Es muy difícil acercarse al universo que rodea a Pedro Agustín Pérez. El cubano cuyo “santo” nombra una de las calles principales de nuestra ciudad es mucho más que un jefe militar y político, en un mes que marca los aniversarios 180 y 110 de su natalicio y muerte, respectivamente.
Con ese entendimiento, con esa visión más allá de simplificaciones y olvidos, conversamos con José Sánchez Guerra, historiador de Guantánamo, quien recién recibiera el Premio Guamo Honorífico de la UNEAC.
Podría parecer formal decir que la figura de Periquito es compleja, hasta que nos acercamos realmente a su vida, a sus inicios…
Como muchos independistas de su tiempo, la familia de Pedro Agustín Pérez era de origen español y adinerada, vital incluso en la fundación de Guantánamo. Lo que se aleja de la norma es que él mismo empezó a militar en el Ejército Español y fue Comandante en la Guerra de los Diez Años.
A finales de esa contienda, evoluciona su pensamiento político y abraza las causas de la independencia. Solo se le equipara, en parte, la vida de Máximo Gómez, que también comandó el ejército peninsular en su natal República Dominicana.
En 1878, y todavía siendo oficial español, comienza a ofrecer información de inteligencia militar al mando mambí. Lo apresan por primera vez en 1879, y es acusado de traición. En ese proceso conoce a Flor Crombet, y se convierte en uno de los pocos -sino el único preso- que pudo escapar del Castillo del Morro en Santiago de Cuba, con ayuda de un español, por cierto.
¿Cuál fue su papel en la Guerra Necesaria?
Periquito crea el Comité Revolucionario de Guantánamo, integrado por 27 personas, incluyendo a Inocencia Araújo -la célebre espía mambisa que salvó a Máximo Gómez y José Martí de una emboscada luego del desembarco por Playita-, y consigue gran nivel de organización.
Esa fue la clave para que el 24 de febrero de 1895, se lograran en Guantánamo siete levantamientos: La Confianza, Baitiquirí, central Santa Cecilia, Tiguabos, El Yarey, San Andrés del Vínculo, y la finca de Periquito. Todo ello podría resumirse en una respuesta eficiente a la orden de alzamiento.
Cumpliendo sus órdenes, se logra también la primera victoria militar de esa guerra, cuando los hermanos Tudela atacan el fuerte de Morrillo Chico, en la zona de Hatibonico, la única posición militar española que se toma ese día.
¿Tuvo que ver su mando con la decisión de que desembarcaran justo en esta zona los principales jefes?
Esa confianza y lo logrado por sus tropas durante el alzamiento de febrero del 1895, sin duda, pesaron a la hora de decidir dónde desembarcaron los principales jefes, en abril, por la costa norte (Baracoa, el 1ro de abril) y sur (Playita de Cajobabo, el 11 de abril) de Guantánamo.
Hay, además, un par de precedentes muy importantes. Antes de retirarse del país, luego de la Protesta de Baraguá y el Pacto del Zanjón, Antonio Maceo lo nombra de manera oficial jefe de la Conspiración revoluciona en el Alto Oriente cubano, desde los Pinares de Mayarí, hoy provincia de Holguín, hasta la Punta de Maisí.
En enero de 1893, enterado de su trabajo, José Martí designa a Periquito Delegado del Partido Revolucionario Cubano, lo cual habla de la confianza y la visión que tenía sobre el guantanamero, de su prestigio entre las tropas y los mandos.
Su caso es único, y ello dice mucho de su personalidad, y de por qué es un hombre símbolo de la ciudad de Guantánamo. Es el único jefe regional que tiene los dos mandos sobre sus hombros: el político y el militar.
Una personalidad que, además, pudo expresarse tanto en tiempos de guerra como de paz, como primer alcalde de la ciudad de Guantánamo tras el nacimiento de la República Neocolonial de 1902…
En enero del 1899, en plena manigua, Periquito comienza a conmemorar las grandes fechas nacionales, el 28 de enero, 24 de febrero, 7 de diciembre, 19 de mayo, 10 de octubre..., una expresión de su patriotismo y el interés de legar esos valores a las nuevas generaciones.
Como alcalde, le debemos el nombramiento de nuestras calles con los nombres de grandes patriotas, educadores…, y el haber designado como José Martí a nuestro parque central, lo que demuestra su nobleza y desprendimiento, pues muchos de su época insistían en que lo bautizara como su propio nombre.
¿Cómo era Pedro Agustín, en el plano más personal y menos conocido?
Se dice, por ejemplo, que debía su apodo de Periquito a lo pequeño de sus pies. Era de carácter noble, le gustaban las justas de gallos como muchos en su época, pero no fumaba y apenas si bebía una copa de vino. También, al parecer, era atractivo para las mujeres.
También conocemos que fue masón, y alcanzó un alto grado en esa sociedad, como otros grandes patriotas de su tiempo.
¿Considera suficiente el conocimiento que se tiene de su figura, tanto local como nacionalmente?
La vida y obra de Pedro Agustín Pérez no se conocen lo suficiente, y debería, pues su papel en la historia de la lucha independentista en Guantánamo fue relevante, incluso determinante.
Fue, como ya dije, un general distinto. Un hombre de confianza que tuvo en sus manos el destino de toda la guerra. Reconocido por José Martí, quien en su Diario de Campaña, el 7 de abril de 1895, así se expresa "... a la tarde, Pedro Agustín Pérez, el primer sublevado de Guantánamo...". De hecho, la primera bandera que recibió nuestro Apóstol en suelo cubano fue de la mano de la esposa de Periquito Pérez.
Tenía, además, un carácter independentista, nacionalista, radical a favor de los intereses del pueblo cubano, con un pensamiento antimperialista.
Esto, repito, debería conocerse y reconocerse más, sobre todo en la localidad. Tenemos, por suerte, la Casa Museo Pedro Agustín Pérez, el Mausoleo de La Confianza…, pero hoy todavía no se hace una divulgación de su vida y obra a la altura de su aporte, de su estirpe.