DSC 9032A unos dos kilómetros al oeste de la ciudad de Guantánamo, en un sitio nombrado Raposo, tiene su casa, y su finca, el campesino Gilberto Pérez Vega, reconocido mayormente por su producción de limón persa.

Poco tiempo después de incursionar en el cultivo, en el 2014, Gilberto hizo famosa a su fi nca (llamada Villa Josefa, en homenaje a su querida madre) con una inusitada cosecha del demandado y casi extinguido cítrico.

Le fue tan bien que en un año de fl orescencia productiva llegó a cosechar 38 toneladas en las cuatro hectáreas (ha) dedicadas al cultivo. Y escribimos “le fue”, en pretérito, porque desde hace unos dos años las cosechas prácticamente no han existido.

La sequía implacable ha afectado severamente sus limoneros, a tal extremo que de sus cuatro hectáreas, alrededor de dos han perecido por falta de precipitaciones, y las plantas que se mantienen vivas presentan afectación evidente. “Nuestras áreas de limón nunca contaron con riego, es decir, se desarrollaron en secano, solo con las lluvias.

Pero, incluso, disponiendo de riego también hubiesen sido abatidas porque aquí la sequía ha sido intensa, tanto que los dos embalses cercanos están totalmente secos y en sus fondos se puede jugar balina”, ilustra con jocosidad.

Solo la férrea voluntad de Gilberto, y su convicción de no caer vencido sin luchar, forjadas en sus años de combatiente del Ministerio del Interior, donde fue jefe de la Brigada Especial, han mantenido en pie sus sueños con el limón y, más que ello, emprender, con el apoyo de varias instituciones agrícolas y de otros sectores, un proyecto para su fomento en tres cooperativas del territorio.

DSC 8970Pudiera parecer contraproducente emprender un proyecto para el fomento del limón cuando las áreas existentes presentan un estado precario, le comento a Pérez Vega y a los especialistas agrícolas que lo acompañan en nuestro diálogo, realizado días antes de las intensas y prolongadas lluvias asociadas a la depresión tropical nueve de la presente temporada ciclónica.

“Es verdad que pudiera parecer, pero no lo es, pues el tiempo no siempre va a ser malo y estoy convencido que más temprano que tarde llegarán las lluvias y se restablecerán parte de las plantaciones”, argumenta el productor. Evidentemente Gilberto tuvo razón, pues llegaron las precipitaciones.

Lo que busca el proyecto Y en cuanto al proyecto, que está en fase de gestión, una de sus exigencias es que las áreas que se siembren deben disponer de riego para que no dependan de la lluvia.

Desarrollo del cultivo Citrus latifolia en la provincia se denomina el mencionado propósito, que tiene como objetivo principal sembrar 132 ha de limón persa en las Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS) Mariana Grajales y Luis Rustán (ambas del municipio de Guantánamo) y la Gabriel Valiente, de Niceto Pérez.

“En un reciente taller sobre esa propuesta abogamos porque la mayor cantidad de ha se plante en Niceto Pérez, teniendo en cuenta la experiencia citrícola que tuvo ese municipio de los años 70 del pasado siglo a principios del actual. Allí los suelos están probados con ‘vocación’ para el ácido”, alega el reconocido socio de la CCS Mariana Grajales.

Agrega que ya más de 25 campesinos han mostrado su interés de incorporar en sus áreas el cultivo del limón persa, conocido también en otros países como lima de Tahití, lima persa, limón mesina, limón sin semilla o lima Bearss.

Según Wikipedia, entre sus ventajas, respecto al limón tradicional, están su mayor tamaño, ausencia de semillas, mayor resistencia a enfermedades, ausencia de espinas en los árboles que lo producen, y mayor duración de la fruta una vez recolectada.

Junto a Pérez Vega, promotor inicial, participan en la propuesta la Unidad de Ciencia y Técnica de Base, del Instituto de Suelos en Guantánamo; el Departamento de Sanidad Vegetal, de la Agricultura; Bandec, de la provincia y de Niceto Pérez, y la Universidad de Guantánamo.

Se pretende que, inicialmente, cada campesino comience con la siembra de una ha de ese cítrico, de alta demanda interna e internacional. Cada ha demandaría 450 posturas, desarrolladas mediante esquejes (brotes), tecnología que posibilita que en 18 meses de plantado el limón esté en producción.

