreas como comercio, inmobiliaria y costurería. Estos reconocimientos confirman la capacidad innovadora de la juventud del sector, un verdadero motor de producción de ideas y soluciones.
La misión principal de la Ruta Joven es contribuir a la superación integral de los jóvenes trabajadores del comercio, vinculando la capacitación profesional con la sensibilidad humana. Su visión es convertirse en un movimiento reconocido por integrar, motivar e impulsar acciones donde se exprese el talento creativo de las nuevas generaciones y su capacidad de incidir en el desarrollo económico sostenible de la provincia.
Dentro de los temas que la Ruta Joven aborda se encuentran la digitalización de procesos, la seguridad alimentaria, la economía circular, la gestión de la calidad, el emprendimiento juvenil y la innovación tecnológica. También se promueve la protección al consumidor, el uso de energías renovables, la logística sustentable y la recuperación de valores históricos y culturales.
En cada uno de estos ámbitos, los jóvenes de Guantánamo se proponen marcar una diferencia.
El movimiento tiene establecidos límites de edad entre los 17 y 35 años, aunque su impacto trasciende esa franja. Para muchos, formar parte de la Ruta es una oportunidad para crecer profesionalmente, pero también para integrarse a un grupo humano que refuerza la identidad, el sentido de pertenencia y el compromiso social. Lo que comienza como un esfuerzo individual termina convirtiéndose en un proyecto colectivo que enriquece a todos.
Hoy, la Ruta Joven del Comercio en Guantánamo se perfila como un laboratorio de experiencias que combina innovación, solidaridad y recreación. Sus líderes, Yeudis y Maricela, lo resumen con una convicción clara: sin los jóvenes, el comercio se estanca; con ellos, se abre al futuro. En cada actividad, en cada gesto, en cada idea convertida en acción, la Ruta demuestra que la juventud es capaz de transformar la realidad y contribuir a una Cuba mejor.