¡Hola, amigos de Contigo! Los trabalenguas han existido desde hace siglos, en diversas culturas alrededor del mundo. Su origen se remonta a la tradición oral, transmitidos de generación en generación como juegos lingüísticos o, incluso, como ejercicios de memoria.
A lo largo de la historia han evolucionado, adaptándose a los cambios en el lenguaje y a las particularidades de cada idioma. Su principal característica es la dificultad para pronunciarlos sin errores. La repetición de sonidos similares, la combinación de palabras que suenan parecidas y el ritmo acelerado hacen que se conviertan en un reto para la lengua y la mente.
Más allá de la complejidad, los trabalenguas cautivan por su capacidad para generar humor y sorpresa. Así que, amigos de Contigo, pónganse a prueba y disfruten de la risa que provoca un buen trabalenguas.
Trabalenguas
- Tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal.
- R con r cigarro, r con r barril, rápido corren los carros por la línea del ferrocarril.
-El que poco coco come, poco coco compra; el que con poca capa se tapa, poca capa se compra. Como yo poco coco como, poco coco compro, y como con poca capa me tapo, poca capa me compro.
-María Chuchena su choza techaba; un techador que por allí pasaba le dijo: María Chuchena, ¿techas tu choza o techas la ajena? No techo mi choza, ni techo la ajena; que techo la choza de María Chuchena.
-El gallo Pinto no pinta. El que pinta es el pintor, que al gallo Pinto, las pintas, pinta por pinta pintó.
-Tengo una gallina pinta, pipiripinta, pipirialegre y gorda, que tiene tres pollitos pintos, pipiripintos, pipirialegres y gordos. Si la gallina no hubiera sido pinta pipiripinta, pipirialegre y gorda; los pollitos no hubieran sido pintos, pipiripintos, pipirialegres y gordos.
-Pablito clavó un clavito en la calva de un calvito. Un clavito clavó Pablito en la calva de un calvito. ¿Qué clavito clavó Pablito?
-Cuando cuentes cuentos, cuenta cuántos cuentos cuentas, porque si no cuentas cuántos cuentos cuentas, nunca sabrás cuántos cuentos cuentas tú.
-Pedro Pablo Pérez Pereira, pobre pintor portugués, pinta preciosos paisajes por poca plata, para poder pasar por París.
-Ocho broches Bocha abrocha. Sí, Bocha abrocha ocho broches.
-Me han dicho un dicho, que dicen que he dicho yo. Ese dicho está mal dicho, pues si yo lo hubiera dicho, estaría mejor dicho, que ese dicho que dicen que algún día dije yo.
-Si tu gusto no gusta del gusto que gusta mi gusto, qué disgusto se lleva mi gusto al saber que tu gusto no gusta del gusto que gusta mi gusto.