“Hasta el momento hemos concebido producir los esquejes en el propio territorio, con especialistas de amplia experiencia en ese campo. Para las 132 ha debemos disponer de unos 67 mil 500 esque jes”, afirma Pérez Vega.

“El proyecto es muy motivador para los productores de nuestra cooperativa, porque fue Niceto Pérez el principal escenario de la producción citrícola en la provincia. Cuando se les informó que sí podían sembrar limón acogieron con pasión esa oportunidad. Incluso, varios campesinos que no asistían a las asambleas de asociados ahora concurren motivados por sembrar limón”, explica Rosalina Hinojosa González, presidenta de la CCS Gabriel Valiente, imbricada de lleno en la intención.

Asegura Gilberto que la primera ha, de las 132 previstas, ya está sembrada en su finca, mediante posturas.

Historia curiosa La incursión de nuestro entrevistado en el cultivo del limón encierra una historia tragicómica.

En 2014 compró las simientes en Cabaiguán, Sancti Spíritus, a propuesta de los propios espirituanos. En ese caso fueron posturas en sus bolsos (no esquejes) que ellos tenían en vivero. Eso fue algo curioso, pues en esa etapa estaba prohibido plantar limón en Cuba, por los terribles estragos de la enfermedad Huanglongbing (HLB), que acabó con el cítrico en Jagüey Grande, otras zonas del país y buena parte del mundo. Gilberto desconocía de esa prohibición y sembró el limón persa, que se desarrolló precozmente, con buena cosecha al año y medio.

“Después de vender las primeras producciones a Frutas Selectas, un día vinieron a mi fi nca especialistas de Sanidad Vegetal y me dijeron: ‘¿Usted es Gilberto, el de los limones?’. Y yo le respondí sí, yo soy Gilberto, vamos al campo para que vean qué lindos van”.

“No, no, no, nosotros no venimos a ver el área, venimos a que usted nos muestre el documento de quién le autorizó a sembrar limón”.

“Le relato los procederes y me dicen: ‘Ese limón hay que cortarlo e incinerarlo de inmediato, además se le impondrá una multa por la siembra de un cultivo prohibido’. “Pueden imaginarse cómo me sentí. Pero no perdí tiempo. Planteé el asunto en las máximas direcciones de la provincia, mi desconocimiento de la prohibición y lo desastroso que sería eliminar el cultivo.

En esos días llegó a mi finca un directivo nacional de Frutas Selectas y quedó admirado por el desarrollo del limón. Entonces me dijo: ‘Esto es una belleza, cómo es que lo van a eliminar. Mira, yo estoy en un recorrido por varias provincias que demorará más o menos una semana, dame esa semana, y mientras tanto no permitas que nadie entre a tu limonar, que lo eliminen, ni te multen. Hablaré con el ministro de la Agricultura’.

“Al cabo de unos días me convocan de la Dirección del Partido en la provincia y me dicen que pasara por el Gobierno para recibir copia de la resolución en la que el ministro de la Agricultura me autorizaba a no demoler el limón, y que Sanidad Vegetal en la provincia certificara el estado de salud de las plantaciones y la no existencia de enfermedades.

“Después, con el tiempo, se erradicó la prohibición de sembrar limón y llegué a cuatro ha, todas de limón persa. Ahora estoy introduciendo una nueva variedad de Thaití, de mayor tamaño que el persa, de rendimiento superior, más ácido y de mayor valor en el mercado internacional. También es resistente a las plagas y las enfermedades.

“De esa variedad tengo una mata en producción que me ha rendido 12 cajas del fruto en una cosecha. La estoy multiplicando por semillas, que extraigo de la planta que está en producción. Hasta el momento dispongo de otras 80 en desarrollo y seguiré incrementándola”, concluye Gilberto, quien además del mencionado cítrico produce cultivos varios y granos como maíz, frijol y sorgo-millo.

La voluntad y convicción de este labriego deben propiciarle el restablecimiento de los limoneros posibles, avanzar en el fomento de nuevas áreas en su fi nca y salir adelante con el proyecto para alcanzar su sueño magno: la propagación del limón persa en la provincia.

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