Municipio Manuel Tames. Imagen ilustrativaSin servicio de agua potable, en una vivienda con el techo y las paredes agrietadas, vive Danis Eulania Grau, “La Quema’íta” para sus allegados, una madre beneficiada en el municipio de Manuel Tames, con un domicilio nuevo por la política nacional para la atención a esas progenitoras con tres hijos o más, menores de 17 años.
Ella no está satisfecha, y sus razones tiene, como otras madres en situación de vulnerabilidad, a quienes directivos del Gobierno y Vivienda municipales supuestamente favorecieron, incluso, con recursos financieros para la construcción, ensanche o remodelación de sus inmuebles.
Y digo supuestamente, porque en Manuel Tames la mayoría de esas casas con tipología 2 y 3, según las consideraciones del Ministerio de la Construcción, tienen un servicio irregular de agua potable, varias porciones de la infraestructura colapsaron y la pintura en las paredes es de mala calidad, los caballetes mal claveteados, y la carpintería, infestada de comején, entre otras muestras de falta de cuidado en la terminación.
Triste realidad para esas féminas tras años de espera por un domicilio digno para criar a sus hijos, pero más lamentable aún es la ausencia de visitas periódicas para medir la satisfacción de dichas madres, por cuenta de los trabajadores sociales, otros especialistas y directivos.
Hace pocos días recabé datos en la Dirección Municipal de Trabajo y Seguridad Social, así como en la Dirección Provincial de la Vivienda para arrojar más luz sobre este fenómeno, pero lo hallado no fue alentador.
Desde 2019 hasta la fecha se destinan 3 millones 75 mil pesos cubanos para la terminación de domicilios por la vía estatal o mediante una compra del Gobierno, en favor de unas 350 madres o tutores legales con tres hijos o más menores de 17 años, pero hasta el cierre de diciembre de 2024 solo se benefició al ocho por ciento de todos ellos.
Si bien no es desconocida hoy la carencia de insumos para la construcción de moradas y los efectos extraterritoriales del bloqueo estadounidense a este país para la importación de herrajes, tejas, muebles sanitarios y otros, también sobran las evidencias de un trabajo mejor organizado en otros municipios para beneficio popular, tales como en El Salvador, Yateras y Maisí, por mencionar solo algunos ejemplos, donde se procesan los recursos naturales endógenos para las edificaciones, a las que se les da un seguimiento para su conservación.
No se trata de construir por construir, sino de hacerlo con calidad sin importar la tipología de las casas, verificar el estado de los recursos y no solo la vulnerabilidad de los terrenos, para que lo hecho perdure.
Aún las instituciones implicadas en el supuesto beneficio están a tiempo de enmendar los errores, porque nada justifica la chapucería, el burocratismo y la falta de sensibilidad humana respecto a este tema, como bien recomienda el Primer secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, mucho menos desdibujar el bienestar consensuado de una familia que también ve como victoria contra el deterioro del fondo habitacional en Manuel Tames al Acuerdo 9009 de 2021, del Consejo de Ministros.