El reciente paso de la onda tropical convertida en tormenta Imelda puso a prueba, nuevamente, la capacidad de respuesta del Sistema de alerta temprana en Guantánamo. Aunque los daños materiales resultaron evidentes, la rápida ejecución de medidas evitó pérdidas mayores.

La veloz evolución del fenómeno, de apenas horas, es asociado al cambio climático y refleja los nuevos desafíos de la meteorología en la región.

alertaEn diálogo con Venceremos, Andrés Aragón Matos, jefe del Grupo provincial de Pronósticos, valoró cómo funcionó el Sistema de alerta, las diferencias con fenómenos anteriores, el papel de la Defensa Civil, la tecnología disponible y los retos que dejan esos eventos para la población.

¿Cómo evalúa usted el funcionamiento del Sistema de alerta temprana en el territorio frente a este evento meteorológico?

El Sistema de alerta temprana funcionó. Lo complejo es que el organismo evolucionó muy rápido, como mismo pasó con Oscar. Esa rapidez es provocada directamente por el cambio climático. Desde el día 24 se hablaba de esa onda tropical, y aunque hubo otros sistemas como Humberto y Gabrielle en vigilancia, este se desarrolló con gran velocidad.

En mi opinión estas lluvias fueron beneficiosas para la provincia, independientemente de los daños, pero es necesario prevenir y aprender para poder aprovechar ese tipo de fenómenos sin correr riesgos

¿Qué particularidades tiene Guantánamo para enfrentar esos fenómenos meteorológicos?

Debemos ganar en habilidad para el enfrentamiento a los fenómenos meteorológicos. No es la misma preparación la de Baracoa, más acostumbrada a esos procesos por su frecuencia que, incluso, culminando la temporada ciclónica entran en la invernal que suele ser más dañina, que la del resto de la provincia.

Las instituciones deben reforzar el estudio de las zonas vulnerables. Un ejemplo claro es Paraguay, que se inunda cada vez que hay lluvias intensas, sin necesidad de ciclón. También ocurre en la avenida Camilo Cienfuegos, donde la acumulación de agua es recurrente, así como en Caimanera.

¿Qué factores están influyendo en esos fenómenos y cómo se explica el llamado “atraso” de la temporada ciclónica?

Los ciclones son una forma de liberar la energía que la Tierra recibe cada año. El cambio climático ha hecho que sean más frecuentes, intensos y difíciles de pronosticar.

En cuanto al retraso, influye la lenta transición de El Niño a La Niña, y la presencia de aire seco, en parte por el polvo del Sahara que reseca el ambiente y suele ser un aliciente para estos meteoros.

Pero siempre hay que tener presente que un inicio poco activo no significa un cierre tranquilo, aún podemos enfrentar otros fenómenos hidrometeorológicos.

Uno de los ingredientes para la formación de un ciclón tropical es la toma de energía del mar, y es posible decir que la temperatura es favorable para dichos fenómenos. Este año la temperatura media disminuyó comparada con el anterior, pero aun así existen condiciones que “alimentan” dichos meteoros.

Relación entre el Instituto de Meteorología y la Defensa Civil Cada año la relación crece. Existe retroalimentación permanente y toda la información se entrega directamente a los Consejos de Defensa. De esa forma no hay necesidad de esperar a las reuniones para que las informaciones estén en manos de las autoridades pertinentes.

Además, mantenemos comunicación directa con las principales autoridades de la provincia, lo que agiliza que la comunicación sea eficaz y llegue a tiempo a la población.

¿Qué diferencias notó en la actitud de la población durante el paso de Oscar y ahora con la onda tropical?

Hubo dificultades con la concientización de las personas durante el paso de Oscar, sin embargo, ahora la información fluyó mejor. La gente buscó alternativas para informarse, y eso es importante, porque independientemente de la responsabilidad estatal, las personas deben ser preocupadas y buscar informaciones en las fuentes oficiales.

Tema tecnología ¿Cómo está?

Con lo que tenemos hemos resuelto. Las cinco estaciones cuentan con grupos electrógenos y respaldo de combustible. Aquí en el Centro de Pronósticos estamos en un circuito priorizado y tenemos buena cobertura, en caso de ser necesario ampliar el rango, recurrimos a los radioaficionados.

Es cierto que los equipos envejecen, y nunca está de más tener en cuenta una renovación tecnológica. También creo que es vital pensar en la presencia de periodistas, aquí en esta entidad durante esos eventos, independientemente de que otros estén en la zona de impacto, con esa medida la información fluiría aún más rápido y de forma eficaz.

¿Qué lecciones principales dejan estos fenómenos para la provincia?

Que hay que estar preparados. El cambio climático es una realidad que se refleja en la intensificación de los eventos meteorológicos, como pasó con Oscar, que se convirtió en huracán en pocas horas. Además, no siempre los fenómenos ocurren en la costa; también pueden impactar en ciudades como la tormenta local severa que ocurrió hace unos meses y nos golpeó. La educación de la población es clave: alejarse de ríos y costas en tiempos de lluvias intensas puede salvar vidas.

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