El 9 de agosto de 2025 marcó un momento especial en el calendario cultural guantanamero: la Biblioteca provincial Regino Eladio Boti celebró su aniversario 55, más de cinco décadas dedicadas a preservar el conocimiento, promover la lectura y servir como centro neurálgico de la cultura en el más oriental de los territorios cubanos.
La historia de esta institución se remonta a una época de transformaciones en la Cuba revolucionaria. En 1970, cuando el país experimentaba profundos cambios sociales y educativos, se decidió trasladar la antigua Biblioteca Regino E. Boti Morales -cerrada por Salud Pública en 1968- al majestuoso edificio que había sido sede del Real Ayuntamiento de Guantánamo, ubicado en las calles Los Maceo esquina a Emilio Giró.
Según testimonios de las trabajadoras de la institución, la primera directora fue Diosneida Daudinot Pérez, licenciada en Lengua hispanoamericana, quien junto a los fundadores Antonio Morales Torres y Aurora Macías Mauricet, provenientes de la antigua biblioteca, sentaron las bases de lo que se convertiría en el principal centro de información y cultura de la región oriental.
Una estructura pensada para el servicio
Desde sus inicios, la biblioteca se organizó con una visión integral del servicio bibliotecario. La estructura original contemplaba la Sala general, la Hemeroteca, Sala de ciencia y técnica, arte, música y literatura, el Departamento de procesos técnicos y el Departamento de extensión bibliotecaria. Una particularidad especial la constituía la Sala infantil-juvenil, que contaba con Miriam Navarro como narradora oral, quien realizaba sesiones semanales de cuentos para los niños.
El edificio, diseñado por el arquitecto guantanamero José Lecticio Salcines Morlote, no solo proporcionó un espacio físico adecuado, sino que se convirtió en un símbolo arquitectónico de la ciudad. Su céntrica ubicación garantizó desde el principio mayor accesibilidad para los usuarios, convirtiéndose en punto de referencia cultural de generaciones.
La década dorada: los años ’80 del pasado siglo
Si hay un período que los trabajadores rememoran con especial nostalgia, es la década de 1980, considerada la de mayor desarrollo y auge de la institución, según recuerda María Josefa Sánchez Heredia, bibliotecaria con 46 años de experiencia ese centro, quien llegó en septiembre de 1979 tras graduarse de la Escuela Nacional de Bibliotecarios en La Habana. Este florecimiento coincidió con la inauguración del poligráfico Juan Marinello por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, lo que nutrió significativamente el fondo bibliográfico de la biblioteca.
Durante esa década se inició también el completamiento de la Red provincial de Bibliotecas Públicas. Hasta 1970 solo existían tres en la región: la de Caimanera, la de Baracoa y la provincial. Tras la división político-administrativa de 1976, la biblioteca adquirió el status de provincial y centro metodológico, asumiendo la responsabilidad de completar toda la red de bibliotecas públicas de la provincia, proceso que se culminó a mediados de los 90.
Un compromiso social que trasciende los muros
La labor de la institución ha llegado a todos los ámbitos de la sociedad, como afirma con orgullo María Josefa: "hemos sostenido un trabajo desde 1980 que llega hasta los centros penitenciarios con servicios tanto al interior como al exterior de las unidades penales, y en ellos implementamos cursos de habilitación para bibliotecarios impartidos por profesores de la institución”.
La transformación digital: Adaptándose a los nuevos tiempos
La llegada del siglo XXI trajo consigo nuevos desafíos y oportunidades. A mediados de los 90, la biblioteca comenzó a sentar las bases para la digitalización, iniciando con la automatización del fondo patrimonial local a través del sistema CDS ISIS, creando bases de datos especializadas y se estableció una red interna que conectaba todas las salas.
Entre 1998-1999, con el apoyo de la Biblioteca Nacional y el PNUD, se estableció la sala de navegación con diez clientes ligeros, marcando el inicio formal de los servicios digitales. Aunque el equipamiento tecnológico ha enfrentado desafíos por la obsolescencia, la institución ha mantenido su compromiso con la digitalización del patrimonio bibliográfico local.
