El proceso de negociaciones en curso incluye no solo las mejoras que necesita la terminal No. 3, sino un reordenamiento también de los flujos de pasajeros nacionales e internacionales. Foto: Jose M. Correa
Una importante alianza de la aviación civil cubana con entidades foráneas, para la administración de dos aeropuertos, es noticia ahora en este sector de la Mayor de las Antillas, al darse a conocer la víspera las negociaciones con dos compañías francesas que gestionarán —bajo la modalidad de concesión— el capitalino aeropuerto internacional José Martí y el aeródromo de San Antonio de los Baños.
Durante la conferencia de prensa —con sede en el Ministerio del Transporte (Mitrans)— en la que se ofrecieron los pormenores de las concertaciones, el viceministro de ese organismo, Eduardo Rodríguez Dávila, fundamentó la decisión gubernamental de acceder a financiamiento y mejores prácticas en el espacio internacional, con vistas a ampliar y rejuvenecer al principal aeropuerto de Cuba, el cual lleva el nombre de nuestro Héroe Nacional y por cuyas terminales arriba más de la mitad de los viajeros procedentes del exterior.
Entre las razones de las actuales pláticas de negocios, mencionó el vicetitular del Mitrans el incremento del tráfico de pasajeros procedentes de otros destinos y la consiguiente demanda de mayores capacidades de asimilación —grosso modo debido a la creciente vocación extensionista generada por la industria turística cubana—. Y ello en un escenario que prevé aumentar la espiral de crecimiento en los próximos calendarios.
Las ventajas se delinean en los aires de modernización que se comenzarán a respirar en lo sucesivo en las instalaciones aeroportuarias beneficiadas, en la maniobra de volúmenes superiores de tráfico con “la debida seguridad operacional y de la ampliación”, en armonía con las regulaciones aeronáuticas y las normativas y metodología recomendadas por la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI).
Rodríguez Dávila recordó que el aeropuerto José Martí tiene hoy cinco terminales: la No.1, dedicada a los vuelos nacionales; la 2, que es de vuelos internacionales, procedentes esencialmente de los Estados Unidos; la 3, que constituye la internacional por excelencia; la 4, centrada en la actividad de carga y que será objeto de un tratamiento particular; y la 5, conexión por la cual se reciben en mayor medida los vuelos de la colaboración.
Según puntualizó, el proceso de negociaciones en curso incluye no solo las mejoras que necesita la terminal No. 3, sino un reordenamiento también de los flujos de pasajeros —nacionales e internacionales—, los que se beneficiarán en el tiempo del cartapacio de acciones de acondicionamiento. Es un proceso que comienza ahora, por lo que no se puede esperar el alcance de las condiciones ideales con total inmediatez, máxime porque las proyecciones están concebidas para diferentes lapsos.
Refirió la responsabilidad de las contrapartes nacionales de ocuparse en perfeccionar la gestión integral del aeropuerto José Martí, incluyendo todos los componentes que en esa actividad se integran, y de llevar a cabo este proceso con la seriedad que se requiere, más aún al ser un acuerdo que ya va haciendo historia.
La decisión del gobierno es continuar gradualmente estableciendo alianzas similares en otros aeropuertos del país, de conexión internacional básicamente. En este sentido, mencionó la próxima apertura del proceso de selección de los posibles socios para participar, bajo condiciones análogas, en el aeropuerto de Varadero, en el de Santa Clara (incluyendo la cayería), el de Holguín, Cayo Coco, y otros.
Por el momento no se hizo público el impacto en cifras, al no estar totalmente negociadas estas últimas, pero sí se precisó que se trata de una inversión multimillonaria con significativos saldos para el sector en el país.
En esencia, lo que cambiará cuando se firme la relación contractual definitiva en el 2017 (al término del curso negociador en marcha), es la gestión de las instalaciones aeroportuarias en cuestión, para nada variará la propiedad ni las actividades inherentes a la regulación, sobre las cuales el Estado —en representación del pueblo cubano— se reservará el derecho de control absoluto.
Asimismo, el viceministro realzó las ventajas comparativas de las entidades francesas seleccionadas —Bouygues Batiment International y Aeropuertos de París— dentro de un grupo de ofertas muy competitivas y profesionales. Estas empresas gozan de un amplio prestigio más allá de los lindes de la nación gala, aseveró. La primera de ellas, de hecho, ha trabajado en este archipiélago en la construcción de hoteles sobre todo, junto a entidades del país caribeño. En tanto la segunda posee gran liderazgo en la administración y gestión de reconocidos aeródromos en el mundo. En Francia, por ejemplo, lo hace nada menos que en los aeropuertos parisinos Charles de Gaulle y Orly.
Sobre el estatus del personal cubano que labora en esas instalaciones, el viceministro del ramo aseguró que, como regla, se mantiene. Y lo que se espera es que, al aplicar nuevas prácticas, mejore la gestión con las mismas personas.
Además refirió que la fórmula que se negocia con estas compañías es común para la gestión de aeropuertos en el mundo, y ofrece diversas garantías para todas las partes.
Por su parte, Rita María García —jefa del Grupo de Negocios de la Corporación de la Aviación Cubana S.A. (Cacsa)— ponderó los beneficios múltiples que puede traer para los recursos humanos el nutrirse del know-how de compañías de marcado liderazgo en su ámbito de negocios y actuación.
José Antonio Regalado, quien encabeza la dirección integrada de Proyectos —unidad empresarial de la Cacsa, encargada de las negociaciones, subrayó que las contrapartes extranjeras han reconocido la calidad y la preparación de los trabajadores de la aviación civil cubana, y el potencial que existe para este trabajo, credenciales que hablan muy bien de esta esfera estratégica del transporte y, a su vez, de la economía.
En puntualización a Granma, el vicetitular del Mitrans detalló las fases del proceso. Conforme expresó, tras informarse ayer la decisión y voluntad del Gobierno de apostar por estas alternativas, los actores nacionales comenzarán a trabajar de inmediato. Los siguientes pasos serán la rúbrica de un memorando de entendimiento y, en paralelo, efectuar la negociación de los contratos definitivos.
Abundó que la proyección comprende un conjunto de acciones previstas, algunas para ejecutar de inmediato, otras en el mediano plazo, hasta el 2020, y otras a largo plazo (hasta el 2030), en correspondencia con el incremento del flujo de pasajeros que se avizora.
Fuente: Periódico Granma