Enredada en una telaraña, sobre todo, de problemas subjetivos, marcha la zafra azucarera en el central Argeo Martínez, que hasta el miércoles último, después de 22 días de molida, aprovechaba su norma potencial al 25 por ciento (de un 60 planificado) y dejaba de producir más de 600 toneladas de azúcar.
Más allá de las afectaciones con el combustible y la electricidad han incidido las paralizaciones de la industria por problemas operacionales, averías en el área del basculador, en los molinos 2 y 3, en el control automático de la caldera y en el funcionamiento del equipo para la retroalimentación del bagazo. También han existido paradas por falta de caña en el ingenio, motivada por afectaciones en el corte mecanizado, el alza y el tiro, así como en los centros de acopio, por interrupción del servicio eléctrico.
Otras incidencias que han impactado en la producción del crudo y la eficiencia de la industria están en la molida de caña vieja (incluso con 90 horas de cortada). En la noche del miércoles, por ejemplo, se contabilizaban mil 500 toneladas de la gramínea en el suelo.
Esos y otros problemas fueron constatados por Jorge Luis Tapia Fonseca, viceprimer ministro cubano, en una visita al central, donde dialogó con trabajadores y directivos, y recorrió las diferentes áreas de la fábrica de azúcar.
Acompañado por Yoel Pérez García, primer secretario del Partido en la provincia, y Alis Azahares Torreblanca, gobernadora, Tapia Fonseca se detuvo especialmente en la sala de control y análisis de la zafra, un espacio vital para el funcionamiento del ingenio, donde, según demostró, no se trabaja con la disciplina, el control y la exigencia requeridos.
Insistió en potenciar allí la realización, como está indicado, de los cambios de turno de trabajo, pues es en ese momento donde deben evaluarse con rigor y disciplina todos los problemas del central, y actualizar el libro de incidencias.
A la contienda le resta tiempo, es cierto, pero es bien corta y los días transcurren inexorablemente. Es por ello que se exige una reacción del colectivo para ganar en eficiencia, recuperar atrasos y cumplir el plan de azúcar aprobado.