"En estos momentos continuamos con el proceso de digitalización", explica Yusnedy Cala Mengana, actual directora. "Contamos con más de cinco mil ejemplares de libros digitales y audiolibros compuestos por clásicos de la literatura universal, más todo el patrimonio bibliográfico que tenemos con copias de respaldo".
Programas que nutren todas las edades
La biblioteca trabaja con programas nacionales y locales, atendiendo todos los grupos etarios a través de espacios especializados. Los programas dirigidos a los niños y jóvenes, como "La hora del saber" y "El tiempo joven", fomentan el amor por los libros desde edades tempranas, así como el programa "Educa a tu hijo", que acoge a las futuras madres, preparándolas para el maravilloso viaje de la lectura con sus hijos.
Los adultos mayores también encuentran su espacio en iniciativas como "Culturiando" el más longevo, de la institución creado en 1992, que a menudo se traslada a las casas de abuelos. Hacia la Luz, para usuarios con discapacidades visuales y Las voces del silencio, dedicado a difundir la obra de Regino Eladio Boti son proyectos que buscan avivar la sed por conocimiento en todos los sectores de la sociedad.
La colaboración con otras instituciones culturales ha sido clave para ampliar su alcance. Proyectos como Litelcine, de conjunto con el Centro provincial de Cine, y Entre trova y poesía, con la Casa de la Trova, muestran un enfoque innovador para promover la lectura a través del diálogo con otras manifestaciones artísticas.
El cambio de nombre: Un acto de justicia histórica
En 2016 se produjo un cambio significativo en la identidad de la institución. Después de 52 años llevando el nombre de José Policarpo Pineda Rustán, la biblioteca adoptó el nombre de Regino Eladio Boti, en honor al más importante poeta e intelectual guantanamero del siglo XX.
"Fue un reclamo del pueblo", refirió Cala Mengana. El cambio contó con el apoyo de la UNEAC, los historiadores y representó un acto de justicia hacia la figura del autor de Arabescos Mentales.
En 2023, como parte de las celebraciones por el aniversario 53, se inauguró la sala especializada y patrimonial Regino E. Boti, que compila literatura, revistas y publicaciones relacionadas con el insigne intelectual.
Desafíos del presente, proyecciones del futuro
La era digital ha transformado los hábitos de lectura y consulta. "No existe esa gran afluencia de público como lo había antes", al decir de la Directora, sin embargo, esto no ha disminuido el compromiso de la biblioteca con su misión fundamental.
Cala Mengana identifica como el mayor logro "la digitalización que estamos haciendo, el vínculo con las diferentes instituciones y el acercamiento con el público". Entre los planes futuros destaca continuar la digitalización del fondo patrimonial y la implementación de programas de alfabetización en inteligencia artificial para bibliotecarios, este último es un proyecto aún en “pañales", al que le atribuyen especial significado.
Un legado que perdura
Después de 55 años, la Biblioteca provincial Regino Eladio Boti se mantiene como faro cultural en Guantánamo. Ha sido testigo del crecimiento intelectual de generaciones, desde niños que llegaban tímidamente a la sala infantil hasta convertirse en profesionales que vuelven años después a agradecer el servicio recibido.
"Esa es una de las satisfacciones más lindas que puede sentir un bibliotecario", reflexiona Sánchez Heredia, la veterana bibliotecaria. " Ahí te das cuenta que el esfuerzo que hiciste en prestar un servicio con la mejor calidad fructificó".
La institución funciona actualmente con diez salas especializadas y atiende a los diez municipios de la provincia a través de nueve bibliotecas municipales y dos sucursales. Su horario de atención es de lunes a viernes de 8:30 am a 4:30 pm, y los sábados de 8:00 am a 11:00 am.
Con más de medio siglo de historia, continúa cumpliendo su misión original: "prestar servicio con calidad a los usuarios y promover el hábito de la lectura y el libro". En tiempos de transformación digital, se mantiene como un espacio donde el conocimiento impreso convive con las nuevas tecnologías, donde el pasado se preserva y el futuro se construye, página a página, libro a libro.
Cala Mengana con tres palabras resume la esencia de esta institución: "Amor, sabiduría y oportunidades": amor por los libros, sabiduría por el conocimiento que guardan estas paredes, y oportunidades para seguir creciendo y desarrollándose como seres humanos.