Elegir GuasoUna de las temibles crecidas del río Guaso, “domado” hoy por la existencia de la presa Faustino Pérez, obra imprescindible de la Revolución.El Guaso. El río Guaso. Toda ciudad que se respete tiene su río. Durante dos años, viví entre puentes y aquel hilo de agua fue mi primera visión al despertar. Nunca imaginé su rebelión. Nunca.

Pero heme aquí, en el largo balcón de la casa, aferrado a las rejas, con la mirada más allá, con los ojos sin órbitas. Es el último día de mayo de 1993. Puente de Aguilera. El agua sube, se vuelve turbia, se arremolina. Por la corriente bajan ramas, árboles enteros, un gigantesco tanque de metal, puertas, enseres, techos, los despojos que ha logrado arrancar. Lo que forjó la naturaleza, lo que el hombre plantó, lo que encontró a su paso. Todo se arracima contra los pilotes.

Hay un gentío en el puente. Hay gritos. Hay un rumor de muerte en esas aguas.

¿Qué habré dicho, cuando tomé el teléfono, cuando intenté describir el filme que pasaba ante mí, para CMKS, la emisora provincial de Guantánamo?

San Justo. Calles 4 y 5 Este. Muchos piden auxilio. Se ven pequeños en la lejanía, subidos a los techos. Las calles por donde a diario transitaba se han vuelto canales. No me lo creo. Aparece la brigada de rescate, una lancha salvavidas. La entrevista vendrá después. Aquella señora que saludaba a diario camino al periódico, aun está lívida: “Yo pensé que iba a morir, que nos ahogábamos”, repite.

Me derrumbo cuando llego al humilde poblado de Cecilia. Me hundo en una gruesa capa de lodo. Los zapatos se deslizan de mis pies. Nunca he podido olvidar el testimonio de aquel hombre, ni su mano en el aire: “Desde el cañaveral, desde allá… salió el río como un demonio”.

Palabras que escuchar, palabras que anotar. Qué difícil tener solo palabras en ese instante.

Elegir 2 Guaso

Las lluvias torrenciales, sin medida ni paz, regresaron meses después. Los ríos desbordados, los embalses vertieron. El río Bano tocó Confluentes. La Vía Mulata, interrumpida. Ullao, incomunicado. Deslizamientos en Sabaneta. Cada nombre es una historia.

El Guaso rompió todos sus récords. Hubo un antes y un después. Destruyó las viviendas de la calle Aguilera entre Oriente y el puente. Allí vivían mis vecinos, allí tomé café tantas veces.

El Venceremos debió imprimirse de forma excepcional en Santiago de Cuba. Quedan las imágenes, las imágenes tremendas de Leonel Escalona, de Reunel Gómez, de Luis Vega. “Después de la catástrofe, un hervidero”, escribe Ricardo Ronquillo Bello. Edición del martes 30 de noviembre de 1993.

Esos golpes de agua reconfiguraron para siempre una parte de Guantánamo. Están clavados en la memoria de muchos. Cada vez que regreso, voy al puente Aguilera a contemplar el río, a rendir homenaje a los que no pudieron regresar de las aguas. Una ciudad también está hecha de sus tristezas, de sus desvelos, del modo de emerger.

Comentarios   

+3 #1 Mulato de Ley 15-03-2020 16:20
Otra tremenda crónica del profe Cedeño. Buen cierre: "Una ciudad también está hecha de sus tristezas, de sus desvelos, del modo de emerger".
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+1 #2 leonel escalona furones 15-03-2020 16:51
Excelente crónica Reinaldo, tú incuestionable buena memoria nos trae recuerdos de días muy duros para los guantanameros y para los cubanos
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0 #3 Elio Antonio Marrero Vázquez 16-03-2020 20:05
Hola :-)

Sí muy buen artículo.

¿Tendrá Venceremos mucho más fotos crecidas de nuestros ríos que se puedan publicar en una galería?

Saludos #DesdeGuantánamo ;-)
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0 #4 Migdalia 02-02-2021 18:04
Con tus palabras vuelven las imágenes una tras otra. Mi Guantánamo ha pasado por tanto y ahora esta pandemia...Gracias mi Rey.
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