salud mentalAunque pareciera que el final de la pandemia pudiera estar cerca o, al menos, el cese de las restricciones más severas, impuestas para protegernos del letal virus, aún se tendrá que trabajar sin descanso para lograr la estabilidad emocional de las personas.

Podremos salir a la calle y movernos con cierta libertad, gracias a las vacunaciones masivas con la consiguiente disminución de contagiados de COVID-19, sin embargo, toca trabajar, y mucho, con las secuelas de la enfermedad y el daño a la salud mental.

Este año, bajo el lema: Atención de la salud mental para todos: hagámosla realidad, es una propuesta para ayudar en el más amplio sentido de la palabra a los afectados, tras la crisis pandémica y las experiencias traumáticas causadas por la COVID-19.

Al decir de la MSc. Gladys Ivette Maynard Bermúdez, psicóloga y profesora de la Universidad de Ciencias Médicas de Guantánamo, la salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera, y es capaz de contribuir a la sociedad.

No obstante, hay trastornos mentales que la afectan, es por ello -argumenta la especialista- que para minimizar los efectos negativos de dichos trastornos (agudizados por la pandemia, que deja a su paso sufrimiento y muertes), como la depresión y la ansiedad, el miedo, la desesperanza, el insomnio..., es imprescindible el restablecimiento de las consultas y tratamientos; también realizar la práctica de ejercicios tanto físicos como respiratorios; ocupar parte del tiempo libre en sembrar plantas ornamentales, relacionarse con alguna mascota, entre otras actividades, como formas de terapia ocupacional.

En 1995, la Federación Mundial para la Salud Mental y la Organización Mundial de la Salud instituyeron el 10 de octubre, como Día Mundial de la Salud Mental, con el fin de generar estrategias para apoyar a las personas a enfrentar los problemas de la salud mental.

“Lograr en el individuo habilidades mentales y sociales para restablecer el desempeño con éxito en el trabajo, armonía y felicidad en el seno familiar, y alcanzar el estado de equilibrio en términos generales, sin duda, propiciará el tan anhelado equilibrio emocional y calidad de vida a la que aspiramos”, enfatizó la psicóloga.

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