solidaridad estatal“A falta de combustible, la solidaridad tiene que crecer”, me subrayó el chofer de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) mientras detenía el vehículo para recoger a quienes podía en el itinerario de trabajo que llevábamos ese día.

Él es solo un botón de muestra de quienes sensibilizados con la situación que atraviesa el país desde abril del pasado año, hacen gala de humanismo y como práctica cotidiana se detienen en los puntos de embarques, paradas de la ciudad, o cualquier otro paraje de la geografía guantanamera y bridan el “aventón“ que muchos necesitan para llegar a un destino final.

Sin ánimo de exaltarlo, pero es ejemplo para los insensibles que olvidaron el llamado del Presidente de la República, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez cuando el 11 de septiembre de 2019 convocó a la creatividad de los cubanos y a poner en práctica todo el respaldo posible ante el recrudecimiento del bloqueo económico que, entre sus manifestaciones ha incidido grandemente en la disponibilidad de combustible para la producción, los servicios y la transportación pública de pasajeros.

Las medidas de entonces hicieron crecer los puntos de embarques en la provincia de Guantánamo de 9 a 24, y en ellos los inspectores de transporte contribuyeron junto a cientos de choferes estatales, a trasladar entre abril y diciembre de 2019 a 2 millones 225 mil 195 pasajeros, cifra muy superior a igual etapa del año anterior, asegura Ramiro Nolazco Garbey, jefe de operaciones de la Empresa provincial de Transporte.

Pero la inconsistencia se hace presente: la ligera mejoría en la distribución de combustible, la incorporación de nuevos ómnibus urbanos y la reorganización del transporte parecen haber desaparecido la solidaridad: vuelven a circular vehículos estatales vacíos, sin que sus choferes ayuden a “los de a pie”.

Continúan los “amarillos” esforzados por embarcar a quienes acuden hasta ellos en busca de transporte para llegar a su destino, sin embargo algunos conductores estatales, sintiéndose dueños de los carros, con falsas justificaciones y hasta ignorando las señas del inspector evaden la obligación de recoger, o simplemente con señas mienten que van “hasta allí”, cuando se les ve continuar “hasta allá”.

Un ejemplo: martes 18 de febrero. Parada del Hospital General Docente Agustinho Neto. Es casi mediodía cuando de seis autos ligeros que transitaban vacíos o con capacidades, solo dos (B061711, de Valbo y B043646, del Banco de Sangre) se detuvieron, gesto reconocido por la población.

Ah, pero los conductores de los autos identificados con las matrículas B141118, B209538, B043881 ni se molestaron en observar las señas de quienes solicitaban ayuda y transportación. Tan reprobable actuar también lo repetía a esa hora, un chofer de Correos, pero en Confluentes, por donde pasó a tal velocidad que quienes le pedían “botella” no tuvieron tiempo de anotar la chapa. Son solo dos ejemplos.

La solidaridad sobre ruedas también trae otras preocupaciones, pues al decir de muchos conductores a veces no paran porque hacen señas en sitios inapropiados; montan por solo dos o tres cuadras, tiran las puertas, montan con sacos sucios y en ocasiones con deplorable aspecto personal.

Los choferes también se quejan de quienes fuman dentro de los vehículos, quieren subir con animales; se entrometen en las conversaciones y algo tan elemental como dar las gracias por la ayuda, lo ignoran al descender del vehículo. Ello implica educación, a la que pueden contribuir los propios conductores, pero nunca ignorar la necesidad del prójimo en estos tiempos.

De transportación pública de pasajeros, de la solidaridad y educación sobre ruedas mucho se podría hablar, pero propongo a los insensibles y faltos de solidaridad, para que de una vez se les despierte la conciencia, repasar las palabras de Díaz-Canel cuando expresó: “… hay medidas que no pueden ser coyunturales. Tenemos que imponerlas hasta que la rutina las vuelva costumbre, como todas las formas de ahorro y todas las prácticas solidarias”, al que le toca que las haga cumplir.

Comentarios   

0 #1 yunet 28-02-2020 19:28
Pienso que los directivos deberian solidarisarce tambien porque pasan en los carros que no son de ellos y viran a cara para no hacer botella.Ademas los choferes principalmente de los carros del gobierno y el partido nunca paran,caballeros es una falta de respeto que ellos son los primeros que deberian dar el ejemplo y dejan a la gente botada en la carretera.
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