crónica 101 años RosaA veces el bastón a su lado, en otras ocasiones, hija de la desobediencia, solo se acompaña de la calma para desandar por casa; insiste en que ella sola puede, aunque ojos ajenos se asombren como Rosa Gómez Barroso desanda por la casa a pocos días para cumplir 101 años de aventura por la vida.

Solo algunas arrugas delatan el conteo del almanaque, porque las canas, esas sí no han podido ganarle la batalla todavía a una cabellera sobre la que nunca ha caído tinte alguno, revelación tan llamativa que asombra a muchos y que en una ocasión su nieta Yiyi tuvo que llevar hasta La Habana en fotos para callar a incrédulos.

A casi más de cien octubres contados, todavía la memoria sabe con claridad de nombres acumulados, de los mejores pasajes, de las celebraciones de fin de año que a veces invoca con nostalgia, con la añoranza por los que ya no están porque la vida les reservó a ellos una meta en otro kilómetro del recorrido temporal.

Aflora la melancolía en sus ojos por quienes no podrán sentarse a la mesa con ella por culpa de las distancias, de las millas que intentan superarse a veces con una carta, con una llamada… Hay retratos conservados como antídoto para las lejanías, hay muchas cosas en la casa convertidas en recuerdos de quienes no podrá abrazar pero que sabe la estarán pensando.

Consciente de la cifra, no permite que la ignoren y les recuerda a los olvidadizos “el 29 cumplo 101 años”.

Ya sabe de un cerdo que tiene horas contadas para tostar la piel al calor de un horno, se prepara para el flash de muchos celulares que multiplicarán el momento, ya está la ropa elegida y se le escapan sonrisas que serán tesoro inmortal en archivos de teléfonos móviles.

En Luz Caballero entre 11 y 12 Sur la tranquilidad habitual que inunda la casa sabe que será desafiada por muchas voces. No es costumbre poner música, ni siquiera hubo melodías a base de bocinas cuando los 100, pero sobrará la alegría en el bullicio familiar, en las anécdotas compartidas, en nietos y bisnietos corriendo. Hay reencuentros familiares ya pactados.

El balance de la sala y la tarde saben de su ritual, de ratos buscando la brisa por la amplia ventana de la sala para mitigar el calor. A veces alimenta la malacrianza de una gata que sube a sus piernas a pedir comodidad o una caricia, que ella no le niega.

A su edad Rosa lo que más lamenta son la horas de sueño arrebatas en las madrugadas por una intensa molestia en las piernas, que desde hace años le recuerda lo que es una neuropatía. La hipertensión arterial sorprende cuando menos imagina, entonces su hija Adys cuelga la bata a punto de salir a trabajar al hospital, convencida que ese día le toca hacer de doctora en casa.

Cuando irrumpe la pregunta del periodista sobre lo que no podría faltarle en el cumple, su respuesta revela una luz más de claridad: “La salud, primero que nada, la salud, para poder decirle al que venga que coma”.

El secreto de la cifra a celebrar, dice que está en cuidarse mucho, en alimentarse bien; cree que ella y sus once hermanos crecieron tanto porque tomaban mucha leche en su natal Yerba de Guinea.

Paso a paso completa recorridos por la casa. Cada hora más cerca del número alimenta la satisfacción, la experiencia acumulada. Tres hijos y una amplia prole, los sobrinos, vecinos amigos… serán cómplices de felicidades multiplicadas, de abrazos eternos. Víspera del momento regala una sonrisa de gratitud a la vida en disfrute de la espera.

Comentarios   

0 #1 Mulato de Ley 25-10-2019 21:36
Espero tenga un buen cumpleaños esta señora, que de solo verla en la foto ya me cae bien. :-)
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0 #2 Yiyi 26-10-2019 03:26
Abuela muchas felicidades por el cumple 101; que DIOS te siga bendiciendo y te colme de salud y vida para que sigas contando historias
Te Amo mucho y disfruta tu dia
Primo gracias por la cronica
Muy bonita.
YIYI :D
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0 #3 Norys Alonso 26-10-2019 03:43
Eterna salud para la abuelita de yiyi, que se de sus anécdotas y que vivirá x mucho más ..es muy fuerte felicidades
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