20250908225752 1B4A0164 02La producción audiovisual en Cuba ha encontrado caminos diversos, desde los clásicos géneros cinematográficos hasta productos breves como spots, cápsulas y videoclips, muchos de ellos concebidos para circular en internet. Sin embargo, esos materiales rara vez acceden a un circuito de promoción estable, lo que limita el alcance del trabajo de los jóvenes realizadores.

En Guantánamo, esa realidad se acentúa por la baja asistencia a las salas de cine, el insuficiente incentivo al audiovisual en la programación cultural y, sobre todo, por la existencia de comunidades serranas de difícil acceso.

En ese contexto nació la Jornada de Cine Andante, iniciativa que el joven realizador Daniel Esquijarrosa Ceiro describe como “una respuesta creativa y solidaria ante el silencio audiovisual que rodeaba las serranías guantanameras”.

Un sueño que echó a andar

Corría octubre de 2013 cuando el realizador René Oconor decidió abrir un camino distinto: llevar el cine hasta las comunidades apartadas de Imías. Con apoyo de la AHS y la Unión de Jóvenes Comunistas, nació Cine Andante.

Su primera edición, del 24 al 27 de aquel mes, incluyó proyecciones, talleres infantiles, debates y encuentros con artistas aficionados de lugares como Veguitas del Sur, Tacre, Jesús Lores y La Playa.

El ambiente fue tan especial que quedó claro desde el inicio que la idea había llegado para quedarse. La Jornada no se pensaba como festival de alfombra roja, sino como puente entre los jóvenes realizadores y un público ansioso de historias. Fue un acto de resistencia cultural y también de justicia social: el cine no podía quedar atrapado en los grandes centros urbanos.

La segunda edición, organizada directamente por la AHS, extendió el alcance a Caimanera y El Salvador. El evento comenzó a desprenderse de la lógica del Plan Turquino y a pensar en términos más amplios: el audiovisual joven necesitaba un público diverso, no restringido a la montaña.

Con la tercera edición se produjo el gran salto. Coordinada por Adriel Bosch Cascaret, la Jornada recorrió unas treinta comunidades de nueve municipios. Desde La Laguna y Jamal hasta Paraguay y Raposo, Cine Andante convirtió escuelas, casas de cultura, centros laborales y plazas abiertas en salas de cine improvisadas.

Fue el nacimiento de un circuito alternativo que hoy forma parte de la memoria cultural de Guantánamo.

Cultura en movimiento, pueblo en pantalla

El realizador Esquijarrosa Ceiro recuerda con orgullo cómo el evento creció también en la ciudad de Guantánamo. “Los barrios se sumaron al recorrido con proyecciones, conciertos y presentaciones conjuntas con artistas aficionados. Cine Andante comenzó a unir lenguajes, a fundir el audiovisual con la música, el teatro, la danza y la literatura. Ese espíritu integrador es el que lo distingue y lo hace irrepetible”, puntualiza.

“Sin presupuesto propio -añade-, la Jornada se realiza con el financiamiento parcial de la AHS y el respaldo de instituciones locales. A pesar de las limitaciones materiales, cada año logra ampliarse. De las 15 obras iniciales, en las últimas ediciones se ha llegado a más de 60, gracias a los vínculos con la Muestra Joven ICAIC, el Almacén de la Imagen, Moviendo, CrearTV y los creadores guantanameros.

“Los debates también han sido espacio de crecimiento. Se han analizado temas como la animación, el videoclip, el cine independiente, el periodismo audiovisual y la producción digital. No es solo proyectar, es conversar, retroalimentarnos, formar públicos críticos y sensibles que comprendan el lenguaje audiovisual”.

Entre los invitados que han dejado huella se encuentran la actriz Adela Legrá, los realizadores Víctor Alfonso, Henry de Armas, Ángel Bouza y colectivos como Televisión Serrana y el Movimiento Audiovisual de Nuevitas. Esa mezcla de voces ha consolidado un espacio único de diálogo entre generaciones y territorios.

Además, como extensión de la Jornada, en 2022 se incorporó el proyecto La imagen en el muro, ideado por Roylán Pardo y conducido actualmente por Dairon Martínez. Su propósito es llevar los archivos de Cine Andante a barrios vulnerables en transformación, como Santa Cecilia y La Loma del Chivo, reafirmando el carácter de movimiento y cercanía comunitaria que define la iniciativa.

XIII edición: razones para seguir andando

“Este septiembre -apunta Esquijarrosa- se celebra la XIII edición de la Jornada, dedicada a la mujer en la producción audiovisual cubana, al aniversario 30 de la película Guantanamera, a los 65 años de los Estudios de Animación del ICAIC y a los 155 años del título de Villa de la ciudad. Será una oportunidad para mirar al pasado con gratitud y al presente con compromiso.

“El programa incluye coloquios, muestras competitivas, paneles sobre el ICAIC en el oriente del país, conversatorios acerca de nuevas experiencias productivas y proyecciones en el periódico Venceremos, teatro Guiñol, el cine del municipio de El Salvador, el Museo provincial, la Universidad de Guantánamo, Solvisión y Radio Guantánamo”.

Daniel Esquijarosa subraya que la XIII edición ocurre en un contexto difícil, marcado por carencias materiales y limitaciones tecnológicas. Sin embargo, sostiene que esa es precisamente la razón para defenderla. “En medio de las dificultades, los jóvenes realizadores de la AHS siguen apostando por la cultura. Cine Andante demuestra que el arte no es un lujo, sino una necesidad que fortalece espiritualmente a la gente”.

La programación, además de los estrenos y las miradas al audiovisual joven nacional, incluye la muestra el Coloquio Titón y Mirtha, además de una expo al cineasta. Será otra forma de reforzar la identidad y visibilizar el papel del territorio en la cinematografía cubana.

Retos y futuro

“Los desafíos son muchos, explica. Cine Andante debe garantizar su sostenibilidad económica sin perder independencia ni frescura. El mayor reto es mantener viva la llama de un proyecto que carece de presupuesto propio, pero que se nutre de la voluntad de realizadores y del entusiasmo de los públicos.

“En lo artístico, la Jornada necesita seguir convocando obras originales, que dialoguen con la realidad cubana y que encuentren en la provincia un público receptor y crítico. Al mismo tiempo, debe continuar el trabajo de formación en comunidades rurales y serranas, donde la cultura audiovisual apenas comienza a afianzarse.

“Más allá de las cifras y los nombres, lo esencial es la convicción de que Cine Andante es un proyecto de los jóvenes guantanameros, un gesto de resistencia cultural y de fe en el poder transformador del cine”.

El entrevistado lo resume en una idea clara: “Mientras existan comunidades que esperan el cine como una visita necesaria, Cine Andante seguirá andando. Porque hacer cultura, aun en tiempos difíciles, es también un acto de justicia”.

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