marteneraHay ecos de silencio incluso en esos espacios que nunca pensaron extrañar las voces. Ni siquiera las calles imaginaron sentir nostalgia por los pasos de quienes sí deciden asumir los hogares como el más seguro refugio frente al acecho de un invisible enemigo. La COVID-19 hizo un viaje largo desde otro continente y llegó a Cuba con una realidad sin precedentes.

Las ciudades saben de un sueño prematuro, esa tranquilidad y mudez de muchos lugares son algunos de los tantos pactos con la prevención, en un país que ha tenido que convencerse que algo tan difícil como aplazar los besos y abrazos también es parte de la fórmula de salvación.

caricaturas tiempos covid19

Una hora se ha vuelto sagrada, modifica rutinas, paraliza a Cuba por completo: a las once de la mañana todo el pueblo sabe que nuevos números se convertirán en noticia, tras algunos de ellos todavía hay vida, pero tras otros no.

La rueda de prensa llega en medio del creciente apetito informativo, toda la atención para el doctor Francisco Durán. La preocupación es delatada por muchos rostros, hay exclamaciones que escapan de la boca, algunos asumen la fe como su mejor resguardo, y hay velas y altares cómplices de las plegarias.

Contra el dolor de las cifras la esperanza intenta permanecer viva, incluso contra un pronóstico que en el peor de los casos ya ha fijado para Cuba 4 mil contagiados. Hay quien ve lejana la posibilidad de ser parte de esos números, pero cada vez que los casos están más cerca de su entorno, el temor se cuela por la piel y es preferible detener a la imaginación.

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Aglomeraciones en las calles forman un panorama que se vuelve esencia de imágenes en las redes, las alarmas sobre esto avivan los comentarios. No todos los pasos sobre el asfalto tienen motivos de necesidades perentorias, para algunos no queda otra opción, en un país en el que hay mucha gente que no duerme pensando cada medida a favor de la prevención, aunque todavía queden cuestiones urgentes por resolver.

Los nasobucos llegaron para ser parte de la cotidianidad, y mientras ignoramos hasta cuándo, preferimos que sean esos lo que nos ahoguen por un tiempo, y que no lo haga el virus. Las pocas sonrisas que afloran en estos días siguen discretas tras la tela.

El silencio nocturno se rompe a las 9 de la noche con una ola de aplausos multiplicados, así Cuba ha sabido imprimirle sonidos al agradecimiento, es el tributo del Archipiélago a quienes arrebatan vidas a la muerte en la lucha contra esta pandemia al interior y fuera del país.

Cuba salva

La solidaridad de la nación antillana construye episodios de salvación, incluso en países tan desarrollados como Italia. La prestigiosa ciencia cubana acapara titulares foráneos, se habla del Interferón como fórmula de esperanza, más de un país lo solicita para enfrentar esta batalla sanitaria.

Son días difíciles, en la primera mitad de año, el SARS-CoV-2 presume de su invisibilidad como la mejor expresión del peligro que entraña, se empeña en ser noticia días tras días, y hace que ahora mismo un deseo colectivo una los pensamientos de todos: poder contar pronto, juntos, el final de esta historia.

 

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